Como un alumno atento y aplicado, Gimnasia y Tiro aprobó su primer examen de la temporada. Y lo hizo con cierto criterio futbolístico -pese a las durezas y grietas lógicas del inicio de una competencia- y con actuaciones individuales que dejaron tranquilo al DT Víctor Riggio, al menos en su primer escollo. El albo venció con lo justo a Tiro Federal de Rosario por 2 a1 en el debut, con goles de Matías Guglielmi y de Leandro Zárate, en tanto que Rodrigo López -en contra de su propia valla- marcó el descuento que le agregó un tinte de suspenso al pleito.
El albo se puso el mameluco de obrero para empezar a trabajar el partido con las dificultades que el mismo le planteaba, como la lesión de Sergio Plaza. Además, pese a no contar con un volante de marca genuino, Matías Ceballos retrocedió para encargarse del trabajo sucio y cediéndole la posta a Franco Ascencio en la gestación. Este, cada vez que se asoció a Francisco Vazzoler y a Matías Guglielmi empezaba a encender las luces de un albo práctico que golpeó primero: a los 11’, tras un cambio de frente de Vazzoler, el pibe Guglielmi eludió al arquero con su gambeta, guapeó ante dos defensores y definió de manera soberbia para poner en ventaja a Gimnasia en el debut.
El albo hacía pie y ganaba sin sobresaltos frente a un rival con limitaciones y que se replegaba más de la cuenta; allí crecía la figura de Guglielmi. Sin embargo, desperdició situaciones como para aumentar. Pero al inicio del complemento Pérez vio la roja y tras cartón llegó el segundo grito: centro quirúrgico de Guglielmi y cabezazo perfecto de Zárate para poner el 2 a 0 que en teoría debía ser tranquilizador. Pero Tiro con el correr de los minutos comenzaba a animarse y ganó en vértigo con los ingresos de los colombianos Gómez y Jonhy Angulo. A todo esto, los imponderables no dejaban de condicionar al albo, que seguía siendo el administrador del juego aunque empezaban a cascotearle el rancho. Y mientras al mal de Plaza se le sumaba la lesión de Suso (jugó en una pierna y como centrodelantero los últimos minutos), llegaba el gol de Rodrigo López -en contra- tras una muy buena jugada del punzante moreno Angulo. El suspenso ganó en los minutos finales y el albo, con un hombre más casi todo el segundo tiempo, terminó sufriendo innecesariamente, sin “manchar” el valor de una victoria buena para empezar, desde todo punto de vista.
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Como un alumno atento y aplicado, Gimnasia y Tiro aprobó su primer examen de la temporada. Y lo hizo con cierto criterio futbolístico -pese a las durezas y grietas lógicas del inicio de una competencia- y con actuaciones individuales que dejaron tranquilo al DT Víctor Riggio, al menos en su primer escollo. El albo venció con lo justo a Tiro Federal de Rosario por 2 a1 en el debut, con goles de Matías Guglielmi y de Leandro Zárate, en tanto que Rodrigo López -en contra de su propia valla- marcó el descuento que le agregó un tinte de suspenso al pleito.
El albo se puso el mameluco de obrero para empezar a trabajar el partido con las dificultades que el mismo le planteaba, como la lesión de Sergio Plaza. Además, pese a no contar con un volante de marca genuino, Matías Ceballos retrocedió para encargarse del trabajo sucio y cediéndole la posta a Franco Ascencio en la gestación. Este, cada vez que se asoció a Francisco Vazzoler y a Matías Guglielmi empezaba a encender las luces de un albo práctico que golpeó primero: a los 11’, tras un cambio de frente de Vazzoler, el pibe Guglielmi eludió al arquero con su gambeta, guapeó ante dos defensores y definió de manera soberbia para poner en ventaja a Gimnasia en el debut.
El albo hacía pie y ganaba sin sobresaltos frente a un rival con limitaciones y que se replegaba más de la cuenta; allí crecía la figura de Guglielmi. Sin embargo, desperdició situaciones como para aumentar. Pero al inicio del complemento Pérez vio la roja y tras cartón llegó el segundo grito: centro quirúrgico de Guglielmi y cabezazo perfecto de Zárate para poner el 2 a 0 que en teoría debía ser tranquilizador. Pero Tiro con el correr de los minutos comenzaba a animarse y ganó en vértigo con los ingresos de los colombianos Gómez y Jonhy Angulo. A todo esto, los imponderables no dejaban de condicionar al albo, que seguía siendo el administrador del juego aunque empezaban a cascotearle el rancho. Y mientras al mal de Plaza se le sumaba la lesión de Suso (jugó en una pierna y como centrodelantero los últimos minutos), llegaba el gol de Rodrigo López -en contra- tras una muy buena jugada del punzante moreno Angulo. El suspenso ganó en los minutos finales y el albo, con un hombre más casi todo el segundo tiempo, terminó sufriendo innecesariamente, sin “manchar” el valor de una victoria buena para empezar, desde todo punto de vista.