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El auto que se salvó del Titanic

Sabado, 11 de mayo de 2013 18:19

 El Brush D24 fue construido en 1909 y matriculado un año después. No pasa de los 39 kilómetros por hora, pero para su época era un auténtico bólido, y es uno de los coches más antiguos que se conservan capaz de arrancar. Con dos asientos, pasaba por coche de lujo, y el primero, al menos que esté documentado, que condujo una mujer en los Estados Unidos. Pero, sobre todo, es conocido como ‘el coche del Titanic’, porque un retraso le evitó viajar en el conocido transatlántico y compartir su destino en el fondo del mar.

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 El Brush D24 fue construido en 1909 y matriculado un año después. No pasa de los 39 kilómetros por hora, pero para su época era un auténtico bólido, y es uno de los coches más antiguos que se conservan capaz de arrancar. Con dos asientos, pasaba por coche de lujo, y el primero, al menos que esté documentado, que condujo una mujer en los Estados Unidos. Pero, sobre todo, es conocido como ‘el coche del Titanic’, porque un retraso le evitó viajar en el conocido transatlántico y compartir su destino en el fondo del mar.

El Parque de las Ciencias de Granada, en España, reunió la primera exposición al público de este coche después de una ardua restauración de más de un año y medio que lo ha dejado con el mismo aspecto que tenía cuando salió de la fábrica. Valorado en 300.000 euros, la Fundación Titanic lo obtuvo de un coleccionista parisino que se lo cedió por apenas 30.000, y completó así un laborioso trabajo de documentación que ha culminado ahora con la exhibición del vehículo. Fue la única pieza que faltó en ‘Titanic: The Exhibition’, la exposición más visitada del mundo entre 2006 y 2007 y que ya visitó el Parque en su momento.

Al visitante del Parque lo primero que le llama la atención es la estructura del vehículo: los ejes, los radios, todos los bajos, son de madera. La bocina, completamente artesanal, da la vuelta por el lateral en forma de trombón, y los pedales parecen de juguete a un conductor moderno. La pintura, en rojo y blanco, coincide por casualidad con los colores que lucía el Titanic, en el que nunca llegó a embarcarse. Y, otro detalle que lo hace pieza única, fue el primer coche en utilizar amortiguadores en lugar de ballesta.

El comisario de la exposición de una sola pieza, Jesús Ferreira, explica que costó ½años” localizar el vehículo y documentar toda su historia. Siempre se habló el coche que se salvó del Titanic, que llegó a Europa en otro barco por haberlo perdido, pero nadie sabía localizarlo. Se sabía que era una pieza única y los periódicos de la época hablan de que fue el primero que condujo una mujer, con fotografías en que se ve a esa primera conductora. Pero era imposible de encontrar”.

El coleccionista parisino que lo tenía en su poder, “muy deteriorado”, prácticamente nos lo regaló, porque ha costado una décima de su precio tasado, pero porque sabía que la Fundación podía restaurarlo”. Para ello hubo que desmontarlo y volverlo a montar, pieza a pieza, con un trabajo de documentación muy detallado para no equivocarnos”. Un nuevo rescate de este coche único que por dos veces ha burlado al destino.

Fuente: El Mundo

 

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