Una frase reza: “El perro es el mejor amigo del hombre” y el caso de la niña salvada por una hembra manto negro lo confirma. Pero mientras todo fue alegría en Santa Fe, hace varios días la angustia se apoderó del Chaco salteño. Recientemente una pequeña fue atacada por un puma en la localidad de Santa Victoria Este. El animal estaba encadenado en el patio en el que acampaba una familia durante el festival del Trichaco.
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Una frase reza: “El perro es el mejor amigo del hombre” y el caso de la niña salvada por una hembra manto negro lo confirma. Pero mientras todo fue alegría en Santa Fe, hace varios días la angustia se apoderó del Chaco salteño. Recientemente una pequeña fue atacada por un puma en la localidad de Santa Victoria Este. El animal estaba encadenado en el patio en el que acampaba una familia durante el festival del Trichaco.
Para reflexionar acerca de los animales domésticos, la fauna salvaje y otras cuestiones, El Tribuno consultó al reconocido médico veterinario Juan Enrique Romero: “Hay que ver el contexto de una localidad como Santa Victoria Este, donde lo silvestre y lo rural se mezclan con lo urbano y donde la evolución de ciertas costumbres o paradigmas éticos de la sociedad es mucho más lenta. No todas las sociedades evolucionan a la misma velocidad. Y esto de tener un animal silvestre como mascota en el patio, aun siendo altamente peligroso, como lo es el caso de un puma. Cien años atrás, en localidades en las cuales existe la ruralidad y la cercanía con lo silvestre, era mucho más común. Hoy en día nos parece una barbaridad y es cierto. También es una barbaridad la pelea de perros, que está prohibida pero que existe en la clandestinidad. Es una barbaridad la corrida de toros y en muchos países sigue existiendo.
Entonces, las evoluciones y las tradiciones son diferentes en las distintas comunidades. Esto, desde un punto de vista sociológico”, explicó el profesional. Y añadió: “Desde un punto de vista ético, actual, es una barbaridad tener un animal de esas características en el patio de tu casa, por más que haya sido criado a mamadera, por más que haya sido un acto de amor el hecho de salvarlo, sospecho, de una muerte segura. Es una barbaridad porque en la constitución de cualquier mamífero existe algo que se llama “cerebro primitivo” o “cerebro reptil” que, en el caso del ser humano, es lo que nos hace reaccionar, a lo mejor, violentamente cuando estando el semáforo para nosotros, se cruza una persona y casi la atropellamos. También cuando alguien nos roza el auto. Bajamos y lo queremos matar por un segundo. Luego, bajamos a la tierra y empieza a dominar nuestra corteza”.
El conductor de “Como perros y gatos”, por Radio 10, aclaró: “Ese cerebro reptil es el que, en el caso del puma, reacciona con una nena, que se transforma en una presa, probablemente porque haya corrido delante de él. El animal es el menos responsable de esa situación, porque el puma no es un animal de atacar sino de huir frente al ser humano y de hacer ataques nocturnos a piezas pequeñas. Esto es lo que determina de alguna manera, el ataque”.
¿El animal silvestre obedece a ese cerebro reptil entonces?
Exacto. Mi planteo es que no se deben tener animales silvestres de ningún tipo como animal de compañía. Los animales silvestres, sin dueño y en su ámbito natural. Los animales domésticos, con dueño responsable. Los animales domésticos aceptados son los perros y los gatos, eventualmente canarios o pececitos. El resto de los animales pasan a ser esnobismo o conductas tradicionales que deberían ser desterradas porque si no aparecen este tipo de incidentes. No lo llamo accidente porque los accidentes son inevitables. Y este es un incidente absolutamente evitable.
La moraleja de todo esto es: solamente animales domésticos como compañía, bajo la tenencia responsable del ser humano que, valga la redundancia, es el responsable de todo lo que el animal reciba y haga durante los 15 o 10 años de su vida, en el caso del perro o del gato.
