El papel fundamental que desarrolla para el narcotráfico la República Argentina es ahora un hecho consumado, desde que semanas atrás la ONU lo ubicó como el tercer puerto proveedor mundial de cocaína, detrás de Brasil y Colombia. Esto tiene una implicancia directa con Salta, ya que limita con uno de los tres principales productores mundiales de cocaína y por sus fronteras ingresa el 90% de esa droga que luego llega a puertos, aeropuertos y encomiendas por todo el territorio argentino para distribuirse por las capitales de todo el planeta. Esta semana se supo además que los escáneres de los puertos no detectan drogas.
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El papel fundamental que desarrolla para el narcotráfico la República Argentina es ahora un hecho consumado, desde que semanas atrás la ONU lo ubicó como el tercer puerto proveedor mundial de cocaína, detrás de Brasil y Colombia. Esto tiene una implicancia directa con Salta, ya que limita con uno de los tres principales productores mundiales de cocaína y por sus fronteras ingresa el 90% de esa droga que luego llega a puertos, aeropuertos y encomiendas por todo el territorio argentino para distribuirse por las capitales de todo el planeta. Esta semana se supo además que los escáneres de los puertos no detectan drogas.
“El sistema de seguridad nacional es propio de un Estado fallido, que son aquellos que no pueden cumplir con las funciones que debería cumplir un Estado en determinada materia. El Estado está ausente en el control de fronteras, aduana, migraciones y del despliegue militar-policial que se requiere por tierra y aire. Hoy, la Argentina presenta un cuadro de control de frontera similar al de cualquier país subdesarrollado de Africa occidental”, había dicho a El Tribuno Ricardo Runza, experto en defensa, hace semana.
Ahora, las revelaciones surgen del jefe de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, que sacudió el ambiente político diciendo que “hay una especie de zona liberada” para el tráfico de estupefacientes en la Argentina. “Hay un cuadro general de falta de control en el tema de drogas, al que se suma la situación que tenemos en puertos importantísimos de nuestro país; hay una ausencia deliberada: el Estado renunció a ejercer el control”, acusó seriamente el funcionario. Las impresionantes declaraciones continuaron. “Tenemos cielos y puertos, como lo prueban los hechos, habilitados al tráfico de estupefacientes”, afirmó en referencia al descontrol de la frontera, tal cual viene denunciando este medio. “No hay vocación de impedir la comercialización o el envío de los cargamentos de drogas”, arremetió, comentando los resultados de un estudio de la AGN sobre los controles en los puertos de Buenos Aires, Campana y San Lorenzo.
Ricardo Runza es ingeniero aeronáutico, máster en Dirección de Empresas, magíster en Defensa Nacional, capitán retirado de la Fuerza Aérea Argentina. “El narcotráfico saca la droga por diferentes vías siguiendo diferentes estrategias y tácticas operativas aprovechando al máximo los síntomas de Estado fallido que presenta la Argentina a nivel nacional, provincial y municipal”, dijo ayer, consultado por El Tribuno. “¿Cuántos embarques habrá permitido este Estado fallido sacar al narcotráfico en perjuicio de la seguridad internacional en estos últimos 10 años?”, preguntó el experto.
La Aduana se encuentra bajo la órbita del jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray. La directora general de ese organismo, María Ayerán, acusó a Despouy de “carecer de conocimientos técnicos para emitir una opinión fundada”. Despouy ratificó que “los escáneres no pueden determinar si un contenedor transporta drogas, al no discernir entre sustancias orgánicas e inorgánicas”.
La AGN dio a conocer en junio un documento sobre fallas en los sistemas antidrogas en los aeropuertos de Ezeiza, Córdoba y Mendoza. El resultado no es menos alarmante que el de los escáneres: “No hay normativa para determinar qué aeronaves comerciales serán inspeccionadas; insuficiente utilización de métodos no intrusivos de control; los escáneres en la zona de bodegas no son los adecuados para detectar drogas”.