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Chaqueño Palavecino: ?Dios o el ángel de mi madre siempre estuvieron a mi lado?

Domingo, 14 de julio de 2013 12:58

Ya no tiene que explicar que es chaqueño porque nació en la región del chaco salteño, y no en la provincia con ese nombre. Superó holgadamente aquellos días duros de la censura y de la exigencia de vestir traje y corbata en vez de ropas gauchas, y solo son un grato recuerdo aquellos pocos pesos que le dieron los primeros casetes grabados con los que compró instrumentos y ropa. Oscar Esperanza Chaqueño Palavecino es, quizás, el artista popular argentino más convocante de la última década. Sus presentaciones son fiesta segura con música y canto hasta el delirio de miles y miles de seguidores (mayoritariamente mujeres). Pero es también, el “padre” del Trichaco, acontecimiento artístico y cultural de mayor envergadura en el norte salteño, cuya edición 11ª se hará desde el 19 al 21 de este mes. Con El Tribuno habló largo y tendido sobre la organización y alcances de este festival, de recuerdos, convicciones y creencias.

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Ya no tiene que explicar que es chaqueño porque nació en la región del chaco salteño, y no en la provincia con ese nombre. Superó holgadamente aquellos días duros de la censura y de la exigencia de vestir traje y corbata en vez de ropas gauchas, y solo son un grato recuerdo aquellos pocos pesos que le dieron los primeros casetes grabados con los que compró instrumentos y ropa. Oscar Esperanza Chaqueño Palavecino es, quizás, el artista popular argentino más convocante de la última década. Sus presentaciones son fiesta segura con música y canto hasta el delirio de miles y miles de seguidores (mayoritariamente mujeres). Pero es también, el “padre” del Trichaco, acontecimiento artístico y cultural de mayor envergadura en el norte salteño, cuya edición 11ª se hará desde el 19 al 21 de este mes. Con El Tribuno habló largo y tendido sobre la organización y alcances de este festival, de recuerdos, convicciones y creencias.

¿En qué momento se dio cuenta de que iba a ser un artista famoso?

De eso no me di cuenta. Me di cuenta de que las cosas marchaban para adelante, que sumábamos gente, con una música regional con zambas, chacareras y coplas.. Cuando empezamos a llenar festivales íbamos confirmando aquella sensación, pero no tengo un hecho o un punto en la carrera que haya marcado un antes y un después. Yo siempre digo que el escenario es como un ring: hay que prepararse para hacer bien las cosas para ganar si no te “sientan”. En cada previa escuchábamos o nos comentaban el rumor entre la gente sobre un cantor popular, de sombrero, que iba a actuar...

Y vestido de gaucho

Sí, vestido de gaucho en el peor momento. En Buenos Aires me habían hecho comprar un traje con corbata que por ahí los tengo colgados para ir a los medios con la chica que me hacía la promoción.

¿Alguna vez usó ese traje?

Nunca.

¿Recuerda desde cuando canta?

Siempre. El Chaco es tristeza y alegría a la vez, mucho sentimiento. La música está siempre, es parte de ese paisaje, con sus instrumentos, con el violín, el acordeón..Porque el Departamento Rivadavia es una sola cosa, el criollo la dividió en Banda Norte y Banda Sur. Creo que nosotros somos culpables de que se recuperen esos instrumentos. Antes a la Capital no entraba un violín ni por casualidad.

Usted nació en Rancho El Ñato pero en la adolescencia se fue Tartagal. ¿Por qué?

Mi madre enfermó de cáncer y la familia se trasladó al pueblo para mejor atención de ella. Mi madre murió a los 51 años cuando yo tenía 15. En el pueblo hicimos de todo, vendíamos lo que pillábamos, siempre de frente y honestamente, obedeciendo al patrón sin preguntar cuánto íbamos a ganar. Antes era así. La vida nos fue premiando, pero hay que buscar, no hay que quedarse sentado.

Mientras tanto cantaba..

Nosotros siempre fuimos de silbar, de cantar coplas. En Tartagal, la maestra de la escuela primaria me hacía cantar en los actos, luego me fui juntando con primos que tocaban la guitarra y también cantaban, escuchábamos Las Voces de Orán, Los Manseros Santiagueños, Los Fronterizos, música del litoral que tiene mucha influencia en aquella zona, de los santiagueños. Después, con un policía de Tartagal de apellido Segovia empezamos a armar cosas referidas a la tierra, al paisaje, y de vez en cuando una zambita para el amor. Luego nos metimos con Roberto Ternán y Yuyo Montes, pero siempre buscando temas inéditos.

¿Por qué hizo su primera grabación en Tucumán?

Yo era chofer de colectivo y cuando llegábamos a Tucumán teníamos un tiempo. Descansábamos algo y otro poco hacíamos algo con la música. Si me hubiera quedado en Tartagal no hubiera podido, vivía arriba del colectivo, vestido de azul como una “reina mora”. Los amigos colaboraron mucho; a veces dejaba de pagar el alquiler para poner un poco más para el disco. La gente ve lo que tengo ahora pero la mayoría no sabe cómo ha sido este camino.

¿Qué recuerda de su primera llegada al Festival de Cosquín?

