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Indignación en Ciudad Judicial contra la ministra María Pace

Jueves, 21 de marzo de 2013 12:57

“Argentina produce más de 4.000.000 de conflictos que se judicializan por año. De ellos, una cifra cercana a la mitad, se trata de asuntos penales. Con esta cantidad de casos no puede convivir la población ni el sistema judicial, se haga con él lo que se haga. Las cárceles en todo el país están superpobladas, las leyes penales fueron endurecidas y la situación no cambia”, dice un duro documento presentado en mayo de 2009 por la Federación Argentina de la Magistratura y la Función Judicial (FAM). En el ámbito local las cifras no son menos impresionantes. Un juzgado de instrucción en Salta recibió alrededor de 10.000 causas nuevas solo durante 2012, pero cuenta solo con 18 empleados.

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“Argentina produce más de 4.000.000 de conflictos que se judicializan por año. De ellos, una cifra cercana a la mitad, se trata de asuntos penales. Con esta cantidad de casos no puede convivir la población ni el sistema judicial, se haga con él lo que se haga. Las cárceles en todo el país están superpobladas, las leyes penales fueron endurecidas y la situación no cambia”, dice un duro documento presentado en mayo de 2009 por la Federación Argentina de la Magistratura y la Función Judicial (FAM). En el ámbito local las cifras no son menos impresionantes. Un juzgado de instrucción en Salta recibió alrededor de 10.000 causas nuevas solo durante 2012, pero cuenta solo con 18 empleados.

A pesar de ese evidente retraso operativo y tecnológico del Poder Judicial la ministra de Derechos Humanos de la Provincia, María Silvia Pace, decidió cargar el martes contra los magistrados salteños. “Me encantaría que algún funcionario de la Justicia explique por qué las causas no avanzan... Cada expediente no es un documento frío, sino una historia de vida. La demora tiene que ver con la falta de humanización”, dijo.

“La demora en las causas tiene que ver con la falta de humanización de la Justicia”, plagió ayer uno de los medios oficialistas que más pauta recibe del Estado provincial, en sintonía con los ataques que propina el Poder Ejecutivo Nacional contra la Justicia .

“La ministra banaliza el problema de la Justicia, más allá de que pueda tener razón en algún caso muy puntual, como pasa en los tribunales de todo el mundo, pero el problema pasa por otro lado. Hay una crisis estructural y una dependencia absoluta de los procesos en papel, en medio de la era digital. Pero, además, los jueces siempre fallan a destiempo, porque existe el debido proceso, que es un trámite lento y delicado, pero que garantiza los derechos de las personas. Los jueces venimos reclamando cuestiones muy serias”, dijo un juez con más de 20 años de magistrado.

“Los adjetivos calificativos nunca resolvieron nada. No se puede hacer campaña con la Justicia. En todo caso la ministra podría presentar algún proyecto de ley para mejorar los tiempos hasta que se llegue a una condena. Pero me parece que salió a hacer política de una forma incorrecta. Por otra parte, los jueces salieron con los tapones de punta a mostrar los impedimentos que viven a diario, pero las dos partes pueden aportar soluciones para mejorar la calidad del acceso a la Justicia del ciudadano común. Los jueces solo aplican la ley, si quieren humanizar la Justicia la ley es la herramienta indicada y la ministra podría aportar ideas. Por ejemplo, uno de los dramas de nuestro sistema es que no existen plazos, ni para la Justicia ni para el Ministerio Público Fiscal de la Provincia. La Corte Europea de Derechos Humanos sostiene que el plazo razonable para alcanzar una sentencia definitiva no puede pasar de dos años. Si te interesa agilizar los procesos podés poner una ley con plazos para cada tipo de causa. La falta de plazos es prima hermana de la desmesura y la arbitrariedad. Todo lo demás, lo único que hace es desprestigiar a las instituciones”, remarcó un alto magistrado de la Provincia.

En otro pasaje el mismo juez opinó que “la mediación y la Justicia contravencional deberían hacer de filtro para que no lleguen tantas causas a los tribunales”. Además invitó a la ministra Pace a dar respuesta en cuestiones más vinculadas con sus responsabilidades. “¿Por qué no existen mujeres titulares en el Consejo de la Magistratura de Salta?”, se preguntó.

“Acá trabajamos con dedicación, con responsabilidad y con un profundo compromiso con la gente. No nos dan las manos, ni el tiempo, ni los recursos técnicos o humanos, pero trabajamos todo el día. Somos humanos y es imposible trabajar sin humanidad, porque no estaríamos haciendo lo que estamos haciendo. Justamente, lo único que nos empuja a seguir adelante es nuestro compromiso humano. Además, hay que entender que los procesos judiciales son largos porque respetan la ley, los derechos y garantías de los involucrados que pueden apelar en muchas instancias lo que demora la resolución. Pero eso dice la ley y nosotros no podemos hacer otra cosa que cumplirla, no podemos inventar nada. Además, hay que estudiar cada caso. Le puedo poner de ejemplo que la semana pasada tuve que prescribir una causa de homicidio porque el acusado nunca pudo ser detenido. ¿Cómo se avanza en la causa sin un detenido? Personalmente me quiero morir por hacer eso, pero no puedo ir contra la ley. Ser juez no es fácil. Estamos sentados sobre una caldera”, dijo un magistrado con 40 mil causas y 9 empleados en su juzgado.

Jueces y humanos

“Es cierto que hay demoras, pero le aseguro que no son porque los jueces no trabajan. En mi juzgado el trato humano es prioritario. De ninguna manera ignoramos que atrás de cada expediente existe una persona. Somos tan conscientes de eso, que es una de las principales motivaciones que encontramos para seguir adelante. Las demoras hay que buscarlas en otra parte. Hay estudios que dicen que Salta necesitaría 56 juzgados de instrucción, mientras que solo existen ocho. Acá hacemos todo lo humanamente posible y estoy seguro que lo mismo pasa en la mayoría de los juzgados”, dijo otro juez.

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