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Para muchos, la Asignación Universal por Hijo fomenta vagancia

Lunes, 27 de mayo de 2013 01:41

Camila cumplió ayer su tercer mes de embarazo, tiene 16 años, no estudia ni trabaja y va a ser madre soltera. Ahora comenzará a realizar los trámites para recibir un subsidio por embarazo y cuando el bebé nazca la Asignación Universal por Hijo. Situaciones como esta se dan a menudo en la Argentina. El Tribuno realizó un sondeo para conocer la opinión que tienen los salteños de ese programa nacional a más de tres años de su instrumentación.

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Camila cumplió ayer su tercer mes de embarazo, tiene 16 años, no estudia ni trabaja y va a ser madre soltera. Ahora comenzará a realizar los trámites para recibir un subsidio por embarazo y cuando el bebé nazca la Asignación Universal por Hijo. Situaciones como esta se dan a menudo en la Argentina. El Tribuno realizó un sondeo para conocer la opinión que tienen los salteños de ese programa nacional a más de tres años de su instrumentación.

La mayoría destacó sus objetivos, pero una crítica se repitió en casi todas las respuestas: el pago de la asignación fomenta la “vagancia de los más jóvenes”. De un total de 120 encuestados en el centro de la Capital, el Valle de Lerma, Metán, General Güemes y Orán, casi todos piensan que quienes cobran el subsidio nacional dejaron de buscar trabajo para seguir cobrando los $340 mensuales que estipula esa ayuda y que, a partir de junio, subirá a $460.

Gran parte de los consultados (mitad hombres y mitad mujeres, de entre 19 y 78 años de edad) hablaron de “conformismo” de quienes cobran la ayuda por hijo, haciendo hincapié especialmente en la franja etaria de los 18 a 21 años porque están en condiciones y ya en edad de incorporarse al mercado laboral.

Aunque en el país y en Salta faltan puestos laborales genuinos, una queja muy común que se escucha es que cuesta encontrar personas que quieran trabajar cuidando un niño o niña, como personal doméstico y hasta en algunas changas, porque la cultura del trabajo se terminó.

Con respecto al blanqueo de las empleadas domésticas, se notó bastante desinformación en la gente sobre qué ocurre con el pago. Los ahora $460 que cobraban en negro, una vez blanqueadas, pasan de forma automática a conformar su salario familiar, es decir, no se pierden, como muchos repiten.

Entre los consultados por El Tribuno también figuran padres, sobre todo jóvenes, que cobran la asignación universal por sus hijos. En una posición que tiene visos de autodefensa, algunos de ellos desvinculan el cobro de este subsidio con la poca insistencia en buscar un trabajo. “En realidad no se consigue nada y eso empeora cada vez más”, dicen.

Otros, por el contrario, admiten que se perdió la cultura del trabajo y lo adjudican al hecho de que muchas veces reciben ofrecimientos de empleos con bajos salarios, “que no conviene porque entre dejar a mis hijos solos por tan poca plata, prefiero quedarme en casa a cuidarlos”.

Sirve para salir del paso

¿La asignación universal por hijo resuelve la situación de pobreza?, es otra de las preguntas que este matutino salió a la calle a hacerle a los ciudadanos.

El común de la gente entiende que no, sin embargo los consultados, y también los especialistas, ven a esta asistencia económica como uno de los factores primordiales para asegurar el acceso a lo más elemental: la comida diaria.

Aunque para algunos, la Asignación sirve siempre y cuando se invierta en los chicos y no en los padres, como: “tinturas para el pelo”, “carga del celular” o “cigarrillos y bebidas alcohólicas”. Solo unos pocos prefirieron no opinar porque, según dijeron a este diario, no la cobran la Asignación Universal ni tienen alguien cercano como referencia.

Menos fuentes laborales y más asignaciones

Los resultados del sondeo realizado por El Tribuno en el centro de la ciudad y en algunas localidades del interior provincial reflejan que un alto porcentaje de personas cree que el Gobierno nacional prioriza la asignación universal por hijo en lugar de crear fuentes laborales. “Trabajo desde que era una niña. Tuve cuatro hijos y me la banqué sola, nadie me regaló nada. Ahora tengo nietos a mi cargo y serios problemas en las manos, pero por ellos sigo trabajando”, dijo una señora a El Tribuno.

Solo algunos consideran que es obligación del Estado dar seguridad social a los niños, niñas y adolescentes y, más aún, que debería extenderse hasta los 25 años para los chicos que estudian. De todas maneras, ningún sector impulsó un proyecto al respecto.

En cuanto a los anuncios sobre los incrementos en los montos que cobran por sus hijos los padres desempleados, monotributistas, trabajadores del servicio doméstico y del mercado informal, hay opiniones encontradas entre los salteños, a pesar de que reconocen que la inflación va comiendo los valores. “Creo que los aumentos deberían ser parejos para todos los sectores”, dijeron.

En Salta se cobra un total de 149.863 asignaciones (según el último relevamiento de la Anses de 2012), con una cobertura del 40 por ciento.

De acuerdo a la cantidad de beneficios que se otorgan en todo el país, Salta es la séptima provincia que más beneficios recibe. Buenos Aires es la primera, con poco más de 1.200.000 programas de un total de 3.536.822 beneficiados.

Incentiva a desechar los empleos precarios

Jorge Paz es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde). Junto con su colega y vicedirectora del Ielde, Laura Galovanevsky, realizaron un trabajo de investigación que se denominó “Programa Asignación Universal por Hijo para la protección social. Un ejercicio de la evolución de sus efectos sobre los hogares”.

