El juego “el solitario” tiene, entre otras particularidades el poder controlar que se pueda mover o no una carta, es decir si es una movida valida lo permite y sino, no se puede hacer. En otras palabras no se puede hacer trampa, que en definitiva es lo más interesante del juego. En este caso el gobierno, realiza “travesuras” en su propio beneficio. Por un lado habla de desendeudamiento, pero por el otro endeuda a organismos que forman parte del propio Estado.
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El juego “el solitario” tiene, entre otras particularidades el poder controlar que se pueda mover o no una carta, es decir si es una movida valida lo permite y sino, no se puede hacer. En otras palabras no se puede hacer trampa, que en definitiva es lo más interesante del juego. En este caso el gobierno, realiza “travesuras” en su propio beneficio. Por un lado habla de desendeudamiento, pero por el otro endeuda a organismos que forman parte del propio Estado.
La colocación de deuda a través de empresas del Estado, ya sea con letras del Tesoro u operaciones de préstamo, es una práctica habitual por lo menos en los últimos siete años, a raíz de las dificultades que tiene el Gobierno para acceder al mercado de capitales a tasas de interés razonables.
Desde hace tiempo, Argentina no puede acceder al mercado del crédito, a tasas que hoy pagan Uruguay, Chile o Perú y se ve obligado a repetir la práctica. Estas operaciones tienen otras ventajas, porque permiten el ingreso de “fondos frescos” al Tesoro en una época de “vacas flacas”.
Recordemos que ayer dispuso el envío de US$ 2.500 millones para hacer frente a todos los vencimientos de títulos y deuda pública. Este movimiento financiero provocará que los niveles de reservas se ubiquen por debajo de los US$ 35.000 millones, una cifra mucho menor a la que tenía la entidad a comienzos de este año.