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Lo dan por muerto para quedarse con sus casas

Domingo, 16 de junio de 2013 22:31

“Yo también fui víctima de personas que falsifican papeles para quedarse con propiedades ajenas. Me dieron por fallecido, pero aquí estoy”. El docente de música y arte José Martorell no resucitó ni jamás estuvo al borde de la muerte. Sin embargo, el año pasado, a la Dirección de Inmuebles ingresaron dos minutas de inscripción, tras un falso juicio sucesorio por dos casas, una en calle España 243 y otra en Santiago del Estero 119.

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“Yo también fui víctima de personas que falsifican papeles para quedarse con propiedades ajenas. Me dieron por fallecido, pero aquí estoy”. El docente de música y arte José Martorell no resucitó ni jamás estuvo al borde de la muerte. Sin embargo, el año pasado, a la Dirección de Inmuebles ingresaron dos minutas de inscripción, tras un falso juicio sucesorio por dos casas, una en calle España 243 y otra en Santiago del Estero 119.

Su supuesto heredero es José Ramón González. Pese a que el sucesorio tiene un error evidente, en Inmuebles aceptaron como válida la presentación. Es que el procedimiento trucho (Expediente 27.918/08) supuestamente se tramitó en el Juzgado Civil, Comercial y Minería Nª 1 de Cipolleti, en Neuquén. Sin embargo esa localidad está en Río Negro.

Martorell apuntó que el expediente fue falsificado e incluyeron su nombre. “Yo no tengo nada que ver con ese lugar y no tengo hijos”, agregó. El profesor, que vive en otro edificio céntrico, destinaba esos inmuebles para salas de concierto o para guardar un vehículo.

En noviembre pasado, sus vecinos lo alertaron que había personas extrañas que entraban y salían de los inmuebles de calle España y de Santiago del Estero.

El 11 de octubre de 2012, la propiedad de Santiago del Estero 119 fue vendida a Rafael Gudiño. La compra se concretó ante la escribana Ana Carolina Sanso Baldi. Martorell relató que el 13 de noviembre el inmueble se transfirió a Natalia Fernanda Vilca.

La otra casa también fue transferida por “el heredero”. Martorell narró que la pasó a manos de Héctor Dardo Cáceres.

A fines del mes pasado, el Juzgado Correccional Número 4, en la causa por estelionato contra González, resolvió devolverle la posesión de las casas en carácter provisorio. “Me parece que se está dilatando todo el proceso. Yo estoy vivo y son mis casas. La Justicia tiene que otorgarme la tenencia definitiva”, manifestó Martorell.

Por otro lado, dijo que no regresó a las casas por temor. “Necesito que la Justicia constate en qué condiciones me la entregaron. Quiero saber si destruyeron las cosas que tenía o si se las robaron”, agregó.

Desde 2007, en Salta se sucedió una serie de estafas y ventas truchas, principalmente a empresas que tienen terrenos en el interior. En la Justicia hay desparramados varios expedientes, pero se repiten los mecanismos para delinquir.

Otro sucesorio falso en Salta

En 2010, Félix Díaz, propietario de la finca el Curacantado, de Rivadavía, intentó pagar los impuestos. La noticia le cayó como un balde de agua fría, ya que el dominio estaba a nombre de Nazareno Néstor Zoppi.

La táctica fue similar a otros casos: inventaron un juicio sucesorio. En 1905, Silvestre Zoppi, quien falleció hace más de 60 años en Buenos Aires, adquirió las tierras. Sin embargo, desde 1952, Díaz afirma que es el poseedor en forma pacífica e ininterrumpida.

Al averiguar en Inmuebles, descubrieron que Nazareno Zoppi, el supuesto nuevo “adjudicatario”, resultó beneficiado tras un juicio sucesorio en San Isidro, Buenos Aires. Y se verificó que el expediente no existió en la justicia bonaerense.

Como apoderada del “heredero” para la inscripción, actuó la abogada Ana Avellaneda. Ella también participó como tal en una subasta trucha, que perjudicó Forestal Pora, aunque dijo que respondía a órdenes de Hugo Del Bianco. El hombre aparece en los relatos de Graciela Salazar, quien desmanteló una supuesta asociación ilícita tras se excluida de su hogar.

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