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La mejora salarial, sin parámetros

Domingo, 31 de marzo de 2013 14:46

En la Argentina actual por su coyuntura económica, es difícil encontrar, en un contexto de precios crecientes, un parámetro para la discusión paritaria que resulte ecuánime y razonable. En un comentario publicado en la prensa porteña por la analista en temas económicos, Cledis Candelaresi, se recogen esas dificultades.

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En la Argentina actual por su coyuntura económica, es difícil encontrar, en un contexto de precios crecientes, un parámetro para la discusión paritaria que resulte ecuánime y razonable. En un comentario publicado en la prensa porteña por la analista en temas económicos, Cledis Candelaresi, se recogen esas dificultades.

“Después de la anunciada suba del 20% al mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, la pauta que asoma es la falta de pauta. En este contexto sin reglas firmes, el poder de negociación de los trabajadores organizados resulta decisivo para evitar que la inflación horade el poder de compra de los sueldos, preservándolos también en coyunturas poco ventajosas”.

Se puede mencionar el caso de la Uocra de Gerardo Martínez en el que las remuneraciones de los albañiles hayan subido el año pasado un 31,7 por ciento promedio mientras la actividad cayó un 2,7 por ciento en los primeros nueve meses del año.

La complejidad se expresa más nítidamente en otros rubros como el del campo.

Por su parte, fuentes del gobierno comentan que si los salarios se ataran a la rentabilidad del sector, “los mejores pagos de este país deberían ser los peones rurales”, debido a la contundente renta de la explotación agropecuaria.

El año pasado, la mejora salarial en las retribuciones del pequeño núcleo de trabajadores registrados subió un 30,9% a pesar de que los principales cultivos cayeron un 15%, según un informe de la consultora Abeceb.com. Algo parecido ocurrió con la industria manufacturera, cuyos sueldos crecieron en promedio más del 27 %, mientras algunos rubros tuvieron un parate o retrocedieron.

En esos casos los acuerdos paritarios no reflejaron en modo directo la suerte del negocio. Lo recuerda la Unión Industrial Argentina: no es lo mismo un sector mano de otra intensivo como el textil que otro capital intensivo como el agropecuario.

Difícil de acordar para los estatales

A la hora de negociar paritarias los gremios suelen ser más pragmáticos. Toman distintos parámetros de la coyuntura económica.

Uno de los más dudosos es aquel del Indec que indicó que el año pasado los precios al consumidor subieron un 10,8 por ciento y la suba del salario industrial al tercer trimestre ya había superado el 27 por ciento. Un triunfo de envergadura difícil de constatar empíricamente para cualquier obrero industrial.

Otra dificultad de negociar sobre la base de la inflación es la modalidad de ajustes escalonados, que hacen que los sueldos siempre pierdan la carrera: cuando termina de completarse el incremento acordado (generalmente en el último trimestre del año), la suba de precios ya lo licuó. Y una duda tan difícil de despejar como el dilema del huevo y la gallina.

¿Las mejoras en las remuneraciones intentan cubrir por anticipado las subas de precios futuras o apenas reparan el desgaste de las del año anterior.

Y uno de los sectores con parámetros propios en las paritarias salariales son los estatales de cada provincia. Se mueven por comparacionenes laborales del mismo en distintos distritos y así van resultando las nuevas escalas salariales para la administración pública

Los ejes argumentales que usaron algunos sindicatos

El doble principio del modelo para las negociaciones paritarias es no tomar solo la rentabilidad ni la inflación. Otro caso de negociación de esta época fue la de los trabajadores bancarios.Cerraron un acuerdo sólo hasta marzo con un aumento provisorio superior al 24%, que algunas entidades ya empezaron a liquidar, aunque el pacto no cuenta con la venia del ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Uno de los ejes argumentales para conseguirlo fue la contundente bonanza del negocio financiero, consignada por el último informe disponible del Banco Central: en doce meses el conjunto de los bancos acumuló renta neta superior a 19.466 millones de pesos. La inflación como parámetro paritario también tiene sus bemoles, empezando por la definición de si se toma como base la calculada por el Indec o la estimada por consultoras privadas.

Difícil de acordar para los estatales

A la hora de negociar paritarias los gremios suelen ser más pragmáticos. Toman distintos parámetros de la coyuntura económica.

Uno de los más dudosos es aquel del Indec que indicó que el año pasado los precios al consumidor subieron un 10,8 por ciento y la suba del salario industrial al tercer trimestre ya había superado el 27 por ciento. Un triunfo de envergadura difícil de constatar empíricamente para cualquier obrero industrial.

Otra dificultad de negociar sobre la base de la inflación es la modalidad de ajustes escalonados, que hacen que los sueldos siempre pierdan la carrera: cuando termina de completarse el incremento acordado (generalmente en el último trimestre del año), la suba de precios ya lo licuó. Y una duda tan difícil de despejar como el dilema del huevo y la gallina.

¿Las mejoras en las remuneraciones intentan cubrir por anticipado las subas de precios futuras o apenas reparan el desgaste de las del año anterior.

Y uno de los sectores con parámetros propios en las paritarias salariales son los estatales de cada provincia. Se mueven por comparacionenes laborales del mismo en distintos distritos y así van resultando las nuevas escalas salariales para la administración pública .

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