Dolor, congoja y polémica. Esto dejó ayer la muerte de una niña de 2 años y 11 meses, que vivía en Hipólito Yrigoyen, y que aún no se conoce la causa de su deceso.
inicia sesión o regístrate.
Dolor, congoja y polémica. Esto dejó ayer la muerte de una niña de 2 años y 11 meses, que vivía en Hipólito Yrigoyen, y que aún no se conoce la causa de su deceso.
A pocas horas de que se conociera este caso, surgió una controversia sobre la enfermedad que la mató, aunque la mayor sospecha es que fue por hantavirus, el mal que transmiten las ratas.
El gerente del hospital de Yrigoyen, Enrique Medina, explicó que la niña llegó al servicio de guardia el sábado en la noche, con un cuadro febril. El médico le dio un antitérmico y la envió de vuelta a su casa. El domingo la nena dijo sentirse mal y fue llevada a la guardia el lunes a primera hora. Según el relato del profesional, como el cuadro era muy grave -tenía serias dificultades para respirar-, fue derivada al hospital de Orán, donde a los pocos minutos falleció.
“Epidemiológica y clínicamente aparece como un caso de hantavirus, pero no se puede confirmar esto hasta que tengamos los resultados de los estudios de laboratorio”, afirmó.
Medina remarcó que los síntomas del hantavirus, sobre todo al inicio de la infección, son similares a otras enfermedades endémicas como el dengue, e incluso la leptospirosis.
La familia de la pequeña vive en un asentamiento, en el sector conocido como “62 Hectáreas”, que son tierras cedidas por el ingenio San Martín. Las casas están a pocos metros de los cañaverales, donde viven roedores que pueden transmitir el hantavirus.
Las dudas
Distinta es la versión que dio ayer la diputada provincial Silvia Jarzún de Sabag, quien estuvo con la familia de la pequeña, durante el velorio, en Yrigoyen. “Me dieron una copia del certificado médico, firmado por la doctora Silvia Armella, donde se indica que la niña murió por síndrome de distrés respiratorio, hantavirus y anemia”, afirmó.
La legisladora cuestionó la tardanza en realizar el diagnóstico y sostuvo que, según le indicaron fuentes cercanas al Laboratorio de Enfermedades Tropicales de Orán (donde se hacen los análisis), “no hay reactivos para los estudios”. E insistió: “Hasta ayer le decían a los padres que no era hantavirus y ahora me muestran el certificado de defunción con esa enfermedad como causa del deceso”.
El infectólogo del hospital de Orán, Marcelo Quipildor, contó anoche que estuvo en contacto con la niña y que “hasta este momento no se sabe qué enfermedad tuvo; se tomaron las muestras de sangre, se las envió al Laboratorio de Enfermedades Tropicales y mañana (por hoy) al mediodía van a estar los resultados para saber si fue hantavirus”.
Gentile negó que faltan reactivos
El coordinador de Epidemiología de la Provincia, Alberto Gentile, negó que falten reactivos para detectar casos de hantavirus en el Laboratorio de Enfermedades Tropicales de Orán.
“Acabo de hablar con la responsable del Laboratorio, la doctora María Teresa Córdoba, y me informa que no hay falta de reactivos en absoluto, y que no hay problemas en el procesamiento de muestras de hanta”, afirmó.
En cuanto al caso de la niña de Hipólito Yrigoyen que falleció, el funcionario dijo que en el sistema de vigilancia por laboratorio no tenía reportes nuevos.
Gentile recordó que el hantavirus es una enfermedad endémica en Orán, y que la aparición de casos varía de año a año. “En general oscilan entre 11 y 15 casos anuales, pero a veces se registran 8 y otros años llegan a 25”, advirtió.
Sostuvo, además, que en ese departamento norteño la tasa de letalidad de la enfermedad “es del 20 por ciento, una de las más bajas de América, ya que la letalidad natural para el hantavirus en la región es del 75 por ciento”.