Muy pocas veces las piletas salteñas muestran en ellas actividades que no tengan que ver con la práctica de los distintos estilos de natación. Esta vez, la Unión Sirio Libanesa rompió el molde e hizo disputar un torneo de waterpolo.
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Muy pocas veces las piletas salteñas muestran en ellas actividades que no tengan que ver con la práctica de los distintos estilos de natación. Esta vez, la Unión Sirio Libanesa rompió el molde e hizo disputar un torneo de waterpolo.
Una disciplina acuática que en nuestra ciudad no cuenta con antecedentes, pero que logró reunir a un número importante de participantes.
“Quisimos brindarle a los chicos una opción distinta y hemos superado nuestras expectativas en la cantidad de inscriptos que tuvimos”, aseguró Rodrigo Cebrian, principal impulsor de la competencia, que convocó a ocho equipos internos y brindó color a cada una de las fechas con las que contó el certamen.
De distintas edades y manteniendo la motivación de seguir creciendo, los casi 200 nadadores que participaron del torneo encontraron una muy buena manera de competir en el agua. La misma que los llevó a ponerse la “camiseta” de sus equipos y dar el marco a una postal que alegró hasta al más escéptico.
Entre aplausos y el aliento de compañeros, el polo acuático fue el gran invitado el pasado día del amigo (20 de julio) y terminó coronando una jornada de absoluto festejo con la consagración de los campeones.
Los que más celebraron fueron los integrantes de “Las salchichas”, quienes se alzaron con el primer lugar. El podio se completó con “Los mala vida” que se ubicaron en el segundo lugar y “Asalto Aéreo” que terminó tercero.
La finalización del torneo “Eduardo Batule”, como se llamó a la competencia, no significó el fin de la práctica de esta entretenida disciplina sino que potenció su proyección ya que desde la organización se comenzó a trabajar para un segundo torneo.
Hasta el momento la participación sólo fue interna pero se estima que en las próximas semanas otros clubes se sumarán a esta movida, que al parecer llegó a Salta para quedarse.
“Fue una experiencia muy linda que sumó a todos los niveles y que permite sentar las bases para la creación de otros equipos”, expresó Maximiliano Díaz, el salteño campeón nacional de salto triple que dejó por un momento el atletismo y fue uno de los tantos que disfrutaron el arribo del waterpolo a nuestra ciudad.