Fredy Maza, un poblador criollo de la localidad de Santa María ubicada a unos 20 kilómetros antes de llegar a Santa Victoria Este, debió ser rescatado junto a su esposa y sus tres hijos de 4, 15 y 16 años, por la policía debido a que un centenar de aborígenes intentó lincharlo. La familia fue rescatada desde la casa donde funciona también un almacén de ramos generales de su propiedad debido a que un grupo de personas exaltadas comenzó a reunirse en la puerta con “las intenciones de robar y quemar el lugar con nosotros adentro”, dijo Fredy Maza.
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Fredy Maza, un poblador criollo de la localidad de Santa María ubicada a unos 20 kilómetros antes de llegar a Santa Victoria Este, debió ser rescatado junto a su esposa y sus tres hijos de 4, 15 y 16 años, por la policía debido a que un centenar de aborígenes intentó lincharlo. La familia fue rescatada desde la casa donde funciona también un almacén de ramos generales de su propiedad debido a que un grupo de personas exaltadas comenzó a reunirse en la puerta con “las intenciones de robar y quemar el lugar con nosotros adentro”, dijo Fredy Maza.
“Todo este problema lo provoca Cristóbal Wallis, un inglés anglicano que le lava la cabeza a la gente y está haciendo que nos enfrentemos entre nosostros. Yo nunca he tenido problemas con los paisanos (aborígenes) y nunca los voy a tener. Acá hay 30 personas que son las que producen los conflictos y tienen como cabecilla a Wallis”, indicó.
Provocación
“El martes a la tarde vino Cristóbal Wallis a mi negocio a hablar de tierras, porque quiere todo el lote 55. Ya le había dicho que no viniera a mi casa porque es un hombre que lo único que hace es provocar conflictos. Pero vino lo mismo en un acto de provocación. Le dije que se fuera y no lo hizo, por eso lo saqué a empujones y él hizo un escándalo. Se fue a la salita y se hizo el herido y en media hora había incitado a la violencia a la gente”, dijo Maza. “Lo que vivimos fue de terror, yo justo había ido a ver a mi madre que está sola en un puesto y fue en ese momento que llegó con otros paisanos. Mi esposa estaba sola con dos de mis hijos y alcanzó a cerrar el almacén, pero algunos aborígenes ingresaron por el canchón y rompieron puertas y quemaron cosas. Cuando llegó mi hija de 15 años que regresaba de la escuela, la golpearon, la insultaron y le rompieron la ropa. Cuando mi chango de 16 años la quiso defender, lo quemaron ”, agregó Maza.
El origen del conflicto
Maza fue trasladado a Tartagal donde radicó la denuncia. “Eso fue una pérdida de tiempo. La denuncia yo la podría haber hecho en Santa Victoria Este. Todos los problemas que tenemos con los paisanos son provocados por Wallis, él organiza a la gente para que tome escuelas, corten rutas, y todo el tiempo haya problemas y no podamos vivir en paz.”
El hombre aseguró que los aborígenes encabezados por Wallis han amenazado con quemarlo si es que vuelve a su casa. “Lo que se vive acá es de terror, nos quieren echar de nuestras tierras y nosotros somos dueños de nuestros lotes. Tenemos las escrituras, además somos nacidos y criados en este lugar, no tenemos por qué irnos”, dijo Fredy en concordancia con otra vecina criolla identificada como Paula, y que no quiso dar su apellido porque tiene miedo. “Estamos desamparados por la ley y por los políticos, nosotros los criollos no tenemos a nadie que nos proteja (...) acá todos nos criamos juntos, aborígenes y criollos, ibamos a la escuela juntos, al río, etc. pero desde que llegó Wallis las cosas cambiaron y estamos enfrentados. Esto no lo entiendo. Lo que no me cabe dudas es que todo esto es en el fondo un problema de tierras, que ni siquiera son para los aborígenes, sino para gente que responde a intereses extranjeros”, agregó.
Sin protección
“Mi familia está tirada en un puesto sin luz ni agua, a 15 km de nuestra casa porque no podemos volver. Por otro lado, antenoche tuve que ir yo a cuidar mi casa, porque la policía se había ido y dejó todo desprotegido. En el canchón yo tengo mercadería e incluso combustible. Pero ahora la policía no quiere que regrese a mi casa para no provocar disturbios, pero yo necesito hablar con la gente y volver con mi familia”, sostuvo Maza.
La situación es de alta tensión. Al lugar se movilizaron dotaciones de Infantería de la policía.