¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Discriminación y locura

Martes, 26 de marzo de 2013 12:13

La ley de identidad de género y matrimonio igualitario muestran un gran avance para la inclusión de las minorías y el respeto a los derechos sociales. Sin embargo, escribir una ley y promulgarla no es garantía de que éstas se cumplan y mucho menos de que algunos sectores de la sociedad aceptan al que no es igual a ellos. Pedro Robledo, de 21 años, vivió en carne propia las agresiones de quienes lo ven “diferente”. Fue agredido en una fiesta en San Isidro por su condición sexual.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La ley de identidad de género y matrimonio igualitario muestran un gran avance para la inclusión de las minorías y el respeto a los derechos sociales. Sin embargo, escribir una ley y promulgarla no es garantía de que éstas se cumplan y mucho menos de que algunos sectores de la sociedad aceptan al que no es igual a ellos. Pedro Robledo, de 21 años, vivió en carne propia las agresiones de quienes lo ven “diferente”. Fue agredido en una fiesta en San Isidro por su condición sexual.

A las agresiones físicas hay que sumarle que los agresores se autonombraron defensores de toda la sociedad argentina, cuando solo representan a un grupo. “El Papa es argentino, no puede haber putos argentinos”, le gritaron.

Los agresores de Pedro Robledo fueron dos alumnos del Colegio Marín. Robledo estaba junto a su pareja en una fiesta junto a un grupo de amigos en una casa del partido bonaerense de San Isidro. “Estaba de la mano con mi novio y se acercó un chico diciéndonos que nos teníamos que separar porque era una casa católica”, afirmó Robledo.

En un momento de la noche Robledo se alejó de su grupo de amigos y comenzó a caminar de la mano con su novio cuando dos personas se acercaron a increparlo: “Putos de mierda, váyanse de acá, es una casa católica”. Tras ser increpado, Robledo explicó que ellos también profesaban esa religión, pero en respuesta recibió un fuerte golpe de puño en el rostro. “Me gritaron en el oído, "puto de mierda levantante'”, relató el joven, que yacía en el piso mientras le llovían los golpes.

Repudios y muchas señales de alarma

El problema de la intolerancia con los homosexuales es un tema de los psicólogos y no de la moral ni de la religión. La homofobia es una externalización de las dudas sobre la propia sexualidad.
Que se sepa, el actual Pontífice nunca dio signos de homofobia, a pesar del anticlericalismo, otra forma de intolerancia, que cultivan algunas organizaciones gay.
El repudio fue generalizado y los pedidos de protección legal también. La legisladora porteña y ex número dos del Inadi, María Rachid, pidió reforzar las normativas. “En nuestro país el matrimonio igualitario es un derecho adquirido hace dos años, y tememos que algunos se escuden en la elección de un papa argentino para intentar anular violenta e impunemente cualquier expresión de diversidad. Por eso es urgente adoptar medidas no sólo de castigo a los agresores, sino también las preventivas para garantizar que estos hechos no se reproduzcan como consecuencia de un brote en el resto del país”.
El Congreso aprobó en 2010 la ley del matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo, que fue muy criticada por la Iglesia católica. Sin embargo la aceptación de la diferencia del otro y llevar una convivencia en paz no se logra sin antes educar. Educar en el respeto y la tolerancia. Educar en la aceptación. Desde hace 5 años el país cuenta con una ley de educación sexual que busca enseñar a los chicos el conocimiento de su cuerpo, el respeto que debe tener el otro sobre su cuerpo y de que todos somos distintos. Como no podía ser de otra manera, la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) condenó ayer el ataque homofóbico cometido en San Isidro.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD