A unos metros se veía que un sector de la góndola estaba vacío. Solo quedaron los carteles con los precios. No había harina. Por estas horas, escasea ese producto de primera necesidad en los supermercados de Salta. Mientras que en las panaderías y panificadoras se acrecenta la preocupación porque las demoras en los pedidos se generalizan o llegan menos bolsas de las que se encargan.
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A unos metros se veía que un sector de la góndola estaba vacío. Solo quedaron los carteles con los precios. No había harina. Por estas horas, escasea ese producto de primera necesidad en los supermercados de Salta. Mientras que en las panaderías y panificadoras se acrecenta la preocupación porque las demoras en los pedidos se generalizan o llegan menos bolsas de las que se encargan.
Ayer al mediodía, no quedaban paquetes de harina 000 en un sucursal de la primera cuadra de la calle 20 de Febrero. Los consumidores daban vueltas por los pasillos y la búsqueda terminaba en fracaso.
En otro firma, ubicada en peatonal Florida, al 100, la góndola no estaba vacía, pero los repositores la cubrieron de harina leudante o para preparar prepizzas. No quedaba ni un paquete. “Sino no encuentra ahí, ya no hay señor”, respondieron.
En un súper de barrio Castañares, el desabastecimiento era menos alevoso, pero los clientes no tenían opciones. Apenas disponían de una marca para cargar en el changuito. Un cartel les advertía que podían llevar dos unidades por grupo familiar.
En otras bocas de expendio de las grandes cadenas el panorama era similar. La escasez se hace sentir en Salta. Pese a que rige el congelamiento de precios sobre 500 productos, harina incluida, las intenciones de aliviar el bolsillo quedan truncas ya que los salteños se preguntan ¿dónde se consigue?
Más de $200
En las panaderías entienden que el mercado interno se volvió cada vez menos rentables para los molineros. Además, casi ya nadie consigue la bolsa de 50 kilos a menos de $200, lo que ya repercute en el consumidor.
Desde la panadería Florencia explicaron que hay demora en la llegada de ese insumo básico para la producción. Para mañana esperan un pedido que hicieron días atrás a $195 la bolsa de 50 kg. Para el martes ya hicieron otro encargo, que se pautó a $210. Sin embargo, no le aseguraron que ese precio se mantenga. El mes pasado pagaron $148. La mercadería proviene de Córdoba.
“A nosotros nos dijeron que hay escasez porque hubo inundaciones en Santa Fe. Nos preocupa porque el stock es muy bajo y los precios subieron mucho. Ya estamos pagando $220 cuando hace unas semanas abonábamos $180”, dijo un responsable de la panificadora Virgen del Perpetuo Socorro.
Aunque desde el otoño arranca la temporada de mayor consumo de pan, por el “retraso del frío” la demanda está controlada. Sin embargo, temen que los precios siguen en ascenso. Hace dos semanas, la Cámara de Panaderos de Salta comunicó la suba del kilo de pan francés, de $12 a $15.
La harina se vende a granel en la frontera
En Salvador Mazza, los locales comerciales no se alquilan por mes, sino por hora. El tráfico de camiones aumentó en la frontera y todos los días cientos de personas descargan camiones en Salta, las acopian en el local que alquilan por horas y luego la transportan hasta Bolivia. La hilera humana que imita a las hormigas es incesante. El negocio está dejando sin pan a las panaderías de la Provincia. Es que en Salta están pagando $210 la bolsa de 50 kilos, y aunque en Salvador Mazza sale $190 la misma bolsa, el beneficio se encuentra en la venta a granel, ya que pagan en efectivo por todas las bolsas que entren en un camión.
En Salvador Mazza hay 15 Cámaras de Comercio y solo 206 comercios habilitados y en condiciones de operar en la frontera. Según la Aduana, por esa localidad entraron y salieron más de 58.000 camiones durante el año 2012. Cada camión paga un peaje municipal para ingresar a Pocitos, los camiones bolivianos pagan $190 y los argentinos $90. Hoy se calcula que entran a la localidad 150 camiones diarios con todo tipo de mercadería. Para los comerciantes de frontera, miembros de la multisectorial, está previsto un cupo de 120 camiones de harina por mes, aunque una fuente comercial del lugar dice que “pasan muchos más”. A modo de ejemplo explicó que “un solo operador fronterizo mueve 120 camiones de harina por mes, como exportador e importador”.