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El gobernador quiere ser candidato ?testimonial?

Lunes, 13 de mayo de 2013 05:50

Juan Manuel Urtubey pretende ser candidato al Consejo de la Magistratura en las elecciones nacionales de octubre. Siempre y cuando antes del 12 de junio, fecha en la que vencen los plazos para inscribir alianzas, la Justicia no declare la inconstitucionalidad de la ley que establece la elección directa, por voto popular, de los miembros de ese organismo. Esta intención explica los cinco minutos de fama que tuvo en la Cámara de Diputados Cristina Fiore, quien coqueteaba con los opositores a la norma, pero que según Patricia Bullrich, recibió instrucciones expresas del gobernador de Salta para votar a favor de un proyecto que apunta a subordinar a los jueces a la voluntad política del Gobierno nacional.

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Juan Manuel Urtubey pretende ser candidato al Consejo de la Magistratura en las elecciones nacionales de octubre. Siempre y cuando antes del 12 de junio, fecha en la que vencen los plazos para inscribir alianzas, la Justicia no declare la inconstitucionalidad de la ley que establece la elección directa, por voto popular, de los miembros de ese organismo. Esta intención explica los cinco minutos de fama que tuvo en la Cámara de Diputados Cristina Fiore, quien coqueteaba con los opositores a la norma, pero que según Patricia Bullrich, recibió instrucciones expresas del gobernador de Salta para votar a favor de un proyecto que apunta a subordinar a los jueces a la voluntad política del Gobierno nacional.

De todas maneras Fiore, estrella del Twiter por un día, gracias a la cantidad de repudios que cosechó con su actitud, confía, según dijo en su discurso, que “cuando la historia nos juzgue, cuando nos enfrentemos cara a cara con Dios, no nos va a preguntar cómo hemos votado al Consejo de la Magistratura”.

Lejos de ese dramatismo pos-terrenal, Urtubey le pidió que vote a favor, porque además de estar de acuerdo con el espíritu y las intenciones de un proyecto que defendió públicamente, quiere figurar en la boleta. Supone que de esa manera podría instalarse como protagonista en una polémica que, de no prosperar las impugnaciones por inconstitucionalidad, sería el centro del debate electoral en el orden nacional.

Para incorporarse a la nómina de aspirantes elegidos por Cristina Kirchner, dentro de una boleta única para todos los distritos, Urtubey tendría que estar dispuesto a cometer un fraude a los electores. ¿O acaso puede caracterizarse de otro modo la postulación de alguien a un cargo electivo que, de antemano, no tiene la intención de ocupar? Porque claro está que no renunciaría a la gobernación para integrarse al Consejo de la Magistratura, en caso de resultar electo.

Entre tanto prosigue la campaña de su hermano a la senaduría nacional, acompañado por el autodenominado “quincho” que integran intendentes, legisladores provinciales, candidatos a distintos cargos y personal de apoyo, que se desplazan esforzadamente a distintos lugares del territorio provincial para darle sostén, contención y volumen a una candidatura que aún no mueve significativamente la aguja de las encuestas. En Orán, el candidato, como para demostrar que no enarbola en soledad aquella bandera de “la misma sangre, la misma lucha”, apoyó la postulación a diputada nacional de Patricia Hucena, hermana de Antonio Hucena, titular del Bloque Justicialista en la Cámara baja.

Mientras a pocos kilómetros, en Colonia Santa Rosa, se comentaba en un bar la noticia de que la licitación para la obra de “Revestimiento y Adecuación del canal 25 de Mayo”, convocada por el Ministerio de Economía y financiada con los recursos del Fondo de Reparación Histórica, había sido adjudicada a una UTE (unión transitoria de empresas) que cotizó un 27,91% por debajo del presupuesto oficial de $9.987.642. Justo en el porcentaje, entre el veinte y el treinta por ciento, en que se presume la sobrefacturación de la obra pública. Se presentaron cinco empresas. Todas cotizaron por debajo. Desde $7.200.386, la que ganó la licitación, hasta $8.777.886, la que cotizó el precio más alto.

La firma que dejó Rodolfo Urtubey en la obra de cloacas para Pichanal

¿Qué pasó? ¿Se terminaron los sobreprecios y las coimas? ¿Cambió la política? Los interrogantes iban y venían en la mesa que compartían tres urtubeicistas, un escéptico y un opositor. De pronto el escéptico preguntó si sabían que a la planta de líquidos cloacales de Pichanal, que tenía un presupuesto oficial de alrededor de 9 millones de pesos, la habían adjudicado en casi 18 millones, en uno de los últimos contratos que firmó Rodolfo Urtubey como responsable del Fondo de Reparación Histórica. Los oficialistas se miraron entre ellos y cambiaron de tema.

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