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Fondo de Reparación Histórica: los chaqueños temen que la ruta 54 provoque un desastre ecológico

Sabado, 04 de mayo de 2013 01:13

Para los habitantes de Santa Victoria Este, en la triple frontera con Bolivia y Paraguay que tiene el departamento Rivadavia, la reparación histórica es una sola: la entrega de la tierra que los vio nacer. Los sectores más diversos y antagónicos coinciden en ese punto como en casi ningún otro. Las diferencias están en las formas de plantear el reclamo. Algunos piensan que es lo primero que hay que hacer en la zona y hasta analizan interrumpir el avance de importantes obras de infraestructura para el municipio, como la de la ruta provincial 54. Otros, más moderados, sostienen que las obras deben continuar, pero que es imprescindible definir una fecha concreta para la titularización definitiva de las más de 600 mil hectáreas de los lotes fiscales 14 y 55, que reclaman más de 50 comunidades originarias y 500 familias de campesinos criollos.

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Para los habitantes de Santa Victoria Este, en la triple frontera con Bolivia y Paraguay que tiene el departamento Rivadavia, la reparación histórica es una sola: la entrega de la tierra que los vio nacer. Los sectores más diversos y antagónicos coinciden en ese punto como en casi ningún otro. Las diferencias están en las formas de plantear el reclamo. Algunos piensan que es lo primero que hay que hacer en la zona y hasta analizan interrumpir el avance de importantes obras de infraestructura para el municipio, como la de la ruta provincial 54. Otros, más moderados, sostienen que las obras deben continuar, pero que es imprescindible definir una fecha concreta para la titularización definitiva de las más de 600 mil hectáreas de los lotes fiscales 14 y 55, que reclaman más de 50 comunidades originarias y 500 familias de campesinos criollos.

“La verdadera reparación histórica es que entreguen las tierras a sus habitantes”, dijo el dirigente criollo Lucio Rojas, en el marco de los siete proyectos que realizará el Fondo de Reparación Histórica (FRH), que hasta hace solo unas semanas administraba el hermano del gobernador y actual candidato a senador nacional, Rodolfo Urtubey. La millonaria pavimentación de la ruta nacional 54 es el máximo emblema del fondo. Será un acceso indispensable para el desarrollo productivo y social de la zona. Su alto presupuesto multiplicó denuncias de sobrefacturación. Hay otro aspecto que es fundamental: el daño ecológico. Es que el río corre en paralelo a escasos metros de la ruta, desde Santa María hasta el puente internacional de Misión La Paz, como se puede ver en GoogleMaps. Son unos 50 kilómetros.

En diálogo con El Tribuno, el diputado provincial del FPV, Jesús Ramón Villa, confirmó que no existe un impacto ambiental que garantice que la autovía no dañará el milenario ecosistema de todo ese pedazo de chaco y monte. Es que el río Pilcomayo, en sus desbordes anuales, inunda todos los recovecos que se llenarán de agua para aguantar la temporada seca. El sentido común indica que la ruta podría frenar o afectar parcialmente la esencial crecida del cauce marrón del río de los pájaros, según dice su nombre quechua: Pilcumayu. Sectores del monte podrían quedar aislados del milagro del agua y sus aguadas podrían quedar vacías. “Es uno de los temas que planteó la oposición en la Cámara de Diputados, pero que no encontró respuestas oficiales. Medio Ambiente no presentó nada que nos dé tranquilidad al respecto”, dijo Villa.

Estratégicamente, la 54 servirá para valorizar un punto que junta a tres naciones y atraviesa un pedazo de historia de Salta y del continente, un refugio cultural que no tiene punto de comparación en todo el territorio argentino. En ese municipio, el más pobre de la Argentina, vive la descendencia de los pioneros que hicieron pie en la frontera para que esas tierras fueran hoy parte de la patria. Pero más importante es la responsabilidad que tiene Salta frente a la humanidad entera de preservar, cuidar y respetar a los herederos originarios del Gran Chaco Gualamba. Es que hay cinco naciones aborígenes que conservan su idioma y sus costumbres. Algunos de esos salteños forman parte de la primera generación de aborígenes que tuvo que pagar por alimentos a lo largo de 7.000 años.

La ruta plantea algunos interrogantes. “¿Aguantará las crecidas del Pilcomayo o el río le pasará por encima? ¿No afectaría el suelo de la zona, que depende de los ciclos de expansión y retroceso del río? ¿Qué pasa con los bañados, aguadas y cañadas que esperan sedientas la llegada de la creciente del otro lado de la ruta? Los criollos y los aborígenes que están para el monte necesitan de esa aguita para vivir todo el año”, reflexionó Lucio Rojas.

