José Ochoa denunció a El Tribuno, que el lunes pasado sufrió en su vivienda (Maipu 1.118) un allanamiento dispuesto por el fiscal penal Nº 5, Maximiliano Troyano. Lo que Ochoa aún no comprende y sostiene que tampoco encontró nadie que se lo explique, es porqué invadieron su propiedad en búsqueda de una persona que no habita allí, jamás lo hizo y a quién éste afirma desconocer.
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José Ochoa denunció a El Tribuno, que el lunes pasado sufrió en su vivienda (Maipu 1.118) un allanamiento dispuesto por el fiscal penal Nº 5, Maximiliano Troyano. Lo que Ochoa aún no comprende y sostiene que tampoco encontró nadie que se lo explique, es porqué invadieron su propiedad en búsqueda de una persona que no habita allí, jamás lo hizo y a quién éste afirma desconocer.
“Llegaron buscando a Yaqueline Casimiro, mujer de uno de los imputados en el caso de los rompevidrieras. En la orden de allanamiento que dispuso Troyano, dice que la mujer esa vive acá. Ella estaría vinculada con los rompevidrieras. Pero no sé quien es y nunca pisó esta casa. Tampoco hay un documento que diga que reside en esta vivienda”, explicó con enojo Ochoa.
Denuncia que vivió una situación violenta tanto él como toda su familia cuando 8 móviles y 20 policías interrumpieron en su casa el lunes a las 15. Ingresaron por la fuerza, buscando los elementos que robaron los rompevidrieras.
“Se llevaron todos los productos electrónicos que encontraron. Mi trabajo es reparar televisores, y materiales de electrónica. Lo que se llevaron pertenece a mis clientes, y todavía no se los puedo devolver. Me generó un grave problema porque algunos vinieron a retirar sus productos y no estaban. Conseguí ya casi todas las facturas que avalan que esos productos que se llevaron tienen dueño” reclamó.
Otro de los hechos que sorprendió a Ochoa es que los efectivos de la brigada se llevaron elementos que no constataban en la orden de allanamiento.
Según el documento judicial, solo se debían sustraer dos monitores de PC tipo led planos, marca “LG”, 19 pulgadas y de color negro, “pero esos nunca los tuve y sustrajeron otros”, explicó el hombre. No obstante, el inspector Gerardo Echazú, de la Policía de Salta, dijo que los elementos sustraídos sí tienen relación con los que se buscaban. En el documento se indica que se procedió a ese domicilio conforme a los datos aportados por el oficial Walter Mamaní, quien labró un informe donde establece que los objetos robados podrían estar en ese domicilio, entre otros.
Vicios en el procedimiento
El representante legal de José Ochoa, José Luis Corimayo, explicó que hubo vicios en la manera en que se procedió durante el allanamiento.
En primer lugar, en cuanto a los materiales secuestrados. “La brigada a cargo del oficial Walter Mamaní se extralimitó y secuestró otros 30 objetos, y no solo los dos elementos que constan en la orden de allanamiento”, explicó Corimayo. Otro error que remarcó el letrado es que “están la mayoría de las facturas de los dueños de esos materiales, que son clientes de mi defendido”.
En la Fiscalía Penal N§ 5, que maneja Troyano, le dijeron que no puede tener acceso al expediente dado que están de feria. “Voy a pedir la nulidad del allanamiento por el modo en que procedieron. El señor Ochoa no tiene ninguna vinculación con los rompevidrieras”, dijo Corimayo.