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Grave denuncia

Viernes, 31 de mayo de 2013 22:15

Cuando la responsabilidad del Estado no alcanza niveles óptimos de logro y satisfacción de sus acciones, son calificables los tres poderes en la “irresponsabilidad”.
Este marco de “Estado irresponsable” conduce en el ámbito de la Educación a la ausencia de políticas pedagógicas populares. Esto ha generado en una fracción superior a lo imaginable del conjunto de las escuelas un verdadero caos extraordinariamente maligno al patrimonio de los salteños.
Un caso de evidente de irresponsabilidad, escandaloso pedagógica y socialmente, es el engendrado y abortado en la atroz etapa de los exministros Van Cauwlaert y López Figueroa, que puso en el cargo directivo de la Escuela de Educación Técnica Nº 3.140 Dr. Francisco de Gurruchaga a una persona con una personalidad patológica destructiva del saludable medio ambiente pedagógico laboral. En los últimos 4 años la institución sufrió un temible flagelo: la pérdida sistemática de su capital educativo y el deterioro de su tejido social. El régimen alteró el equilibrio de factores y fuerzas de esencia pedagógica; vulneró voluntades y verdades; ejerció prácticas de la dictadura militar, encarnó disvalores en el alumnado y torció la cultura institucional de convivencia y cordialidad. En síntesis, corrompió fortalezas y virtudes.
En la E.E.T. Nº 3.140 es moneda corriente la persecución a los colegas no coincidentes con la nefasta patología y los abusos de autoridad, violencia y maltrato. La transgresión de la legislación laboral ha ocasionado lesiones en los derechos del recurso humano profesional, acentuados en la moral y la salud, uno de ellos con intento de suicidio. El abandono de la esencia directiva de líder y emprendedor en la gestión pedagógica, incurrida por ignorancia, incapacidad en el espíritu, en el sentido común y la falta de preparación académica, son y palpables en esta irresponsabilidad escandalosa.
La violencia imperante generó en las víctimas la lógica defensa. La resolución Nº 1.426/12 autoriza un sumario administrativo en contra de la Sra. Mariel del Carmen Ten de Pereyra, y como medida preventiva su traslado en el cargo. Un recurso de amparo interpuesto logró impedir la ejecución de esta resolución. Hoy, a un año de la judicialización del caso, recrudecieron los maltratos y la violencia. La extraña patología intensificó la descalificación a los compañeros no coincidentes con sus despropósitos; devalúa logros; envía mensajes hostiles a través de personajes que la entornan; fragua documentación sobre situaciones no reales; niega la aprobación de actividades de quienes considera insurrectos, adversarios, sublevados o enemigos; acusa falsamente; intimida y pretende imponer conductas, usa a la institución como su propiedad. Pero su patología le permite mostrarse víctima, calumniada, perseguida y abandonada.
Este escándalo obra en los expedientes 35.936/12, 35.855/12, 36.201/13 y 36.205/13 de la Corte Suprema de Justicia de Salta. Son ni más ni menos la versión de la irresponsabilidad del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo por no ejercer autoridad resolutiva conforme a la gravedad y al dolor que sopesan en las víctimas. La dejadez operativa a la demanda de solución de este conflicto desgasta a las víctimas favoreciendo a la victimaria, y hace al descreimiento por la desprotección de los poderes del Estado. La irresponsabilidad los convierte en cómplices de las aberraciones e injusticias que ocurren en la E.E.T. Nº 3.140.

Ramiro Maldonado Claure, Secretario General de D.A.Sa.

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Cuando la responsabilidad del Estado no alcanza niveles óptimos de logro y satisfacción de sus acciones, son calificables los tres poderes en la “irresponsabilidad”.
Este marco de “Estado irresponsable” conduce en el ámbito de la Educación a la ausencia de políticas pedagógicas populares. Esto ha generado en una fracción superior a lo imaginable del conjunto de las escuelas un verdadero caos extraordinariamente maligno al patrimonio de los salteños.
Un caso de evidente de irresponsabilidad, escandaloso pedagógica y socialmente, es el engendrado y abortado en la atroz etapa de los exministros Van Cauwlaert y López Figueroa, que puso en el cargo directivo de la Escuela de Educación Técnica Nº 3.140 Dr. Francisco de Gurruchaga a una persona con una personalidad patológica destructiva del saludable medio ambiente pedagógico laboral. En los últimos 4 años la institución sufrió un temible flagelo: la pérdida sistemática de su capital educativo y el deterioro de su tejido social. El régimen alteró el equilibrio de factores y fuerzas de esencia pedagógica; vulneró voluntades y verdades; ejerció prácticas de la dictadura militar, encarnó disvalores en el alumnado y torció la cultura institucional de convivencia y cordialidad. En síntesis, corrompió fortalezas y virtudes.
En la E.E.T. Nº 3.140 es moneda corriente la persecución a los colegas no coincidentes con la nefasta patología y los abusos de autoridad, violencia y maltrato. La transgresión de la legislación laboral ha ocasionado lesiones en los derechos del recurso humano profesional, acentuados en la moral y la salud, uno de ellos con intento de suicidio. El abandono de la esencia directiva de líder y emprendedor en la gestión pedagógica, incurrida por ignorancia, incapacidad en el espíritu, en el sentido común y la falta de preparación académica, son y palpables en esta irresponsabilidad escandalosa.
La violencia imperante generó en las víctimas la lógica defensa. La resolución Nº 1.426/12 autoriza un sumario administrativo en contra de la Sra. Mariel del Carmen Ten de Pereyra, y como medida preventiva su traslado en el cargo. Un recurso de amparo interpuesto logró impedir la ejecución de esta resolución. Hoy, a un año de la judicialización del caso, recrudecieron los maltratos y la violencia. La extraña patología intensificó la descalificación a los compañeros no coincidentes con sus despropósitos; devalúa logros; envía mensajes hostiles a través de personajes que la entornan; fragua documentación sobre situaciones no reales; niega la aprobación de actividades de quienes considera insurrectos, adversarios, sublevados o enemigos; acusa falsamente; intimida y pretende imponer conductas, usa a la institución como su propiedad. Pero su patología le permite mostrarse víctima, calumniada, perseguida y abandonada.
Este escándalo obra en los expedientes 35.936/12, 35.855/12, 36.201/13 y 36.205/13 de la Corte Suprema de Justicia de Salta. Son ni más ni menos la versión de la irresponsabilidad del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo por no ejercer autoridad resolutiva conforme a la gravedad y al dolor que sopesan en las víctimas. La dejadez operativa a la demanda de solución de este conflicto desgasta a las víctimas favoreciendo a la victimaria, y hace al descreimiento por la desprotección de los poderes del Estado. La irresponsabilidad los convierte en cómplices de las aberraciones e injusticias que ocurren en la E.E.T. Nº 3.140.

Ramiro Maldonado Claure, Secretario General de D.A.Sa.

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