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Quieren quitarle los hijos a una familia desalojada

Sabado, 25 de mayo de 2013 22:10

Hace una semana y cuatro días que están en la calle. Karina Roselos y Antonio Orozco, sus ocho hijos y sus dos nietos fueron desalojados del terreno donde vivían, en la manzana 374 B del barrio 17 de Octubre, que pertenecería a la Provincia. Desde ese día están en un rancho que armaron justo al frente del lugar del que fueron desalojados. Allí esperan que las autoridades provinciales les den una solución o una ayuda. Hasta ahora, lo único que recibieron son algunas frazadas para sobrellevar las heladas noches otoñales, bolsones de alimento y el comunicado de que podrían quitarle a los niños de permanecer en ese terreno. De hecho, la policía ya intentó llevárselos hace unos días, por la fuerza.

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Hace una semana y cuatro días que están en la calle. Karina Roselos y Antonio Orozco, sus ocho hijos y sus dos nietos fueron desalojados del terreno donde vivían, en la manzana 374 B del barrio 17 de Octubre, que pertenecería a la Provincia. Desde ese día están en un rancho que armaron justo al frente del lugar del que fueron desalojados. Allí esperan que las autoridades provinciales les den una solución o una ayuda. Hasta ahora, lo único que recibieron son algunas frazadas para sobrellevar las heladas noches otoñales, bolsones de alimento y el comunicado de que podrían quitarle a los niños de permanecer en ese terreno. De hecho, la policía ya intentó llevárselos hace unos días, por la fuerza.

“Estamos frente a un doble abuso: primero el desalojo, que entiendo que no se ajusta a derecho y segundo otra orden judicial mediante la cual se les quitaría los niños. La Provincia, así, pone a esta familia en un callejón sin salida”, dijo Santiago Pedroza, el abogado de la familia. “Se necesita una ayuda mucho más acorde, más que algo de abrigo y alimento, una solución de fondo: un lugar donde habitar y poder permanecer con los chicos”, agregó Pedroza. “Entendemos que es para el resguardo de los chicos, pero nosotros no queremos que los separen de nosotros”, dijo Antonio Orozco, el papá, quien luego contó que desde hace varios días los niños duermen en un albergue en calle Sarmiento que se llama Casa Flores, para no exponerlos a las bajas temperaturas que el matrimonio sí sufre en el interior de la precaria vivienda.

El abogado de la familia dijo que autoridades de la Provincia habían prometido pagarles un alquiler hasta que se resuelva la situación judicial del grupo familiar, durante seis meses. “Luego se les comunicó que no había dinero para hacer eso, lo que a nosotros nos parece una cifra ínfima. Mañana voy a solicitar que se deje sin efecto cualquier orden de que se les quite los chicos a esta familia, pero además le vamos a hacer un pedido personal al gobernador Juan Manuel Urtubey, para que les de una solución. Creo que una ayuda son centavos para la provincia. Es un monto que a veces se gasta superfluamente en otras cosas y que esta familia realmente lo necesita”, remarcó el abogado, quien además explicó que hay errores tanto de la provincia como del juez de la causa en tanto que el terreno verdaderamente está expropiado pero que es una situación confusa porque los lotes no tienen número “y la orden de desalojo se hace sobre un terreno que no es el que para nosotros catastralmente corresponde”, dijo Pedroza.

La familia, puertas adentro

Uno de los hijos de Karina sufre parálisis facial y le agarran convulsiones, sin embargo ella nunca tramitó la pensión por discapacidad. Según dijo, trabaja como empleada doméstica y gana $700 por mes.

Con ella viven sus hijos Grecia (20), Jimena (18), Samanta (17), Rosario (15), Daniel (14), Magalí (13), Melisa (11) y Emiliano (9), más dos nietos de un año y un año y medio.

“Pido que me den una vivienda urgente. Me voy a quedar al lado de mis cosas para que no me las roben”, dijo la mujer.

“Aquí no hay justicia. El gobernador dijo que no iba a haber más desalojos. Ahora están desarmando mi casa y me rompieron todo”, decía entre lágrimas Karina, el día que debió abandonar a la fuerza el lugar en el que vivía junto a toda su familia desde hace 15 años. La posibilidad de estar lejos de sus hijos entristeció aún mas a este joven matrimonio.

El desalojo de la familia causó indignación entre los vecinos de barrio 17 de Octubre. Muchos de ellos se contactaron con El Tribuno para expresar su solidaridad.

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