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Sergio Berensztein: ?La lista que encabeza Massa tiene una conformación plural?

Lunes, 01 de julio de 2013 12:19

Las elecciones de agosto son para Sergio Berensztein una oportunidad para quienes le disputan poder al Gobierno nacional, para lograr un recambio de cara al 2015. Este sería un buen momento para aprovechar porque, asegura, la imagen presidencial está desgastada y su poder acorralado por la falta de ideas y por la incapacidad para reaccionar ante las políticas que están lastimando el tejido de la Argentina. El presidente de Poliarquía Consultores participó en el Precoloquio NOA de IDEA que se hizo en Salta y dijo que la imagen de Cristina cayó un 50%, opinó que en la oposición reinan los egos y mencionó que el país no es considerado parte del concierto de las naciones democráticas y pacíficas. Duda que Cristina Fernández de Kirchner ordene cambios y, por el contrario, cree que se convirtió en su peor enemiga. ¿Lo que hay que esperar en este tiempo electoral?: un maquillaje en el discurso. 

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Las elecciones de agosto son para Sergio Berensztein una oportunidad para quienes le disputan poder al Gobierno nacional, para lograr un recambio de cara al 2015. Este sería un buen momento para aprovechar porque, asegura, la imagen presidencial está desgastada y su poder acorralado por la falta de ideas y por la incapacidad para reaccionar ante las políticas que están lastimando el tejido de la Argentina. El presidente de Poliarquía Consultores participó en el Precoloquio NOA de IDEA que se hizo en Salta y dijo que la imagen de Cristina cayó un 50%, opinó que en la oposición reinan los egos y mencionó que el país no es considerado parte del concierto de las naciones democráticas y pacíficas. Duda que Cristina Fernández de Kirchner ordene cambios y, por el contrario, cree que se convirtió en su peor enemiga. ¿Lo que hay que esperar en este tiempo electoral?: un maquillaje en el discurso. 

Sergio Massa, ya instalado en el escenario electoral, ¿pone en peligro el liderazgo de la Presidenta?

Es algo inédito la aparición de la lista encabezada por Sergio Massa, porque es una lista peronista, con mucho poder territorial, con intendentes, con poder sindical, es una conformación plural y diversa que contrasta con el verticalismo y los criterios del altar que predominan en la lista de la Presidenta. En principio es un desafío significativo porque se da en el territorio más importante de la política argentina y es el territorio de la Presidenta. Y al mismo tiempo porque aparece una figura como la de Massa, que tiene mucho recorrido para adelante si le va bien. Tendremos que ver qué ocurre en estas elecciones, pero uno ve un liderazgo presidencial desgastado, en un contexto económico complejo, con un Gobierno que se ha quedado sin ideas, sin capacidad de reacción, sin capacidad de innovación, es más bien un Gobierno que está respondiendo a los problemas con soluciones que generan más problemas. Claramente hay oportunidades para que se consoliden alternativas y si eventualmente son exitosas podrán encabezar un proceso de recambio de cara al 2015. Hay que mirar también el no peronismo y ahí es interesante marcar que otras fuerzas constituyen una interesante posibilidad de generar mayor equilibrio entre peronismo y no peronismo, algo fundamental para que funcione la democracia, porque la democracia supone un equilibrio entre los poderes. Y eso debe reflejarse en las instituciones, sobre todo en el parlamento. Es una elección interesante que puede ser el comienzo de un ciclo distinto.

¿Habrá que esperar un cambio de estrategia del oficialismo?

Hay que esperar en todo caso maquillaje discursivo, pero no cambios en las políticas de fondo, porque si la Presidenta en efecto pensase que tiene que rectificar algunos de los pilares del modelo, cosa de la que no tenemos ninguna evidencia, de lo que ella denomina modelo, si lo hace ahora no tendrá ningún impacto antes de las elecciones. No dudo de que hay que hacer recambios importantes de personas y de políticas, pero si ella lo hace ahora sería reconocer que se ha equivocado, sería contradecir el discurso que hasta ahora nos dice que está todo bien. Sí va a maquillar el discurso ¿Qué quiere decir esto? Llamemos a la unidad nacional, a la concertación, al diálogo, descontracturarse un poco, aparecer como una Presidenta que no confronta ni ataca, sino como una Presidenta que quiere bailar y divertirse, sonríe, besa chicos y abraza señoras mayores.

