En 1962, Bert Stern tuvo la oportunidad de realizar centenares de fotografías a Marilyn Monroe en el hotel Bel Air de Los Angeles, imágenes con la actriz desnuda y semidesnuda encargadas por la revista Vogue.
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En 1962, Bert Stern tuvo la oportunidad de realizar centenares de fotografías a Marilyn Monroe en el hotel Bel Air de Los Angeles, imágenes con la actriz desnuda y semidesnuda encargadas por la revista Vogue.
Han pasado a la historia porque se realizaron días antes de que la actriz falleciera de una sobredosis. En la sesión, Stern disparó su cámara hasta conseguir 2.571 cuadros. El fotógrafo seleccionó una serie que fue publicada en 1982 en el libro The Last Sitting. El resto de las imágenes se dieron a conocer en 2000 en Marilyn Monroe: The Complete Last Sitting.
Stern, que falleció el miércoles pasado en su casa de Manhattan a los 83 años, contó en un documental que “Tener a Marilyn Monroe en la habitación de un hotel solo pasa una vez en la vida, aunque la habitación esté convertida en un estudio”.
Era junio de 1962, y tras esperarla por cinco horas y con tres botellas de Dom Pérignon, Marilyn apareció, sonriente, esbelta, casi transparente, “hermosa, trágica y compleja”, diría Stern, quien la describió como “mucho más hermosa de lo que esperaba”. Todo había empezado bien, pero no acabaría igual.
La actriz posó para el fotógrafo con y sin ropa, rubia y morena, pensativa y a carcajadas. Al recordar la muerte, Stern dice: “Entonces supe que mi historia de amor con Marilyn había acabado”. Lo explicó medio siglo después al recordar el adiós de su musa, de la que apenas mes y medio antes había tomado las 2.571 imágenes que cambiarían su carrera.