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La Mariano Cabezón, otra de las escuelas en ruinas

Viernes, 28 de junio de 2013 21:22

Por ir a la escuela murió. Es lo que ni más ni menos le sucedió a Ezequiel Cardozo, el nene de 9 años aplastado por una pared vieja en el Hogar Escuela. Lamentablemente tuvo que ocurrir una desgracia irreparable para que se alerte sobre el mal estado de los edificios escolares, donde los hijos, hermanos, sobrinos o nietos de cualquier ciudadano pasan a diario al menos cuatro horas.

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Por ir a la escuela murió. Es lo que ni más ni menos le sucedió a Ezequiel Cardozo, el nene de 9 años aplastado por una pared vieja en el Hogar Escuela. Lamentablemente tuvo que ocurrir una desgracia irreparable para que se alerte sobre el mal estado de los edificios escolares, donde los hijos, hermanos, sobrinos o nietos de cualquier ciudadano pasan a diario al menos cuatro horas.

La escuela Mariano Cabezón es otra de las tantas instituciones salteñas que -por el paso del tiempo las añejas paredes percudidas y resquebrajadas- reclaman arreglo y al menos una mano de pintura.

Arreglos urgentes

Pero esta necesidad pasa a segundo plano con la urgencia de la refacción del techo de un sector de la galería que conduce al quiosco, que desde hace más de un mes está vallado con bancos viejos y rotos.

Es que por la humedad se desplomó un pedazo de la mampostería y de a poco sigue cayéndose.

Liliana Tapia, mamá de un alumno, se comunicó con El Tribuno para advertir este y otros problemas edilicios.

“La escuela ya elevó dos notas al Ministerio de Educación y nadie respondió nada. Si no contestan ¿qué hacemos los padres?, acaso ¿están esperando que pase otra desgracia?”, se preguntó.

Un grupo de administrativas y docentes de la escuela Mariano Cabezón, por su parte, también teme que se desplome el cielorraso de la Secretaría (donde también funciona la Dirección). La entrada del establecimiento corre el mismo riesgo.

“La verdad siento miedo de que en cualquier momento se me venga encima el techo, no podemos seguir trabajando en estas condiciones”, se quejó una secretaria de la institución con el consentimiento de casi todas las compañeras.

En el vidrio de la ventana de la Secretaría se pueden ver dos copias del trámite ya gestionado: uno pide con urgencia las refacciones de los sectores mencionados, y el otro, la desratización del edificio escolar que contiene a diario por las mañanas a 1.050 niños distribuidos en 42 secciones.

En las noches, también funcionan el secundario vespertino, un BSPA y un núcleo educativo (primaria para adultos).

En días de lluvias, la angustia de los padres y del plantel docente y administrativo de la Mariano Cabezón es terrible. Aseguran que hay aulas y otros sectores de la escuela que se llueven más adentro que afuera.

Para peor, como el agua hace contacto con las distintas conexiones eléctricas hay paredes que se llegan literalmente a “electrificar”, contó una secretaria.

Edelmira Masucci, la vicedirectora del turno tarde, confirmó que las gestiones están realizadas y admitió que el edificio está muy deteriorado y necesita urgente de una refacción integral.

Falta inversión

Miembros de distintas escuelas de la Capital consultados por El Tribuno -y que prefieren el anonimato para reguardar sus puestos de trabajo- coinciden en que muchas veces los docentes deben recurrir a métodos “caseros” para arreglar algunos elementos o sacar dinero de su bolsillo para reponer otros.

Este año, el Gobierno provincial destinó 12 millones de pesos para la refacción de obras menores en las 700 escuelas que hay a lo largo y ancho del territorio salteño. Está visto que los fondos fueron insuficientes o las obras no se realizaron.

Los directivos de las escuelas coinciden en que el informe sobre las necesidades edilicias y de personal se realizar siempre al finalizar el ciclo lectivo. Durante el receso escolar y a sabiendas de estas necesidades las mejoras y la designación de personal con urgencia no se realizan. Así el nuevo ciclo lectivo empieza pero a medias y atado con alambre.

Sin baños, sin agua, sin vidrios, así van a la escuela

En la escuela Ejército Argentino, en villa Mitre, una montaña de mobiliario viejo forma parte del paisaje del lugar. En varias instituciones se pudo ver a ordenanzas tirando baldes de agua con desodorante líquido en los inodoros porque las mochilas plásticas no tienen una cadena o una piola de donde los chicos puedan tirar.

La precariedad en la mayoría de los establecimientos está a la vista. En la escuela Fray Luis Beltrán, ubicada en avenida Artigas al 100, padres aseguran que a diario cientos de chicos beben agua turbia. Las cañerías de antaño reclaman recambios. Vidrios rotos, puertas decoloridas, asientos y pupitres destrozados por el paso del tiempo.

Según un informe de Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) Salta es la provincia que menos invirtió en el país en educación en 2009, desde que rige la ley de financiamiento que ordena invertir el 6% del PBI en esta área.

De acuerdo a lo que se difundió, Salta destinó el 26 % del gasto provincial a educación ese año, mientras Buenos Aires, Chaco y Jujuy invirtieron cerca del 40 %.

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