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Juan Carlos Romero: ?Quiero volver porque Salta perdió liderazgo y empuje?

Domingo, 09 de junio de 2013 02:32

Su candidatura para 2013 y sus deseos para 2015. Las denuncias en su contra y las acusaciones sobre el gobernador Juan Manuel Urtubey. Los deseos de “reelección indefinida” de la Presidenta y de los gobernadores y los “vedetismos” de la oposición. El senador Juan Carlos Romero recibió a El Tribuno en su despacho de Buenos Aires y, pese a que abordó todos los temas, buscó esquivar las polémicas. Durante la entrevista, el candidato a renovar su banca dijo que no pertenece a “ningún armado nacional”, que sus declaraciones juradas están su página web y que Urtubey no puede mostrar “ninguna obra emblemática en seis años”. Además, admitió que durante su gestión como gobernador hubo confrontaciones que se “pudieron haber evitado”, aseguró que “ni se le ocurriría” quedarse en el pasado, pidió que haya un centro de adicciones “en cada barrio” y dijo que “Daniel Scioli y Sergio Massa son un problema de Buenos Aires, no del país”. “Es un error pensar que porque yo tengo una octava parte de la mitad de El Tribuno voy a tener influencia y tiempo para controlar todo lo que allí sale”, sentenció el exgobernador salteño.
 

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Su candidatura para 2013 y sus deseos para 2015. Las denuncias en su contra y las acusaciones sobre el gobernador Juan Manuel Urtubey. Los deseos de “reelección indefinida” de la Presidenta y de los gobernadores y los “vedetismos” de la oposición. El senador Juan Carlos Romero recibió a El Tribuno en su despacho de Buenos Aires y, pese a que abordó todos los temas, buscó esquivar las polémicas. Durante la entrevista, el candidato a renovar su banca dijo que no pertenece a “ningún armado nacional”, que sus declaraciones juradas están su página web y que Urtubey no puede mostrar “ninguna obra emblemática en seis años”. Además, admitió que durante su gestión como gobernador hubo confrontaciones que se “pudieron haber evitado”, aseguró que “ni se le ocurriría” quedarse en el pasado, pidió que haya un centro de adicciones “en cada barrio” y dijo que “Daniel Scioli y Sergio Massa son un problema de Buenos Aires, no del país”. “Es un error pensar que porque yo tengo una octava parte de la mitad de El Tribuno voy a tener influencia y tiempo para controlar todo lo que allí sale”, sentenció el exgobernador salteño.
 

 Falta muy poco para las primarias de agosto y no mucho para las generales de octubre, ¿cómo ve el escenario actual de cara a esas elecciones?

Hay una gran intencionalidad del Gobierno nacional, apoyado por los gobiernos provinciales, de consolidar este modelo en estas elecciones para tener todas las posibilidades de hacer una reforma constitucional, primero en la Nación y después en las provincias. Una reforma constitucional, tanto en el orden nacional como en el provincial, implicaría cambiar el orden republicano argentino. Nadie va a hacer una reforma para decir: “Nos quedamos cuatro años más”. El problema de los gobiernos populistas está en que es muy difícil generar su propia sucesión. Al no poder hacerlo, deben generar la continuidad: eso está pasando en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Venezuela y en Cuba hace sesenta años. La monarquía, pese a que uno no la comparta, al menos tiene un sistema hereditario. Las dictaduras mueren cuando fallece su jefe. Y a los modelos populistas, llamados socialismo del siglo XXI por Hugo Chávez, les está costando encontrar un modelo de sucesión, entonces no queda otra que la perduración en el cargo.


Usted dice eso pero la Presidenta descartó ser “eterna” y dio a entender que no buscará otro mandato, ¿igual cree que irá por la re-reelección?

Yo tiendo a creer lo que ella dice, pero hay un modelo que tiene que defender. El 25 de mayo anunciaron diez años más para este modelo. La Presidenta, quizás genuinamente, diga que no quiere seguir con tanto esfuerzo, pero por otro lado el modelo, las alianzas y las pertenencias la están casi obligando a buscar otro mandato. Hay que mirar el caso de Venezuela, donde un hombre que estaba moribundo (Chávez) hizo un esfuerzo enorme para la campaña por el solo hecho de establecer la continuidad de un modelo, nombrando al sucesor antes de morir. Es una gran complejidad la sucesión en este tipo de modelos. Por eso no creo que hagan semejante esfuerzo solo por cuatro años más, porque sino en tres años estaríamos en la misma discusión. Entonces, significaría el cambio del sistema republicano argentino por un sistema de sucesión familiar permanente. Eso se está viendo mucho en las provincias, donde los hijos y los hermanos son los representantes que se eligen. Yo le llamo “agrupación familia”: sucede en Salta con el hermano del gobernador (Juan Manuel Urtubey) y con la hija del intendente (Miguel Isa), sucede en Jujuy, en Neuquén, en Tucumán. Se está dando ese tipo de reemplazo familiar, eso ya desajusta la democracia; la democracia es alternancia, es renovación. El Gobierno está buscando la reelección indefinida, y lo mismo está buscando en las provincias. Si la Presidenta consiguiera la reelección indefinida, todos los gobernadores harán lo mismo, entonces el país va a parecerse a los Emiratos Arabes, donde hay un jeque superior y en cada emirato hay un emir hereditario. Eso cambiaría el sistema republicano por otro sistema.

El peronismo no kirchnerista se está reagrupando. Se aliaron José De la Sota, Hugo Moyano, Roberto Lavagna y Francisco de Narváez; está Scioli, Massa. ¿En qué lugar de la oposición se ubica?

Estas son elecciones distritales. Yo estoy abocado a hablar con la gente y a llevarle un mensaje de compromiso. Nosotros, con la senadora (Sonia) Escudero, hemos mantenido una línea. Yo me ubico entre aquellos justicialistas que pensamos distinto del Gobierno. Nos diferenciamos en muchas cosas como esto que estábamos hablando, el tema de la justicia, el federalismo, etc. Yo no estoy en ningún armado nacional, me parece bien que otros dirigentes lo hagan, pero yo no participo. La falencia de la dirigencia en el orden nacional es que hay un enorme individualismo, hay un enorme vedetismo, hay una enorme incapacidad de construir espacios de conjunto y todos los que dicen competir a la hora de concertar ni siquiera son capaces de llegar a una interna. Si la oposición obtiene la mayoría, terminemos con los vedetismos. Yo tampoco creo en eso de que la oposición no existe porque está dividida, el problema es que en diez años se ha ido destruyendo el sistema de organización política. Es como que la AFA decidiera mañana que todos los partidos de fútbol se jueguen sin reglamento. En política es así. Hace más de diez años que no hay reglas de juego claras, no hay sistema de financiamiento claro de los partidos y no hay transparencia. No hay voluntad de los dirigentes de competir y aceptar el resultado acompañando al que gana, no hay incorporación de nuevas figuras, no hay un padrón transparente, no hay una justicia segura. Hay sistemas de votación, como en el caso de Salta con el electrónico, que están contratados por el Gobierno. El que provee el sistema de voto electrónico sabe que el éxito de su empresa depende solo de si le va bien al que lo contrató. En el orden nacional pasa lo mismo con la dirección nacional electoral que depende del ministerio del Interior.

¿Dónde ubicaría a Scioli y a Massa? ¿Dentro o fuera del kirchnerismo?

Ellos hacen lo suyo, uno es gobernador y el otro intendente. La prensa los quiere ubicar. Es el periodismo, que a falta de liderazgos, quiere inventar líderes. Ya lo intentó con “Chacho” Alvarez, con (Graciela) Fernández Meijide y con (Elisa) Carrió. Cada tanto la prensa trata de darle aire a algún candidato. Todo el mundo está esperando que descienda del cielo Scioli o Massa, antes había pasado con (Carlos) Reutemann. Dejemos de hacerle perder tiempo a la gente, veamos cuáles son sus problemas y tratemos después de ver qué le podemos ofrecer. Muchos dicen: “Mi límite es tal”. Son cosas de gente irresponsable, lo serio es trabajar con la gente y hacer un acuerdo –gane quien gane- para ocuparnos de la educación, de la lucha contra las adicciones, de la seguridad, del federalismo, y de que la gente salga de la pobreza. Hagamos como hizo Chile o Brasil, que bajaron mucho la pobreza. Yo en lo personal me estoy ocupando de Salta. Scioli y Massa son un problema de Buenos Aires, no del país.

¿Qué fuerzas políticas van a apoyar su candidatura a renovar la banca?

Estoy recibiendo adhesiones de distintos partidos. Voy a aceptar la adhesión del partido Conservador Popular que preside Guillermo Durand Cornejo, que irá como primer diputado. También voy a aceptar la adhesión del sindicalismo a través de (Jorge) Guaymas de Camioneros y de (José) Ibarra de los taxistas, y también del partido de Raúl Castells. Hay agrupaciones como la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y voy a recibir adhesión del Pro. Estamos conformando un frente. Si hay otras fuerzas políticas no oficialistas que no quieren entrar al frente pero quieren competir en internas, yo estoy dispuesto.
 

 ¿Qué le responde a los que dicen que usted forma parte del pasado?

Esa es una categoría hueca y vacía. No se puede medir el pensamiento por la edad de la persona. Que me digan quien es el presente y si tiene éxito. Y nadie puede decir que es el futuro, porque el futuro no existe. Yo me hago cargo de mis aciertos y de mis errores del pasado, pero también quiero aprovechar la experiencia. Al tener experiencia de muchos años de senador y doce de gobernador, eso me da una trayectoria que es de gran utilidad para mí y para la gente. A mí no se me ocurriría quedarme en el pasado. La realidad de Argentina y de Salta es tan diferente a la de hace diez años que de ninguna manera podríamos repetir el pasado. Mi plan es incorporar gente nueva, gente joven y hacer en Salta cosas totalmente distintas. Yo quiero volver porque veo que Salta ha perdido el liderazgo, el empuje, la capacidad de generar ideas nuevas. Ha perdido lucirse por su crecimiento y ahora solo es noticia en las páginas policiales. Este Gobierno en seis años no puede mostrar ninguna obra emblemática; mientras, los funcionarios están paseando por Estados Unidos a ver si consiguen que un célebre arquitecto les haga un dibujo atractivo para que Salta tenga algo emblemático. Debe haber en cada barrio un centro para adicciones, eso hay que hacerlo en los primeros seis meses. Es un desafío, pero para eso hay que tener una visión de provincia.

Usted dice que se hace cargo de sus aciertos y de sus errores, ¿de qué errores se hace cargo?

Eso que me lo señale la oposición, yo no voy a hacer una lista de errores. Creo que hay muchas cosas que se pueden corregir o hacer de otra manera, no estoy enumerando acciones de gobierno. Estoy diciendo que por ahí por error hemos tenido alguna confrontación que se podría evitar en algunos sectores puntuales. ¿Faltó capacidad de diálogo? Tal vez. Hay cosas que queríamos hacer y no llegamos a hacer. Esto pregúnteselo a la oposición que va a hacer una lista bastante larga.

Los últimos días trascendió que el gobernador habría usado el avión de la Provincia para ir a ver a River y que su hermano Rodolfo habría usado el helicóptero para un acto de campaña, ¿qué opina?

Yo no voy a opinar, que opine la gente. Ni yo denuncio ni hablo de eso. Es la prensa quien en general descubre esas cosas y las publica. Me parece bien que la prensa publique y que el Gobierno se defienda, pero yo no estoy en nada que tenga que ver ni con los ataques, ni con las ofensas, ni con las denuncias ni con las acusaciones. A la gente le importan muy poco las peleas de los políticos. El Gobernador tiene que mostrar qué hizo en seis años y yo tengo que recordarle a muchos jóvenes lo que hicimos doce años en la Provincia, lo que hicimos seis años en el Senado y lo que estoy comprometido a hacer por Salta. Yo voy a un lugar y charlo con la gente. Voy al centro, al mercado, a una feria, a un barrio, al interior. Eso me llena de información para hacer muchas cosas. Mucha gente tiene la esperanza que a partir de 2015 pongamos a Salta en marcha de vuelta.

Desde que lanzó su campaña recrudecieron fuerte las denuncias en su contra, entre ellas la de una supuesta cesión irregular de un hangar a su hijo…

Todo es parte de una campaña de desprestigio del Gobernador para que la gente crea que he cometido acciones irregulares. Todas las acusaciones comenzaron hace dos años, cuando después de un tiempo prudencial expresé mis críticas a la gestión de gobierno y ratifiqué mi compromiso de seguir defendiendo a Salta y a los salteños, tanto desde el Senado como desde la gobernación a partir de 2015. Arman un caso, lo mandan a la justicia y allí jamás pudieron probar ningún delito. Son ellos los que están demorando que la justicia resuelva, están presionando a los jueces y fiscales para que no haya resolución. Yo estoy tranquilo de conciencia y me he presentado ante los jueces en todos los casos. Confío en la justicia y todas las presentaciones están en mi página web. Si alguien quiere ver todas mis declaraciones juradas, por lo menos las últimas como senador, están en la web. Pronto, si el Gobierno me devuelve una copia de las que presenté como gobernador, también las voy a subir a mi página. No se debe judicializar la política, ni politizar a la justicia.

 Urtubey quiso vincularlo a usted con el escándalo de las casas del IPV, argumentando que muchas de las adjudicaciones habían sido en su gestión…

Si claro, pero no pudieron encontrar ninguno para sacarle la casa. Los ventipico que adjudiqué yo ya tienen su casa porque eran adjudicaciones muy derechas hace seis o siete años. Tuvieron todo ese tiempo para quitarles la casa y habrán pasado cien revisaciones. Esa gente habrá estado bien elegida, porque fue sorteada. Las casas que tuvieron problemas son las que ellos repartieron a sus amigos y familiares. Esas son las que debieron sortear nuevamente dando esa vergonzosa sensación de que la forma de cubrir sus errores y la corrupción que se realiza es tratar de acusarme a mí de algo parecido. Que dejen de perder tiempo. Pierden plata, energía y tiempo en querer quedarse para siempre ellos solos.

Muchas de las noticias que publica El Tribuno y tocan algún interés del gobierno provincial son frecuentemente usadas por Urtubey para denunciar una campaña suya en su contra, ¿cómo analiza eso?

Es un error creer que yo controlo el periodismo. Ellos sí controlan muchos medios, pero todo el mundo sabe que los medios oficialistas no son exitosos en ningún lado del mundo. Es un error pensar que, porque yo tengo una octava parte de la mitad de El Tribuno, voy a tener la influencia y el tiempo para controlar todo lo que allí sale. Con usted, ¿cuántas veces nos vimos? Creo que es el primer reportaje que me hace y nos habremos visto pocas veces. Nunca ha recibido una orden mía ni lo llame para decirle qué hacer. Como en el orden nacional hablan de los medios monopólicos, en Salta buscan lo mismo con los medios que no se someten ni al dinero ni a la presión del Gobierno. Entonces, terminan matando al mensajero. Esa es la visión poco democrática que existe que está en Salta y en todo el país.  

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