Una mujer resultó gravemente herida de un balazo, anteayer, a las 22, durante un partido que se jugó en el estadio de la Liga Salteña de Fútbol entre los equipos Peñarol y Camioneros.
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Una mujer resultó gravemente herida de un balazo, anteayer, a las 22, durante un partido que se jugó en el estadio de la Liga Salteña de Fútbol entre los equipos Peñarol y Camioneros.
El incidente se generó cuando un grupo de hinchas peñarolenses intentaron ingresar masivamente a la cancha arrinconando al cabo Maximiliano Delgado y el comisario Gabriel Rojas, a cargo del operativo de seguridad, agrediéndolos física y verbalmente.
Según testimonios, los atacantes estaban borrachos y arremetieron contra los uniformados, uno de los cuales, ante la inferioridad numérica, extrajo su arma reglamentaria para hacer tiros al aire, pero, en ese momento, fue empujado, se activó la pistola y se escapó un tiro. Acto seguido, una mujer, identificada como Elizabeth Tévez (42), recibió el impacto resultando gravemente herida.
En un primer momento un médico del SAMEC, de apellido Giménez, determinó que tenía una herida superficial producto de una bala de goma, pero al llegar al hospital local se determinó otra cosa: que había recibido un impacto de bala de plomo.
El parte emitido desde el nosocomio expresa: “Herida de arma de fuego, lesión intestinal múltiple, henoperitoneo, lesiones en mesocolon seco ascendente y hematoma retroperitonial”.
Analía, hermana de la víctima, dialogó con El Tribuno en la guardia del hospital. “Mi hermana está muy grave; anoche la operaron durante más de cinco horas y no encontraron la bala; le están haciendo transfusiones de sangre y ahora está en las manos de Dios. Fue a la cancha porque su Pablo, que es discapacitado, es fanático de Peñarol. El tuvo un accidente y perdió el 15% del cráneo. No está embarazada como dijeron. Cuando comenzaron los tiros quiso irse del lugar pero quedó entre un grupo de hinchas y recibió el disparo. Estoy indignada con las primeras versiones que decían que fue una bala de goma y que la herida era superficial. Ahora se está muriendo, lucha por sobrevivir y tiene perforado el hígado, riñón, intestino y colon. Rogamos para que salga de esta”, contó, en evidente estado de nervios.
Hasta el hospital llegaron muchos amigos y familiares de la víctima, quienes mostraron su solidaridad y afecto hacia Elizabeth.
Por otro lado, su hija menor, de 17 años, pedía justicia a los gritos, desbordada por la situación, mientras su tía señalaba: “Queremos que los responsables sean sancionados, no solo la persona que disparó, sino todo los que estaban involucrados en la seguridad. Nunca fui a una cancha; sé que mi hermana iba para acompañar a su hijo y miren lo que pasó, Ely está en la sala de shockroom, porque no hay cama en terapia intensiva; estamos desbordados, no sabemos qué hacer”.
El dirigente del club Peñarol José Taborda señaló con respecto a lo sucedido: “Realizamos la denuncia y estamos haciendo las gestiones para trasladar a Elizabeth a un sanatorio privado, ya que no hay cama en terapia intensiva del hospital y no puede recibir los cuidados correspondientes. Hablé con el secretario de Deportes, Federico Abud, y estamos a la espera de una respuesta, ya que la familia es de escasos recursos y no puede sostener los costos que implica la atención en una clínica privada”.
La causa está en manos del juez de Instrucción Formal 4, Antonio Germán Pastrana, quien indagará mañana al único detenido hasta el momento.
Un detenido por lo sucedido
Desde el nosocomio local, personal policial sacó esposado a un jugador de Peñarol, Miguel Guaymás, explayer de Central Norte. El mismo, con marcas de golpes en la espada, fue conducido hasta un móvil policial. Desde la puerta pidió ayuda para Elizabeth y dio su apoyo a la familia.
Por otro lado, desde el departamento de Prensa y Difusión de la Policía, la oficial Marina Burgos detalló cómo sucedieron los hechos.
“El personal policial estaba realizando la requisa correspondiente en uno de los accesos. En un momento, un grupo de hinchas quiso entrar violentamente a la cancha, todos en evidente estado de ebriedad, mientras afuera del predio otros protagonizaban más incidentes. Los asistentes rodearon al cabo Maximiliano Delgado y al comisario Rojas, comenzaron a golpearlos, insultarlos y escupirlos, inclusive uno de ellos presenta lesiones. En ese momento el cabo, a ver la situación desbordada y como última instancia, sacó el arma y efectuó el disparo”.
“La pistola fue secuestrada y personal de Centro de Investigaciones Fiscales (CIF) está realizando el peritaje correspondiente”, dijo.
“El efectivo -añadió- quedó a disposición de la Justicia, alojado en la Alcaidía en calidad de incomunicado y será indagado por el juez Antonio Germán Pastrana el lunes a primera hora. La carátula hasta el momento es supuesta tentativa de homicidio”, explicó.
Burgos concluyó: “El cabo tiene un legajo impecable y no posee antecedentes de violencia ni sumarios referidos a conductas indebidas”.