¿El electorado no es capaz de advertir eso?

Hablar del electorado como si fuera un actor unitario y homogéneo puede llevar a conclusiones equivocadas en una sociedad tan compleja, tan fragmentada como la nuestra, con tantas diferencias entre ricos y pobres. Hay nichos de electores, hay un segmento del electorado que sigue siendo muy kirchnerista (entre el 10% y el 12%). Es una minoría sólida, muy fiel y probablemente para ellos no haya un aprendizaje en términos críticos; también hay otro de clase media, más educado, más informado y más susceptible a la cuestiones vinculadas con la corrupción, y para ese segmento la Presidenta es una figura desgastada.

¿Qué porcentaje representa?

Comprende la clase media independiente, no partidaria, que vota contingentemente a diferentes candidatos a nivel nacional. Es casi el 30%. Es muy significativo. No se puede ganar ninguna elección presidencial sin un porcentaje relevante de ese segmento.

Algunos dicen que estamos ante el fin del kirchnerismo ¿Coincide?

Es el principio del fin. Hay una posibilidad de que si las elecciones permiten la emergencia de candidatos competitivos para 2015 la Presidenta enfrente un eclipse. Dependerá de ella si es un eclipse definitivo o no; de hecho es una figura con mucho potencial, joven y puede terminar bien su mandato y pensar en ser una figura influyente luego. Pero está en ella convertirse en una líder pragmática o ideológica. Si predomina el pragmatismo, Cristina indudablemente puede revertir la situación y ser una figura competitiva; si predomina la radicalización, si se cierra aún más sobre sí misma en el contexto de una eventual derrota o de un triunfo relativamente acotado, donde quede totalmente ya definida la re-reelección como imposible, ahí veo a la Presidenta quemando naves, convirtiéndose en una líder de secta y no una líder importante a nivel nacional.

En el país hay demasiados frentes abiertos cargados de agresión...

Eso es una contradicción con el maquillaje electoral, porque para dejar de perder votos necesita dejar de confrontar. En su fuero íntimo ella cree que confrontar es lo que mejor hace y la verdad es que dilapida muchísimo apoyo al hacerlo. Es una situación difícil de detener porque es la inercia de la confrontación y su equipo está acostumbrado a eso y no a negociar ni a apaciguar, ni moderar reclamos o propuestas. Indudablemente la Presidenta se convirtió en su principal enemigo.

El enfrentamiento con la Corte y con el campo, la descalificación permanente, seguramente influyen en la caída de la imagen presidencial. ¿Qué dicen las últimas mediciones?

Tomando el punto máximo de finales 2011, en el contexto de una victoria electoral que fue muy significativa, la figura de la Presidenta cayó un 50%. Tenía 70%. Además, y proporcionalmente, subió mucho la imagen negativa. El Gobierno no se está quedando sin opciones de políticas, se está quedando sin parches para evitar que se pinche el modelo que está muy recauchutado.

¿Qué pasa con la oposición?

Este es un momento en el que la oposición tiene dificultades en muchos países. En Uruguay, Brasil, ni hablar en Venezuela, donde estuvieron 10 años para conformar el bloque encabezado por (Henrique) Capriles. También en Rusia. En la Argentina se agrega una situación derivada de la crisis de 2001, cuando los partidos se fragmentaron, incluido el peronismo, y nunca lograron reconstituirse. También es una cuestión de personalismos, de egos, de vedettismos, porque al tratarse de cuestiones unipersonales los políticos negocian por ellos y no tienen la necesidad de rendir cuentas. Esas cuestiones (estructural, crisis y egos) nos ayudan a entender por qué la oposición tiene tantas dificultades. Dicho esto, la Presidenta, como es su principal enemigo, le genera oportunidades a la oposición.

¿Y las aprovecha?

No, la oposición hace lo mismo. Ahora que hay elecciones me parece que hay un esfuerzo mayor, especialmente en el no peronismo. Veremos si la candidatura de Massa, más la de otros disidentes peronistas, pueden abrir una alternativa.

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