¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Chávez y su promesa de socialismo del siglo XXI

Domingo, 17 de marzo de 2013 15:15

Para comprender el alentador fenómeno Hugo Chávez es oportuno distinguir dos “tipos ideales” en la alternativa neopopulista latinoamericana actual.

De manera miscelánea se puede sostener -sin incurrir en reduccionismos apresurados- que hay un populismo de derecha asentado en relaciones sociales de compadrazgo que no vacila en sacar a relucir los blasones de un supuesto linaje patricio a fin de proclamarse heredero (falsario) para el uso y abuso del poder.
Por otro lado, por suerte contamos con un neopopulismo de izquierda marcado por un robusto liderazgo personalista que cuenta con el respaldo masivo de la insurgencia plebeya de los desheredados de la historia o, como decía F. Fanon, de “los condenados de la Tierra”.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Para comprender el alentador fenómeno Hugo Chávez es oportuno distinguir dos “tipos ideales” en la alternativa neopopulista latinoamericana actual.

De manera miscelánea se puede sostener -sin incurrir en reduccionismos apresurados- que hay un populismo de derecha asentado en relaciones sociales de compadrazgo que no vacila en sacar a relucir los blasones de un supuesto linaje patricio a fin de proclamarse heredero (falsario) para el uso y abuso del poder.
Por otro lado, por suerte contamos con un neopopulismo de izquierda marcado por un robusto liderazgo personalista que cuenta con el respaldo masivo de la insurgencia plebeya de los desheredados de la historia o, como decía F. Fanon, de “los condenados de la Tierra”.

Obediente al imperio

El primero, nacionalista -pero obediente a las directivas genéricas del imperio-, en su accionar político se ve obligado a atenerse a los buenos modales “universalistas” de la democracia liberal parlamentaria, hecho que no le impide pedir auxilio a la policía o a las fuerzas armadas para “salvar el orden interior” y reprimir a los “insurrectos”.

El segundo, regionalista y antiimperialista, rechaza -no siempre de modo expreso- las aguas estancadas del parlamentarismo, y, sin prestar demasiada atención a las dilatadas tramoyas de la Cámara -Alta o Baja, da igual: hoy es preciso ser demasiado supersticioso para creer en el fetichismo de la delegación-, se apresura a satisfacer los urgentes reclamos populares.

Identificación de intereses

El neopopulismo de derecha identifica los intereses de la Nación con los intereses de la clase opresora; el neopopulismo de izquierda, con el pueblo o la Patria Grande (Bolívar, Mariano Moreno, Manuel Ugarte, Vasconcelos, Martí, el Che...), a saber, con la secular tradición de los oprimidos que aspiran a la emancipación: acceso igualitario al poder, a la salud, a la cultura, al ocio aplicado, a la educación y a una justiciera distribución del producto social.

La propuesta de Chávez

El novedoso neopopulismo de izquierda de Hugo Chávez es, por ahora, la promesa de lo que él soñó y llamó “socialismo del siglo XXI”, pronunciamiento inédito que lo distancia de los “populismos clásicos” latinoamericanos liderados por Perón, Getulio Vargas en Brasil, Paz Estenssoro en Bolivia, Jacobo Arbenz en Guatemala y Velasco Ibarra en Ecuador.

Y los de Nasser, Sukarno y Nerhu en otras latitudes.

Aquellos eran populismos clásicos empeñados en sofocar los alzamientos revolucionarios e introducir -con distintas modalidades según las latitudes- ligeras variaciones en la irreparable monotonía de la explotación capitalista.

La “revolución socialista bolivariana” (apartada del “capitalismo serio” exaltado por el Poder Ejecutivo de Argentina) desenmascara la traición y el irreversible colapso de la socialdemocracia europea y el genocidio programado del neoliberalismo yanqui (la distinción es vana).

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD