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Los huevos de Pascua, el símbolo de un tiempo de fe hecho en chocolate

Viernes, 29 de marzo de 2013 23:34

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¿Este cuánto cuesta?

45 pesos.

Me da dos. Y tengo unos sobrinitos a los que quiero regalarles huevitos, ¿tiene chiquitos?

Sí, aquí están. Hay de 4 y de 5 pesos, y esta bolsita que trae 5 huevitos y que cuesta 10 pesos. También tengo conejitos.

Este diálogo y diversas variantes de él se repiten a diario por estos días. Regalar el huevo de Pascua, esa capa de chocolate adornada con múltiples colores, es una tradición, aunque desde hace algunos años toma otras formas: conejos, gallinitas, canastas.

La idea es hacer el tradicional regalo del domingo de resurrección o de Pascua, a familiares y amigos. O simplemente disfrutar de este dulce después del almuerzo o durante la tarde. El secreto de este trozo marrón o blanco es siempre compartir.

Consumo de chocolate

Para la mayoría, el huevo de Pascua es el inicio de una temporada en la que comerán la mayor parte del chocolate que consumen al año.

“El huevo es un símbolo, pero con él y con el cambio de estación se encadena la venta de chocolates que después de esta fecha sigue con bombones y chocolate en rama o en barra”, remarcó Gladys Abdo de Dal Borgo, dueña la pastelería Roma, el emblemático negocio de dulces que está en Pueyrredón y Entre Ríos.

El otoño y los días más fríos invitan a tentarse, mientras que durante el invierno y los últimos fríos de la primavera se suman calorías y gramos a la glotonería.

Ritual preciso y delicado

La joven inclina el bol sobre la mesada de granito y una lengua marrón, tibia y aromática se esparce sobre la superficie. El chocolate ya llegó a la temperatura más alta y ahora hay que templarlo.

Con una espátula en cada mano, ella arrastra de un lado a otro el cremoso dulce. Los movimientos suaves y firmes, y el discurrir del chocolate sobre la mesada dan ganas de meter un dedo para robarse un poquito.

Elaborar los huevos de Pascua es casi un ritual, delicado y preciso. Y aunque para muchos resulta una tarea más bien sencilla, en el proceso pueden surgir imprevistos que frustren a quien elige preparar este dulce tradicional ya sea para consumir en casa o para iniciar un emprendimiento.

Una tarea complicada

“Muchos creen que es muy fácil hacer figuras de chocolate pero lo más común es que terminan quemando el chocolate”, advirtió la dueña de un local de venta de insumos que prefirió no dar su nombre.

Es común que “nos compran el chocolate y al otro día vuelven con un bloque duro que ya no sirve para armar figuras”, añadió.

“Quemar” el chocolate o “que se corte” es el efecto de haberlo dejado más tiempo del necesario en el baño María o en el microondas. El sobrecalentamiento endurece el producto que ya no se puede utilizar con moldes y solo se destina a rellenos y dulces que no requieren mayor manipulación.

En la fábrica de Tentaciones, las dos mujeres tienen siempre a mano un termómetro con el que controlan cada paso.

Templar el chocolate es derretirlo a una temperatura relativamente alta y luego entibiarlo para poder manipularlo y darle forma con el uso de los moldes.

Una vez que el cremoso dulce está a temperatura, se comienza a cubrir la parte interna de los moldes del huevo. Ya enfriadas y desmoldadas, las mitades serán unidas -siempre colocando confites o regalos en el interior- por un pequeño retoque de chocolate líquido.

Formado el huevo, la última etapa es ornamentarlo con glacé real o retoques de chocolate blanco.

En los últimos años, la presentación de los huevos de Pascua ha ganado en estética. Las ondulantes líneas de glacé ahora son combinadas con flores, hojas y hasta pajaritos, además de pequeñas y sinuosas combinaciones de chocolate blanco o de un marrón más claro.

Precios, inflación y expectativas

Este año las leyes del mercado argentino le impusieron su sello inflacionario: en casi todos los lugares el precio de los insumos y del producto terminado subió entre el 15 y el 20% respecto del año pasado.

También hubo otros condicionantes. Los negocios de insumos no recibieron toda la mercadería que esperaban. “Hubo problemas con el transporte porque al haber poca soja, los camiones no realizaron tantos viajes y no es negocio que los vehículos de carga regresen vacíos. A nosotros no nos enviaron todo el chocolate que habíamos pedido”, dijo la responsable de un local de Deán Funes y Leguizamón.

Sucedió lo mismo a otro comercio de calle Urquiza, entre La Florida e Ituzaingó, aunque el problema fueron los accesorios. “El chocolate lo pedimos en febrero y nos llegó bien, pero no nos enviaron todos los accesorios y el azúcar que habíamos solicitado a los proveedores”, sostuvo José Gianotti.

Según el peso, el tamaño, los adornos, la calidad del chocolate y la marca, los huevos y conejitos de Pascua se venden a precios que van desde 1 a 900 pesos.

Un ejemplo: un huevo artesanal de 100 gramos se puede comprar en 14 y hasta 20 pesos. En cambio, si el mismo producto le pertenece a una marca de dulces conocida, el precio supera los 45 pesos.

“Hay clientes que vinieron a comprar los insumos para preparar en sus casas porque dicen que en los súper están caros; pero la mayoría viene para elaborar huevos para vender y hacer una buena diferencia en esta fecha”, señaló Gianotti.

Afuera, a pocos metros de la puerta de su negocio, Daniela está parada sosteniendo una canasta de mimbre llena de huevos y conejitos de distintos tamaños. Los más chicos -de unos 40 gramos- están a 4 pesos; los de 100 gramos, a $14.

“El miércoles la gente preguntaba los precios más que comprar, pero a medida que se acerca el domingo la venta aumenta”, dijo la joven. A su lado, otras dos mujeres también ofrecen productos similares.

En una galería, la vidriera de Tentaciones surge como parada obligada. Una pequeña canasta con huevos pequeños -todo de chocolate- se vende a $55. “Es una cantidad suficiente de chocolate para una familia tipo”, explicó Pablo Díaz. No es un detalle menor. Si es para regalo, uno elige según el gusto y el bolsillo. Si es para comer en casa, como mínimo debe alcanzar para todos los integrantes de la familia.

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