La adopción de estos animales debe ser con absoluta conciencia de que nosotros debemos satisfacer todas las necesidades de los animales y no brindar incordios o problemas a terceros, a otros seres humanos o a otros animales. Uno se convierte en tutor del animal durante toda su vida. El abandono es la peor forma de maltrato.
Doctor, usted varias veces se manifestó en contra de la eutanasia como método de control poblacional y habló de la importancia de la adopción responsable ¿Cuál es su postura respecto de los circos que utilizan animales en sus espectáculos?
He luchado toda mi vida contra los circos con animales. Hace veinticinco años en la Argentina había doscientos circos con animales. Gracias a las legislaciones que hemos propulsado, no solo yo sino muchísima gente, hoy en día no existen más de cuatro o cinco. El punto es que hay que concientizar a la gente. Por eso son importantes los medios de difusión. Si queremos erradicar la prostitución, no solo hay que combatir que esta exista, sino concientizar para que no haya clientes. Si queremos erradicar los circos con animales, debemos concientizar a los chicos desde la escuela de que un animal silvestre en un circo pasa toda su vida arriba de un carromato, duerme sobre su materia fecal y sobre su orina y el único momento de expansión que tiene sucede cuando tiene que saltar un aro de fuego, a lo cual le tiene un rechazo absoluto por su instinto de conservación. Pero en ese momento, por lo menos, puede estirar sus músculos y expandirse. No sirve que el dueño de un circo diga que le da afecto y comida, porque en realidad el tigre y el león deben estar en su ambiente natural.
¿Y qué opina sobre los oceanarios y zoológicos?
Los zoológicos son el acné a los cincuenta, es decir, están fuera de época. Y solo deberían persistir aquellos zoológicos de investigación en conservación. Y aún así, son anacrónicos. Lamentablemente en muchísimos lugares existen zoológicos con mero fin exhibitorio, que no tiene ningún sentido y no tienen el respaldo de la investigación o de retornar a la naturaleza el bagaje genético que ellos mismos le han quitado en épocas pretéritas.
Los oceanarios son una verdadera afrenta a la biología de los animales. Lamento que en la Argentina todavía existan maestras o directoras que, para enseñar lo que es la vida, lleven a sus chicos a oceanarios donde una orca hace monerías sola en una pileta de natación, cuando las orcas viven en conjuntos de ocho a quince animales, necesitan un área de 15 kilómetros cuadrados. Y pocos observan que las orcas que están en cautiverio tienen la aleta dorsal doblada, lo cual es un signo absoluto de enfermedad. En cautiverio, viven el 40 por ciento del tiempo que vivirían si estuvieran en libertad. Enseñar qué es la vida llevando a los chicos a un oceanario es una barbaridad. Del mismo modo que sería una barbaridad enseñarle a un chico qué es el amor llevándolo a un prostíbulo. Me parece que es absolutamente inmoral llevar a un chico a un oceanario. Es un mensaje absolutamente falso: los animales no se divierten, los animales no se lavan los dientes, no juegan ni nada por el estilo. Lo hacen simplemente en una esclavitud por comida.
¿Existe en la Argentina un esquema legal sobre el maltrato animal?
Desde 1954 la normativa argentina tiene un instrumento que es la ley 14.346 que integra el Código Penal Argentino y que está referido estrictamente a esta temática. El maltrato animal, según esa norma, es un delito y debe ser denunciado ante un fiscal o ante la Policía.
el perfil
Juan Enrique Romeroes doctor en Ciencias Veterinarias (Mat. Nac. 3010 MPBA 2132), profesor adjunto regular de la Cátedra de Clínica Médica y Quirúrgica de Animales Pequeños de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa desde 1983. Los sábados, de 15 a 18, conduce “Como perros y gatos” por Radio 10, AM 710. Además, colabora con variados programas de televisión y medios gráficos.