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¿Qué son las terapias alternativas con “cuencos”?

Lunes, 12 de agosto de 2013 04:39

En la ciudad de Salta existen varias asociaciones y entrenadores de curación con cuencos de cristal. La presencia de estas terapias alternativas en la sociedad, son cada vez más frecuentes y conviven con la medicina tradicional. Sus cultores parten en búsqueda de la completitud del ser humano. Su técnica es tratar de armonizar las vibraciones de una persona con el universo que la rodea.

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En la ciudad de Salta existen varias asociaciones y entrenadores de curación con cuencos de cristal. La presencia de estas terapias alternativas en la sociedad, son cada vez más frecuentes y conviven con la medicina tradicional. Sus cultores parten en búsqueda de la completitud del ser humano. Su técnica es tratar de armonizar las vibraciones de una persona con el universo que la rodea.

El uso del sonido y de la música para fines terapéuticos es antiguo como el hombre. Los chamanes de todo el mundo, desde Siberia, África o América, lo usaron y lo usan. Según cuentan las actuales, en las antiguas escuelas de sabiduría de Egipto, Roma, Grecia, la India y otros centros de aprendizaje, el conocimiento del sonido era una ciencia refinada que se basaba en el entendimiento de la vibración como principal fuerza causal del universo.

En su escuela de filosofía, Pitágoras afirmaba que “cada cuerpo celestial, cada átomo, produce un sonido particular debido a su movimiento, ritmo o vibración. Es más, todos esos sonidos o vibraciones componen una armonía universal en la que cada elemento, sin perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad”.

La concepción de las antiguas escuelas se aproxima a los modernos conocimientos científicos al decir que en el Universo hay energía vibrando que al condensarse, o al vibrar en otra frecuencia, hace que surja la materia.

Cómo funciona

Cada célula y cada órgano de nuestro cuerpo, por tanto, vibran a una determinada frecuencia continuamente. Así, cuando un órgano está sano, su frecuencia vibratoria está en armonía con el resto del cuerpo. Pero si esa frecuencia se altera, la armonía se rompe y aparece lo que conocemos como enfermedad.

También sabemos hoy -por el principio de resonancia- que es posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias. Y eso es lo que convierte al sonido en un proceso terapéutico capaz de abrir la puerta al equilibrio físico, emocional, mental y espiritual.

Para esta técnica, todo es vibración

En su libro “Sonidos que sanan”, Jonathan Goldman explica que “por medio de la resonancia es posible que las vibraciones de un cuerpo alcancen a otro y lo pongan en movimiento. Algo que puede observarse fácilmente, por ejemplo, cuando un cantante rompe una copa con su voz. Lo que ocurre es que la voz del cantante puede igualar la frecuencia de resonancia del cristal, provocando así su vibración”.

Debemos tener en cuenta que las sustancias cristalinas están presentes en todo el organismo: los huesos, la sangre, el cabello, la piel, las uñas y hasta en los dientes. El científico norteamericano Marcel Vogel encontraría además que el electromagnetismo del pensamiento humano encaja con la matriz formada en la estructura molecular del cuarzo y eso permite su programación por el propio pensamiento. En los antiguos textos vedas de la India se afirma que el cristal de cuarzo puede amplificar los pensamientos hasta 15.000 veces.

“Los cuencos de cuarzo, entonces, contienen un poder que va mucho más allá de la mera musicalidad y que requiere tanto de nuestra apertura consciente para ser percibido como de la correcta disposición e intención para ser utilizado. De hecho, producen una onda sinusoidal pura y crean un sonido multidireccional que se expande hasta un kilómetro de distancia y puede durar varios minutos antes de extinguirse. Ese sonido envuelve el cuerpo como una ola proporcionando una experiencia similar a un masaje enormemente sutil o a una profunda y serena meditación”, explica Claudio Nadal, que practica este tipo de curación en Tilcara, Jujuy.

“Por medio del sonido se pueden cambiar los ritmos de nuestras ondas cerebrales así como el latido de nuestro corazón y de nuestra respiración. A esto se le conoce como “resonancia forzada” e implica “la capacidad de las vibraciones más potentes de un objeto para cambiar las menos potentes de otro y hacer que sincronicen sus ritmos con los del primer objeto”. La medición de las ondas electromagnéticas del cerebro muestra que hay unas longitudes de onda claramente reconocibles, cada una conectada a un estado de conciencia diferente. Los cuencos de cuarzo emiten e inducen un modelo de onda alfa que es el que emite el cerebro en los estados meditativos y de profunda calma.

“El sonido de los cuencos, afecta de manera global al individuo. Primero equilibra su cuerpo energético y los chakras y limpia el campo áurico. Además, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de resonancia y se extiende a través del sistema nervioso a nuestras células, tejidos y órganos. Esa es la razón de que la vibración producida por los cuencos tenga la capacidad de disolver bloqueos en el cuerpo físico y sutil, así como de que se utilice en casos de contracturas musculares, roturas y otros problemas óseos”, diceClaudio Nadal.

 

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