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Posta: la onda es deslizarse

Domingo, 01 de septiembre de 2013 02:25

En infancias un poco más lejanas les decíamos “patinetas” y pertenecían -como la palabra lo indica- a la familia del patín y del monopatín. No había tanta variedad y eran menos versátiles a la hora de intentar “trucos”, pero cumplían con creces su rol de llevarnos cuesta abajo en la rodada, regalándonos una leve sensación de vuelo. Hoy les dicen “skate” y son tablas más sofisticadas que aquellas viejas patinetas que “alguna vez nos trajeron los Reyes”. Y son motivo, además, de ruidosas tertulias de niños y adolescentes en plazas y calles de la ciudad.

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En infancias un poco más lejanas les decíamos “patinetas” y pertenecían -como la palabra lo indica- a la familia del patín y del monopatín. No había tanta variedad y eran menos versátiles a la hora de intentar “trucos”, pero cumplían con creces su rol de llevarnos cuesta abajo en la rodada, regalándonos una leve sensación de vuelo. Hoy les dicen “skate” y son tablas más sofisticadas que aquellas viejas patinetas que “alguna vez nos trajeron los Reyes”. Y son motivo, además, de ruidosas tertulias de niños y adolescentes en plazas y calles de la ciudad.

Ejemplo: barrio San Carlos de la capital salteña. Domingo al mediodía (la escena podría haberse capturado también ese mismo día a la siesta; un día de semana a media tarde, o un sábado en horario indistinto... Es decir, en cualquier momento). Enjambre de niños con tablas de skate haciendo piruetas sobre una baranda improvisada.

Santiago (12): “Yo ando hace 3 años. Nos juntamos acá para practicar. Antes jugábamos al fútbol. Ahora es el skate el que nos reúne”.
Facundo (12): “Se puso de moda”, agrega un muchachito de carita redonda, pero varios no están de acuerdo y lo corrigen.

Santiago: “No es una moda. Es un deporte que nos atrae. El skate no tiene edad. Sabemos que podemos progresar en él y que podemos seguir practicándolo por muchos años”.

Efectivamente. En el grupo de chicos que se pasan las tardes y las mañanas a pura patada, disfrutando su surfing asfáltico, hay gurrumines de 9 años y “capos” de 17. La pasión por la tabla los iguala, lo mismo que el afán por mejorar.

Santiago: “Siempre esperamos sacar nuevos trucos. Aprendemos de otros chicos, mirando tele o en concursos. Observamos y tratamos de imitarlos. Las tablas se arruinan con el andar. Si tenés experiencia y sabés muchos trucos, te dura muy poco”.

Entre los trucos están el ollie -que es la prueba más elemental-, el nollie, el flip o kickflip, el heelflip, el 360 flip y el hard flip. Básicamente, todos consisten en domar el skate al punto de hacerlo girar, saltar, deslizarse sobre caños o levantar vuelo, “pegado” a la planta de los pies.

Pablo (12): “A nosotros nos hizo la baranda el papá de un amigo. Compramos los hierros y él los soldó. Para que la tabla se deslice mejor le frotamos vela o jabón. Son trucos para usar mejor la baranda o el cajón”.
Los “skaters” del barrio San Carlos eligieron la plaza como punto de reunión porque no tienen dónde más andar.

La escena, claro, se repite en diferentes puntos de la capital salteña y del interior provincial. En todos lados hay chicos -y no tanto- saltando con sus tablas los cordones de las veredas, escaleras y los bancos de algunos espacios verdes. Aunque no hay olas, las calles son suyas.
En la ciudad de Salta hay una sola pista profesional: la que se construyó en el 2007 junto al estadio Delmi. Y hay una más en Tartagal.

Pablo: “A la pista del Delmi fuimos pocas veces porque nos queda muy lejos. Además, nuestros papás dicen que es peligroso porque la otra vez fuimos y se agarraron a pelear los hinchas de Central Norte y de Juventud, y apedrearon el colectivo donde íbamos. ¡Nos asustamos!”.
Santiago: “Por eso hace mucho que pedimos una pista en la zona sur o en un punto estratégico que nos quede cerca a todos”.

Son todos aprendices. Pero -como le corrigieron a coro a Facundo- para ellos la cosa no es una moda: va en serio. Saben que el skate ya no es un deporte marginal. Ahora los que brillan sobre la tabla tienen estatus de estrellas, contratos internacionales y son tapa de revistas. Además, como en todo deporte, hay que tener en cuenta ciertos detalles que optimizan el desempeño. Ante todo, lo más importante es la comodidad: zapatillas seguras y ropa holgada.
El Tribuno: “¿Y el chulo?”.
Santiago: “Ah, esa sí es una moda que impusimos nosotros. Empezamos a usarlo por el frío en las orejas. Ahora nos copa, como la gorrita”.

La pista en la zona sur
podría ser realidad en 2014

Cerca de 500 chicos concurren por semana a la pista de skate del Delmi. Varones y mujeres amantes de este deporte aprovechan hasta el último centímetro de esas instalaciones. Pero la demanda ha crecido tanto que este único circuito de skateboarding ya quedó chico. Sobre el pedido de una pista en la zona sur, desde la Secretaría de Deportes de la Provincia respondieron a El Tribuno que está proyectada para el presupuesto del año que viene. Y dos de las ubicaciones posibles podrían ser la zona de Valdivia o en inmediaciones del Híper Libertad.

Aclararon, no obstante, que existe un obstáculo que hasta ahora ha sido determinante a la hora de proyectar estos espacios deportivos: “Es necesario que el skate se institucionalice. En Salta hay una delegación de la Federación Argentina de Skate, pero no tiene personería jurídica. Para construir estas pistas necesitamos que haya responsables que contengan y acompañen a los deportistas. Los chicos necesitan tener representatividad y el Estado necesita saber a quién le entrega, simbólicamente, las llaves de estas pistas”, señaló Eduardo Chañe, director de Deportes de la Provincia.

En la pista de skate del Delmi ya se llevaron a cabo dos campeonatos nacionales. El 20 de septiembre, en este circuito y en la pista de Palpalá (Jujuy), se desarrollará la Batalla de Teams, que repartirá $20 mil en premios. Tartagal y Vespucio son otros dos puntos donde la práctica de este deporte es moneda corriente.

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