¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21°
24 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Los desafíos de la salud mental en Salta

Miércoles, 22 de mayo de 2013 22:59

Ya hace buen tiempo que en nuestra provincia, las problemáticas en salud mental no han parado de profundizarse. Y esto al punto de que no sería demasiado decir que “alarmante” es una palabra que a este “problema” le queda chico. Los emergentes como las adicciones y los trastornos alimentarios han crecido de forma desmesurada y hasta infravalorada. Las viejas patologías como la depresión y la esquizofrenia siguen estancadas a pesar de los numerosos intentos de avance en estas áreas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Ya hace buen tiempo que en nuestra provincia, las problemáticas en salud mental no han parado de profundizarse. Y esto al punto de que no sería demasiado decir que “alarmante” es una palabra que a este “problema” le queda chico. Los emergentes como las adicciones y los trastornos alimentarios han crecido de forma desmesurada y hasta infravalorada. Las viejas patologías como la depresión y la esquizofrenia siguen estancadas a pesar de los numerosos intentos de avance en estas áreas.

Como corolario de esto, entre los cuadros emergentes han empezado a volverse cada vez más comunes los casos de patología dual. Estos consisten en la concurrencia en un mismo paciente de trastornos psiquiátricos graves como la depresión, la esquizofrenia, los trastornos alimentarios o de personalidad y cuadros de abuso o dependencia de substancias. Y si hay algo que tienen en común todos estos cuadros es la postergación a la que han estado sometidos en nuestro sistema sanitario.

En ese sentido, un paciente con esta complejidad es habitualmente rechazado de todos los circuitos de atención de Salud Mental porque “es adicto”, y de los de adicciones porque “es psiquiátrico”. Lo cierto es que esta virtual separación no hace más que desproteger a los pacientes con estas características, los que son incluidos tampoco cuentan con el tratamiento adecuado en la mayoría de los casos.

Lo curioso de todo esto es que al indagar más de un 60% de los pacientes dependientes de alcohol presentan un cuadro psiquiátrico comórbido a lo largo de su evolución. Del mismo modo, entre las patologías psiquiátricas de un 40% a un 60 % de los casos presentan consumo problemático de sustancias, variando de acuerdo a la patología de base y agravándose en condiciones de hospitalización. ¿Cómo estos números no van a validar un esfuerzo más importante para asistir a estos pacientes? ¿Es que no es visible que los cuadros de patología dual son mucho más frecuentes en nuestra práctica de lo que hemos consentido hasta ahora?

Un triste ejemplo de esto son los pacientes del hospital neuropsiquiátrico que vemos deambular por “la Juana Figueroa”, en la zona de la terminal de ómnibus. En mi caso, tuve la suerte, como becario de un programa de formación en patología dual en España, de encontrarme con un sistema que considera e incluye a estos pacientes, brindándoles la atención específica que necesitan. Si bien hay diferencias de recursos, sobre todo a nivel farmacológico, no considero que fuera éste el que representara la mayor diferencia.

En todo caso fueron otras cosas, como la rigurosidad científica de los que pensaban y aplicaban tanto las políticas públicas como la asistencia en todos los niveles de atención en Salud Mental, lo que hacía una diferencia. El orden, la atención protocolizada, el buen aprovechamiento de los recursos, sobre todo los recursos humanos. Para recalcar, una disciplina intachable en el respeto al trabajo y el conocimiento.

Gran parte del trabajo -pude observar- no requirió de dinero sino que tuvo que ver con lo conceptual. Esto permitió una aceptación y una valoración más adecuada de estos pacientes “difíciles”; primero por parte del personal de salud, luego por familiares y la comunidad entera. Demás está decir que ésta es la verdadera “transformación” en Salud Mental.

Aquí en Salta casi no conozco lugares en los que se aborden estos casos adecuadamente. Solo de uno puedo dar referencias y es el Programa Puente, con el que trabajo de forma mancomunada. En este programa hemos conseguido tratar a algunos pacientes. Solo los que cuentan con familiares que los acompañan y los casos con dolencias menos severas. Esto es debido a la falta de recursos que aqueja a este dispositivo.

Los profesionales de este grupo realizan periódicamente actividades de formación, y de hecho el diseño de su novedoso programa de tratamiento pertenece a las mismas.

Para concluir, nos queda mucho por delante. Por suerte contamos con lugares que pueden funcionar como una avanzada en la atención de estos graves problemas que nos atraviesan.

.

Temas de la nota

PUBLICIDAD