Dos mujeres fueron víctimas de violentos ataques por parte de ladrones que se llevaron importantes sumas de dinero. Con triquiñuelas, en un caso, y con amenazas, en otro, ingresaron en las viviendas de las víctimas, las agredieron y les robaron.
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Dos mujeres fueron víctimas de violentos ataques por parte de ladrones que se llevaron importantes sumas de dinero. Con triquiñuelas, en un caso, y con amenazas, en otro, ingresaron en las viviendas de las víctimas, las agredieron y les robaron.
El primer caso tuvo lugar en una casa ubicada en el barrio Vélez Sarsfield, propiedad de Estela T, de 74 años, el lunes a las 10.20. “Yo estaba sentada en el comedor, contando plata porque tenía que ir al banco hacer un depósito. Ya había separado $40.000 en billetes de $100 y $50 y quedaba más dinero sobre la mesa. En ese instante tocaron las manos afuera. Escuché que alguien me llamó por mi nombre. Abrí la puerta y vi a un hombre que empezó a agarrarse las manos. Parecía desesperado. Yo le pregunté cómo sabía que me llamo Estela y me respondió: “La señora de allá, su vecina, me dijo que usted se llama Estela. Por favor, necesito agua, dejeme pasar que me siento mal'. Era como que quería llorar”, relató la mujer. “Abrí la puerta de reja y lo hice pasar. Se sentó sobre una piedra que hay en el jardín y me contó que tenía su hija en la terminal y que la había dejando haciendo diligencias. Parecía descompuesto. Yo le dije que se quedara sentado y entré a buscarle un vaso con agua. Cuando salí, me pegó un empujón y entró a la casa. Yo quedé acorralada cerca de la puerta. Él vió la plata sobre la mesa y después me pegó una trompada. Me quebró el dedo meñique de la mano derecha. También me dio una cachetada, me tapó la boca y me pateó. Caí a lo largo, sobre el pasillo. Cuando me quise enderezar, el ya no estaba. Se había llevado toda la plata”, contó la víctima. El dinero correspondía a su trabajo como vendedora de productos cosméticos, bingos y el cobro de un seguro. Se sospecha que el delincuente actuó con un cómplice. “Cuando salí, vi un auto gris estacionado al frente y un hombre al costado del árbol de la vereda, pero no le di importancia”, aseguró la mujer.
“Llamé al 911 y no venían. La Policía llegó a las 11.40, a pesar de que la subcomisaría está a pocas cuadras. Vinieron muchos policías pero yo no obtuve ninguna solución. Incluso me trajeron una foto de alguien que no era. Estoy mal de salud, me siento destrozada, no se que hacer, ni a quien recurrir”, dijo la damnificada, quien radicó la denuncia. El delincuente es de tez blanca, estatura mediana, cabello castaño y vestía jean, una campera marrrón y una gorra, aseguró.
Asalto con cuchillo
Un asalto parecido sufrió el mismo día, a las 11.20. Carolina S. de sesenta años, en barrio Limache. “Yo estaba lavando cuando tocaron la puerta. Abrí y un joven pidió 10 pesos y, cuando le contesté que no tenía, pechó la puerta, me agarró del cabello y me mostró un cuchillo con mango de madera. "Dame toda la plata que tengas', me dijo. Yo saqué 400 pesos, pero no conforme con eso me amenazó: "No, vos tenés mas, damela porque yo estoy acostumbrado a hacerle esto a las viejas' así que saque uno por uno todos los cajones, hasta que de uno de ellos cayó un paquete con $10.000. Era la recaudación de mi hijo que es comerciante”, manifestó Carolina S.