La Escuela de Alta Montaña Lito Sánchez, de San Antonio de los Cobres, no solo capacita a guías profesionales en montañismo, también educa en valores a sus 25 alumnos de entre 6 y 18 años a través de un novedoso método.
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La Escuela de Alta Montaña Lito Sánchez, de San Antonio de los Cobres, no solo capacita a guías profesionales en montañismo, también educa en valores a sus 25 alumnos de entre 6 y 18 años a través de un novedoso método.
Es que son los mismos padres junto a los maestros los que califican el desempeño escolar y actitudinal de los chicos en general, tanto en la escuela como en la casa.
Una vez al mes los padres participan de las evaluaciones generales junto a los maestros. “La calificación se basa en tres aspectos. El primero referido a la formación del niño en la familia, el segundo tiene que ver con el área escolar y el tercero con los conocimientos de montañismo”, señaló a El Tribuno Jaime Soriano, director de la escuela e impulsor de la iniciativa que lleva adelante junto a experimentados montañistas.
Soriano agregó que el objetivo es cambiar hábitos nocivos en la niñez y la juventud, y brindarles perspectivas de un futuro diferente, asegurándoles una salida laboral como guías de montaña, entre otros.
Las actividades
Las clases se imparten los fines de semana y los días feriados. La teoría se brinda en el complejo deportivo local, donde se construyó una “palestra” de escalamiento, financiada por la minera ADY Resources Limited, que permanentemente apoya a la escuela.
A su vez, también se demarcaron lugares en los alrededores del pueblo para la práctica de escaladas en hielo y roca.
Sobre la práctica en campo, los chicos ya hicieron cumbre en el nevado El Acay, de 5.600 msnm; en el Macón de Tolar Grande y en el Quewar, de 6.000 msnm.
Un joven director
Soriano tiene 30 años, nació en San Antonio de los Cobres y cuenta en su historial la conquista de 17 cumbres, entre ellas el Aconcagua.
Actualmente se prepara para viajar a Nepal, donde vivirá nuevas experiencias en el Himalaya.
Hoy la escuela está apadrinada por la Unidad Patrullera de Rescate de Montaña de Mendoza y cuenta también con la colaboración de los padres, el municipio y empresas mineras de la zona.