El diseño se había pensado algunos días atrás, en un contexto de menor crispación oficial con los bancos que el que se vio esta semana. Pero el plan, por ahora, se mantiene en pie: preocupado por el desabastecimiento de dinero que se percibe en algunos puntos del país, el BCRA estudia la posibilidad de computar el dinero que hoy tienen los cajeros como parte de la integración de efectivo mínimo que hoy deben rendir las entidades financieras por regulación. Y hacerlo, especialmente, en las zonas más alejadas. Una nota publicada en Ambito Financiero, destaca que la propuesta inicial que tenían en mente los técnicos del organismo oficial apuntaba a solucionar una buena parte del faltante de efectivo que se siente en algunas ciudades del país. Pero ayudará también a los bancos a ahorrarse algunos costos que hoy deben afrontar por la administración de su liquidez, que terminan por incrementar las tasas de interés pasivas y que, por ende, encarecen sus créditos. En el organismo creen que, con este beneficio, las entidades podrían ver incentivos para dejar una mayor cantidad de dinero en los ATM. La normativa pretende considerar el dinero que está depositado en los cajeros como parte del “efectivo mínimo” que hoy necesariamente deben integrar las entidades en forma de encajes en el Banco Central.
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El diseño se había pensado algunos días atrás, en un contexto de menor crispación oficial con los bancos que el que se vio esta semana. Pero el plan, por ahora, se mantiene en pie: preocupado por el desabastecimiento de dinero que se percibe en algunos puntos del país, el BCRA estudia la posibilidad de computar el dinero que hoy tienen los cajeros como parte de la integración de efectivo mínimo que hoy deben rendir las entidades financieras por regulación. Y hacerlo, especialmente, en las zonas más alejadas. Una nota publicada en Ambito Financiero, destaca que la propuesta inicial que tenían en mente los técnicos del organismo oficial apuntaba a solucionar una buena parte del faltante de efectivo que se siente en algunas ciudades del país. Pero ayudará también a los bancos a ahorrarse algunos costos que hoy deben afrontar por la administración de su liquidez, que terminan por incrementar las tasas de interés pasivas y que, por ende, encarecen sus créditos. En el organismo creen que, con este beneficio, las entidades podrían ver incentivos para dejar una mayor cantidad de dinero en los ATM. La normativa pretende considerar el dinero que está depositado en los cajeros como parte del “efectivo mínimo” que hoy necesariamente deben integrar las entidades en forma de encajes en el Banco Central.