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Actividades físicas para los niños que no gustan de los deportes

Viernes, 15 de marzo de 2013 10:26

Algunos niños no son atletas innatos y es posible que le digan, directa o indirectamente a sus padres, que no les gustan los deportes. ¿Qué hacer entonces?

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Algunos niños no son atletas innatos y es posible que le digan, directa o indirectamente a sus padres, que no les gustan los deportes. ¿Qué hacer entonces?

¿Por qué a algunos niños no les gustan los deportes de equipo?

No es necesario que todos los niños se unan a algún equipo. Con una cantidad suficiente de otras actividades, los niños pueden estar en buena condición física sin hacerlo.

Pero trate de averiguar por qué su hijo no está interesado. Quizás pueda ayudarlo a enfrentar preocupaciones más profundas u orientarlo hacia otra actividad.

Dígale a su hijo que le gustaría que juntos pudieran encontrar una solución. Esto puede consistir en continuar con el deporte de equipo, pero haciendo ciertos cambios, o bien en encontrar una nueva actividad.

Algunas razones

A continuación, encontrará algunas razones por las cuales los niños pueden rechazar el deporte:

Todavía están desarrollando las habilidades básicas.

Si bien existen muchos programas deportivos para los niños de edad preescolar, no es sino hasta los 6 o 7 años que los niños tienen la capacidad física, pueden mantener la atención por períodos prolongados y poseen la habilidad de comprender las reglas necesarias para jugar un deporte de manera organizada.

Los niños que no han practicado demasiado un deporte específico podrían necesitar tiempo para poner en práctica de manera confiable habilidades como patear un balón de fútbol en movimiento o pegarle a una bola de béisbol arrojada desde el montículo del lanzador. Probar y equivocarse, especialmente durante un juego, podrían frustrarlos o ponerlos nerviosos.

Qué puede hacer usted: practique con su hijo en casa. Ya sea tirando pelotas de básquet al aro, jugando a atajar una pelota o corriendo juntos, le dará a su hijo la posibilidad de desarrollar sus habilidades y mejorar su estado físico en un ambiente donde se siente seguro.

Su hijo puede probar de hacer cosas nuevas (y, posiblemente, fallar) sin sentirse cohibido por la presencia de otros niños. Y también compartirán un tiempo valioso.

Ambiente competitivo

Un niño que hace deportes a regañadientes se sentirá muy nervioso cuando el entrenador dé indicaciones a los gritos o cuando la liga enfatice mucho que es necesario ganar.

Qué puede hacer usted: averige sobre los programas deportivos antes de inscribir a su hijo en alguno. Hable con los entrenadores y con otros padres acerca de la filosofía del programa. Ciertas asociaciones deportivas tienen ligas que no son competitivas. En algunos programas ni siquiera llevan la cuenta de los tantos.

A medida que los niños crecen, pueden comprender los aspectos más competitivos del juego, como llevar la cuenta de los tantos o saber cuántas veces han perdido o ganado en la temporada. A algunos niños puede motivarlos el juego competitivo, pero la mayoría no están preparados para recibir una presión mayor hasta los 11 o 12 años. Recuerde que aun en las ligas más competitivas, todos los participantes deben poder jugar en un ambiente positivo y donde se sientan apoyados.

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