Estaban Los Nocheros (con el Pala Aguilera), Los Sauzales, Jorge Rojas estaba con Víctor Vidoni en Los del Cerro y nosotros que llegábamos con un bailarín bien del monte con una hermosa compañera, un bombo, un violín, las coplas y el canto. Esa creo que como agüita fresca. La respuesta de la gente fue muy fuerte, por todas partes se comentaba de la delegación de Salta. Creo que fue 1992 cuando fui premiado como “notable”. Y ya empezaban a contratarnos...

Una vez, ya en democracia, usted fue censurado. ¿Cómo fue?

Por sostener mis ideales me prohibieron cinco años...Fue un director de Radio Nacional Tartagal que ya no está, porque no fui a un festival que ellos organizaban cada tres meses porque ya tenía compromisos en Jujuy y en otros lugares. Yo había hecho nacer las coplas y el segundo casette se vendía como pan caliente en la misma casa que yo alquilaba. Con esa plata empecé a vestir a los músicos, a comprar guitarras porque ni instrumentos teníamos... grabábamos con bombos prestados, con guitarritas así nomás.

Realmente, la censura fue un capricho de ese hombre, fue algo que él no entendió bien en ese momento siendo que para esa gente del campo yo era Gardel. Ni afiches míos podía pegar en las calles. Fue muy duro, el tema llegó hasta la Cámara de Diputados... Pero nunca me puse en contra de esa radio.

Hoy, a casi 30 años del comienzo, ¿cree que el resultado es más fruto del esfuerzo que de la suerte?

El esfuerzo siempre estuvo, sobre todo con nuestra música, porque por ahí aparece un académico y se pone a analizar, pero no sabe lo que es la música del Chaco. Y la suerte que siempre hace falta. Yo creo que Dios o el ángel de mi madre estuvieron a mi lado siempre. Yo agradezco haber podido descubrir este arte de cantar que es mi vida. Aunque manejar un colectivo también es arte, aunque suene raro. En aquellos colectivos, a veces tenía freno pero no embrague, o al revés, o no podía dejar enganchada la boletera porque se caía. Pero al mismo tiempo, estaba el contacto directo con la gente...y el tema del vuelto!!!! ahí estaban los que teníamos ganas de dar los vueltos y los que no tenían ganas de dar el vuelto!

¿Qué es el festival del Trichaco para usted?

Es una bendición porque por ser conocido y tener éxito podemos ayudar a nuestra gente. Es un festival que recibe incontable ayuda de amigos, solos no podríamos hacerlo. Para organizar una movida como ésta con la cartelera que tiene, tendríamos que disponer de un piso de 3,5 millones de pesos, en cambio, gracias a los aportes solidarios lo hacemos con medio millón de pesos. Los artistas no cobran su cachet; se les paga traslados y gastos y a los músicos. Imagínese que solo en pasajes tenemos más de 70 mil pesos.

¿Cómo fue el comienzo de este festival?

Empezamos llevando dos carros con mercaderías para las dos escuelas, una donde yo fui alumno, pero vimos las necesidades y decidimos armar la Fundación Rancho El Ñato. Comenzamos por casitas que armamos nosotros, luego con la ayuda de la Nación fuimos por más casas, la luz y el pozo de agua. Ahora vamos por la huerta en cada lugar. En el medio de eso, un maestro rural me dijo que los chicos no tenían lápices de colores, porque les daban al comienzo del año pero una vez que los perdían no tenían para reponerlos. Le contesté al maestro que iba a ir con amigos para hacer un festival a beneficio de las escuelas. Y allá fuimos por primera vez.

¿Cómo recibe las críticas??

Cada uno puede opinar lo que siente. Siempre pienso que por cada mala hay 99 buenas. Nadie está libre de críticas, yo las dejo correr. Soy un agradecido por lo que tengo.

El Festival se acerca

La 11ª edición del Festival Trichaco se desarrollará entre el 19 y el 21 próximos, en Santa Victoria Este, a beneficio de las escuelas rurales de la zona.

Patricia Sosa será la figura saliente del viernes, cuando también cantarán Las Voces de Orán, Pitín Zalazar y Ternura, entre otros.

Jairo, Palito Ortega, Leo Dan y el Chaqueño Palavecino animarán la noche del sábado, cuando también actuarán el negro Salvatierra, Hermanos Bravo y Silvia Barrios.

El domingo, serán de la partida Ivotí, Peteco Carabajal, Fermín y Pancho Pereyra, una delegación de Villamontes y una caballada de Martín Marinaro.

Los caminos de la vida

  • Cuando el Chaqueño empezó a andar los caminos de la música eran 5. Treinta años después sobre el escenario son 12 y 20 en total los que viajan.
  • Nació el 18 de diciembre de 1959 en el rancho El Ñato. A los 12 años se mudó con su familia a Tartagal. Cuando tenía 15 murió su mamá de cáncer.
  • Manejó durante 4 años un camión; luego fue chofer de colectivos de Atahualpa durante 10 años y más tarde 4 en La Veloz del Norte.
  • El Chaqueño anticipó que tiene ganas de ofrecer un recital en el Teatro de Salta. Aunque no dio fecha, dijo que le gustaría entre Navidad y Año Nuevo.
  • Recuerda que cuando era niño no podía cantar una copla del lugar porque “los grandes casi la prohibían”, pero él vió que ahí había una esencia única.
  • Aprueba la pavimentación de la ruta hasta la triple frontera. “Los caminos son necesarios, sin vueltas”, recalcó.

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