La obra de los 500 millones

La contratación fue por casi $525 millones, con la UTE conformada por las constructoras Ingeniero Medina, Vicente Moncho y Noroeste Construcciones. La ruta nace en la nacional 34, pasando Aguaray, y termina en Misión La Paz, en la frontera con Paraguay. Los 121 kilómetros que tiene desde Campo Durán hasta Santa Victoria serán pavimentados y los restantes 25 kilómetros hasta Misión La Paz enripiados. La ejecución hasta el momento no llega al 2% y ya se entregaron 47 millones de pesos.

Solo se ven trabajos de ampliación y limpieza de banquinas. Existen ya los campamentos de las tres constructoras que tienen alrededor de 15 empleados cada una, según pudo saber El Tribuno. También se hicieron pozos de agua, indispensables para la obra.

Pilcumayu, el cauce que bautizaron en quechua como el “río de los pájaros”

El Pilcomayo es uno de los ríos con mayor cantidad de transporte de sedimentos en el mundo y constituye el rasgo natural por excelencia de la región. Recorre más de 1.000 km, desde los 5.500 metros de altura en sus nacientes en Bolivia, hasta los 250 metros en Misión La Paz, Salta. Recorre 835 km de frontera entre Argentina y Paraguay. En su cuenca viven más de 1.500.000 habitantes: 950.000 en Bolivia, 410.000 en Argentina y 120.000 en Paraguay. El 60 % de la población de la cuenca está por debajo de la línea de pobreza en sus respectivos países. El 30 % del total de es indigente.

“Los antiguos sabían que el río no era una realidad estática y permanente. Se movían con él; lo buscaban cuando se retiraba; avanzaban sobre lugares más altos cuando comenzaban las crecientes. Su comportamiento estructuraba las relaciones con el territorio”, dice un estudio antropológico consignado en la página de la Comisión Trinacional Río Pilcomayo. “Es el río que no duerme, el río que no descansa. Es el río de los cambios permanentes. Nada es igual de un año al otro”, grafica Luis María de la Cruz, con notables publicaciones científicas sobre el Pilcomayo. “Quiso ser encerrado por la ruta 28, en Formosa; quiso ser conducido por donde los hombres querían... Quiso ser controlado, circunscripto, amojonado, medido, controlado... Pero se cansó y se fue por otro lado”, agrega el experto.

Por ahora no hay empleo  para gente del municipio

“La ruta se levantará entre 80 y 120 centímetros. Para el pavimento faltan al menos 3 años, al final de la obra, que tiene un plazo de cuatro años”, dijo uno de los capataces de una de las tres empresas.

Motoniveladoras, retroexcavadoras, cargadoras, máquinas de compactación y camiones. Son alrededor de 20 equipos de trabajo por cada empresa. La hora de uso de cada máquina cuesta cerca de $1.500 por día y consume 150 litros diarios de gasoil. El camión se paga por distancia y toneladas transportadas, más el mantenimiento del equipo, cerca de $60 el kilómetro y consume 80 litros diarios. El gasoil se compra a granel, por quincena son unos 15 mil litros.

“Por ahora tenemos muy poca mano de obra. Tuvimos demoras por grupos piqueteros que no nos dejaban trabajar, no solo con los aborígenes de los lotes fiscales 14 y 55, unos kilómetros más adelante, en Santa Victoria Este. También llegaron reclamando trabajo desde otros municipios, como General Mosconi. Salvo el personal calificado que es de Salta, la mayoría son de la zona, algunos de Tratagal otros de Aguaray. La gente que se tome en adelante será de este municipio, según tengo entendido. La jornada es de 9 horas diarias, unas 44 horas semanales. No se puede trabajar con poca luz”, dijo el capataz de obra.

Crece y llena de agua cada hueco del monte

El experto Luis María de la Cruz describe con belleza la importancia de las crecidas anuales del Pilcomayo, que desparrama el agua por el monte: “Es el mundo horizontal, extendido, sin límites, que nace de una infinidad de brazos, arroyos, vertientes y desemboca en una infinidad de riachos, bañados, pantanos y esteros, expandiendo la horizontalidad de su geografía por sobre cualquier otra dimensión. Es el mundo en donde convergen aves y peces; mamíferos y reptiles, insectos de mil orígenes y destinos. Es el mundo en que una parte de la humanidad encontró su lugar, entendiendo sus lenguajes y señales, y otra parte intenta acomodarlo a sus propios códigos, ajenos, distantes. Es el mundo de las convergencias y de las divergencias; de la colonización permanente”.

El FRH consta de 175 obras anunciadas. Son 187 millones de dólares (pesificados significaron unos 800 millones de pesos), poniendo como garantía regalías petrolíferas de la provincia por 10 años. El plan contempla obras para los municipios de Rivadavia, General San Martín y Orán. La ejecución de estos fondos no tiene auditoría. La ruta provincial 54 es el principal emblema del fondo. Hasta el momento no hay en la página oficial que dé cuenta de que no existirá daño ecológico. Los expertos tendrán la última palabra.

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