Uno de los aspectos que analizaron en el trabajo de investigación fue si la asignación ayudó a resolver la pobreza en los sectores informales de la sociedad. Paz destacó que entre sus resultados hallaron que la AUH disminuyó la entrada en la pobreza, es decir del porcentaje de aquellos hogares que no siendo pobres caen en situación de pobreza en un momento dado del tiempo y, además, observaron otra situación, la del aumento en la tasa de salida de la pobreza lo, que se traduce en el porcentaje de aquellos hogares que siendo pobres dejan de serlo en un momento dado del tiempo.

Paz explicó que estos dos efectos se manifestaron intensamente en la primera etapa del programa cuando hubo una incorporación masiva de personas al programa.

“Después parece haber disminuido el efecto. Esto significa que la AUH contribuyó a reducir la pobreza, pero no es tan claro que lo siga haciendo”, dijo el investigador.

Respecto a las críticas que se le realizó a la implementación de la medida sobre la población con la cobertura social, Paz señaló que el Ielde no cuenta con cifras actualizadas sobre la cobertura, pero, según su visión, los organismos que participaron en su momento para determinar quiénes iban a recibir el beneficio “hicieron un buen trabajo para que la mayor cantidad de personas accedan”.

Paz destacó que una de las principales críticas a la AUH, y a otros programas de transferencias monetarias condicionadas, como se denominan, es que funcionan como un “impuesto al trabajo”. Respecto de eso el investigador aclaró: “Ciertamente es un impuesto al trabajo, aunque se refiere al trabajo de mala calidad, al trabajo no decente. Claramente reduce el incentivo a trabajar en empleos precarios, informales y con alta inestabilidad. Eso no es un impacto negativo”.

El investigador consideró que se debería discutir y medir el posible efecto de la AUH sobre la informalización para conocer realmente si es que por algún motivo a la persona que cobra la Asignación le convenga económicamente disolver un vínculo laboral adecuado y convertirlo en informal para luego poder cobrar el beneficio.

Paz explicó que en otras partes del mundo se han desarrollado medidas similares. Los programas de transferencias monetarias condicionadas (PTC) empezaron a aplicarse hace mucho tiempo con un formato casi idéntico en muchos países. Los comienzos datan de los años '60 en EEUU. Actualmente casi todos los países de América Latina tienen su PTC: Bono Madre Niña-Niño Juana Azurduy (Bolivia), Chile Solidario (Chile), Bolsa de Familia (Brasil), Familias en Acción (Colombia), Programa Avancemos (Costa Rica), Bono de Desarrollo Humano (Ecuador), Programa Oportunidades (México), para citar solo algunos.

El titular del Ielde remarcó que la AUH y los PTC tienen como objetivo corregir la distribución de los ingresos que se observarán dentro de 15 o 20 años, cuando los niños que hoy vuelven a la escuela y/o son vacunados y controlados por médicos y especialistas en ciencias de la salud, salgan al mercado de trabajo y consigan empleos que les permitan vivir una vida sin privaciones y con perspectivas de mejoras mayores.

Metán y Valle de Lerma

En Metán no se consiguen empleadas domésticas ni algunas manos de obra específicas. Atribuyen esto en gran medida a las ayudas económicas que paga el Estado, en especial a la asignación universal.

“Muchos dejaron sus actividades y prefieren vivir solo del beneficio”, fue el comentario generalizado entre los encuestados del pueblo. Sin embargo, varias personas que cobran los 340 pesos del subsidio nacional destacaron que preferirían tener un trabajo digno y beneficios sociales.

Los consultados insistieron en “la necesidad de más fuentes de trabajo genuinas, en el otorgamiento de más créditos, el impulso para la creación de pymes y de emprendimientos productivos”.

Valle de Lerma

En Chicoana, La Merced, Cerrillos, Rosario de Lerma y El Carril, uno de cada siete consultados cobra la asignación por hijo. Esto representa un número importante de la población del Valle de Lerma. Las opiniones en este sector están divididas: los que ven bien el subsidio para que las familias carentes de recursos puedan cubrir los gastos básicos, como la comida diaria, y los que la critican, porque sostienen que con la AUH el Gobierno controla las “voluntades” de la gente necesitada. Por otra parte, creen que a pesar de la ayuda económica muchos siguen en estado de marginalidad, pero que estos tampoco hacen algo por salir de esta situación.
 

General Güemes

 

De las encuestas realizadas en General Güemes, el 80% opinó que no debería extenderse la Asignación Universal por Hijo hasta los 25 años. La mayoría coincidió en que solo debería darse la AUH hasta que la persona beneficiaria encuentre trabajo. Sobre quiénes reciben las Asignaciones manifestaron que se debería agudizar el control de entrega para que la reciben los que necesitan. El 100% de los encuestados coincidió en que faltan fuentes laborales. “Si hubiera trabajo no tendríamos que esperar por este subsidio que tanto se critica”, expresaron.

San Ramón de la Nueva Orán

El 60% de los consultados dijo que la Asignación Universal por Hijo no alcanza para subir las necesidades básicas de cada hijo. Además, la mitad de las opiniones reflejaron que los que cobran la AUH sí quieren conseguir un trabajo en blanco por los aportes jubilatorios y el acceso a una obra social. La otra mitad sostuvo que no era así porque el valor del salario por hijo es menor al monto que se cobra por la Asignación. Entre las conclusiones, los salteños del norte de la provincia vincularon la Asignación con el clientelismo y con una herramienta electoral.

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