El obispo de Orán, Marcelo Colombo, se mostró muy acongojado por la situación que le tocó vivir a la periodista de El Tribuno en esa ciudad, Andrea Silvera.
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El obispo de Orán, Marcelo Colombo, se mostró muy acongojado por la situación que le tocó vivir a la periodista de El Tribuno en esa ciudad, Andrea Silvera.
Colombo manifestó: “Estamos afligidos, como toda la población, por las circunstancias que acontecen todos los días en Orán. El caso de Andrea particularmente, que es muy conocida, nos causa un dolor muy grande porque es otra víctima de la inseguridad, un flagelo que se ve cada vez con más frecuencia”.
“El concepto de inseguridad se ha adueñado de nuestros corazones y nos afecta como ciudadanos particularmente y como conjunto, porque se va generalizando. Si bien hay medidas de seguridad policial muy importantes y que van aumentando, se concentran en el centro de la ciudad y en los barrios falta presencia”, explicó.
El obispo de la ciudad norteña afirmó que “estamos en un momento donde se nos presenta la disyuntiva de pensar en la inseguridad como un tema ligado a lo económico, pero acá hablamos de la salud de la población, porque además hay ataques contra la integridad física de las víctimas”.
Colombo se mostró convencido de que para evitar el incremento de la inseguridad en el norte de la provincia, “el eje debe girar en torno de la necesidad de proteger y prevenir, sobre todo prevenir. Es fundamental profundizar las medidas de prevención”.
“La noche se ha alargado mucho en Orán, y no solo durante los fines de semana. Durante los días hábiles también se sienten las motos con los chicos que circulan toda la noche y la madrugada”, advirtió.
El obispo remarcó que este tipo de ataques no se circunscribe a gente de clase alta o media, sino que las víctimas son todos los ciudadanos, sin importar si tienen más o menos dinero. El caso de Andrea es prueba cabal de ello, es una trabajadora, una madre de familia que día a día sale llevar el pan a su casa”, ejemplificó.
Colombo no ocultó su preocupación por el nivel de agresividad del ataque ya que los malvivientes, tras concretar el robo, intentaron apuñalar a la periodista, quien no había opuesto resistencia. “Hay un remate violento en el ataque que nos hace pensar en un odio injustificado y una revancha contra la vida que uno no se explica y que solo podría tener sus raíces en la psiquis del atacante”, estimó.
No al miedo
Finalmente, el obispo oranense señaló que “después de una situación como ésta uno queda mortificado y susceptible, pero no debe ceder al miedo y caer en el aislamiento. El ciudadano común no se debe dejar amedrentar, pero sí debe tomar medidas para intentar prevenir, dentro de sus posibilidades, situaciones que lo puedan dejar expuesto a casos de inseguridad”.
“Las autoridades, por su parte, deberían incrementar la presencia policial y saturar las calles, si fuera necesario, para proteger a la población”, sentenció.
Frustrada protesta contra la inseguridad en Orán
Cientos de oranenses, preocupados por la creciente inseguridad en esa ciudad, intentaron anoche en dos oportunidades hacer escuchar su reclamo al gobernador Juan Manuel Urtubey, pero en ambos casos la protesta fue impedida por efectivos de la policía de la Provincia.
La manifestación había sido convocada por vecinos del barrio Balut -uno de los más afectados por el avance de la delincuencia- y por familiares de los siete policías acusados de apremios ilegales contra dos jóvenes que horas antes habían apedreado una comisaría. Sin embargo, alrededor de las 21 ya se habían reunido en el punto de encuentro varios centenares de vecinos.
La idea de los organizadores era abordar a Urtubey en la plaza San Martín, donde el gobernador iba a inaugurar una fuente de aguas danzantes junto a las autoridades locales. Sin embargo, un amplio despliegue policial encabezado por el jefe de la fuerza, Marcelo Lami, impidió a los vecinos acceder a ese lugar.
Concluido el acto, los manifestantes se enteraron que el gobernador se había trasladado al hotel Alto Verde, por lo que decidieron marchar hacia allí. A unos 100 metros del hotel, sin embargo, fueron nuevamente bloqueados por la policía. En ese punto se registró una enérgica demanda de los vecinos a los efectivos de las fuerzas de seguridad. “Venimos a defenderlos a ustedes, déjennos pasar”, le gritaban a los policías. Luego de permanecer más de una hora en el lugar, la gente comenzó a desconcentrarse, sin haber podido hablar con el gobernador.
Por día hay diez denuncias
(Por Cristina Carrazán)
La situación de inseguridad traducida en robos, atracos y asaltos tienen en vilo a los poblaciones del norte provincial como Tartagal y Mosconi. Eso motivó que dos semanas atrás vecinos realizaran marchas denunciando el principal disparador de estos hechos: la venta de drogas en diversas bocas de expendio.
En General Mosconi, y luego de una audiencia pública de la que participaron funcionarios provinciales del área de seguridad, finalmente la Provincia entregó un móvil y dos motocicletas para la Comisaría Nº 41. La dependencia que debe vigilar la seguridad de Mosconi y Campamento Vespucio no contaba con un vehículo desde hacía 3 años por lo que debía recurrir a la camioneta de la Dirección de Tránsito municipal cada vez que debía realizar un procedimiento de urgencia.
La entrega del móvil en Mosconi luego de las manifestaciones públicas tuvo otra consecuencia que se sucede toda vez que se dan a conocer estos casos: las sanciones al personal sospechoso de haber brindado información. En el caso de Mosconi, un efectivo de la Comisaría 45, que pidió estricta reserva en su identidad para preservar su fuente de trabajo y su tranquilidad laboral, aseguró que “cuando la situación volvió a la normalidad un oficial fue sancionado y enviado como castigo a Santa Victoria Este”, confió a este medio.
La situación de inseguridad no es diferente en Tartagal, donde las mujeres son el blanco predilecto de motochorros o delincuentes que circulan también en bicicletas a la espera del menor descuido para hacerse de bolsos, carteras y hasta bolsas con mercadería. Uno de los últimos hechos tuvo lugar en la vereda de las oficinas del Correo Argentino; allí el chofer de un vehículo de la empresa Marbar SRL se alejó unos pocos metros y al regresar se dio con que desconocidos abrieron su vehículo y le sustrajeron una cartera con $10.000, una cámara digital, una chequera y una notebook.