No nos referiremos a la hermosa canción del catalán Joan Manuel Serrat, ni a: “Toda planta pequeña cuyo tallo es tierno y perece después de dar la simiente en el mismo año, o a lo más al segundo, a diferencia de las matas, arbustos y árboles, que echan troncos o tallos duros y leñosos”, según la define el diccionario de la lengua española. Aludimos, sí, a lo que el mismo diccionario define como: “Cáñamo índico, cuyas hojas, fumadas como tabaco, producen trastornos físicos y mentales”.
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No nos referiremos a la hermosa canción del catalán Joan Manuel Serrat, ni a: “Toda planta pequeña cuyo tallo es tierno y perece después de dar la simiente en el mismo año, o a lo más al segundo, a diferencia de las matas, arbustos y árboles, que echan troncos o tallos duros y leñosos”, según la define el diccionario de la lengua española. Aludimos, sí, a lo que el mismo diccionario define como: “Cáñamo índico, cuyas hojas, fumadas como tabaco, producen trastornos físicos y mentales”.
Vaya a saber por qué, los académicos de la lengua han preferido la denominación “mariguana”, contra la más difundida de “marihuana”. Obviamente, han eludido tomar algunos de los más de 50 vocablos con los que es conocido este yuyito: Mari Jane, porro, yerba, la verde, canabis, grass, orégano, crippy, María, mota, marimba, cachiruza, pucho, burbujita, etc. Aclaro, por las dudas, que estos conocimientos los obtuve, no por experiencia propia, sino de lecturas en internet, donde también circulan los siguientes chistes:
* Dicen que la marihuana produce amnesia y otras cosas que ya ni me acuerdo.
* Yo no tengo problemas con drogas, los tengo cuando no hay.
* Deja la droga!!! Pero déjala en mi casa.
* Di no a la marihuana, queda poca y somos muchos.
Una variante concentrada de la marihuana es el hachis. Curiosamente, el término asesino, que hoy es una palabra común, procede del árabe hashshashín, que literalmente significa “consumidores de hachís”.
Recuerdo una anécdota, cuando hace 30 años viajaba en una cabina de un fantástico tren en Suiza. Al rato ingresan dos jóvenes alemanes que comienzan a armar un cigarrito, con una especie de plastilina achocolatada.
- Es hachís, me dice uno de ellos ¿Quiere probarlo?; le digo que no, que en mi país (en esa época) prácticamente no se consumían estupefacientes y que yo personalmente no conocía a ningún adicto a las drogas. Cómo no!!! Saltaron los dos al unísono, ¿y Maradona?...
Tampoco me creyeron cuando comencé a cebarme unos mates y les dije que tampoco eran alucinógenos.
La marihuana globalizada
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se trata de “la sustancia ilícita más utilizada en el mundo”. La regulación legal del consumo de cannabis varía dependiendo de los países, existiendo tanto detractores como defensores para su despenalización. Contra la creencia popular, Holanda no ha legalizado la venta y consumo de marihuana, que sigue siendo ilegal, salvo la que se consume en bares, cafeterías, pubs, etc. que pagan altos impuestos que son destinados para ayudar a colectivos de adictos a las drogas duras, como la heroína y cocaína las cuales, sí, son totalmente ilegales. Nadie podría imaginarlo, pero el único país donde la marihuana se puede cultivar, comercializar y consumir sin problemas es en Corea del Norte; simplemente porque la dictadura comunista no considera que esta plantita sea droga. De hecho, en este país fumar es una forma popular para los soldados y trabajadores manuales para relajarse después de un largo día (un “sake de maliuana”, dicen). En EEUU, solo los Estados de Colorado y Washington han plebiscitado su legalización, pero aún no se ha instrumentado.
Es por eso que, nuestro vecinos uruguayos estarían a punto de ser el primer país del mundo que legaliza la cannabis sativa en todo su territorio. Hace quince días, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto en tal sentido. Se espera que el Senado la sanciones definitivamente en noviembre. Se descarta su aprobación, ya que el Gobierno, que impulsó la iniciativa, tienen quórum y mayoría en la Cámara Alta.
Si bien en Argentina la tenencia de marihuana para consumo personal se encuentra tipificada como delito por la Ley Nacional N§ 23.737, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, máximo tribunal del país, hace pocos años ha considerado inconstitucional condenar “la tenencia de estupefacientes para uso personal que se realice en condiciones tales que no traigan aparejado un peligro concreto o un daño a derechos o bienes de terceros” (Caso Arriola, Sebastián, del 25 de julio de 2009).
Marihuana y trabajo
Marihuana y trabajo no son palabras que hagan buena yunta. Tomando como base información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se puede afirmar que: “Está comprobado que el consumo de marihuana por parte del trabajador provoca un aumento de los accidentes de trabajo, incrementa el ausentismo laboral, acrecienta los subsidios por enfermedad, disminuye notoriamente la productividad y genera problemas de disciplina en el trabajo”. Por razones de espacio, no podemos abordar el tema en profundidad; en la próxima nota nos ocuparemos profundamente de las relaciones laborales y las adicciones.
Es cierto que vivimos en una sociedad hedonista, que privilegia el placer personal, postergando la mejor conducta posible para vivir en sociedad. Sin duda, los acérrimos defensores de la legalización de esta droga argumentan su libertad inalienable a procurarse todos los goces posibles. Es una verdad irrefutable que la gente busca vías de escape a una realidad que a veces la desborda, a costa del daño colectivo. Al preparar esta nota encontré, casualmente, en el diario La Nación información sobre la realización de la 11ª Conferencia Nacional sobre Política de Drogas, llevada a cabo en el Congreso Nacional, durante el viernes y el sábado. No me llamó la atención que, aun tratándose de un diario “serio”, con lectores “serios”, no fuera esta la nota más leída. Pensé que la atención había sido acaparada por la inminente guerra que desatará EEUU en Siria. Me equivoqué: las notas más leídas eran: “Suspensión y escándalo en la pelea de la Mole Moli, que perdió el título argentino” y “La infartante producción de fotos de la novia de Cristiano Ronaldo”. La culpa la tiene Tinelli, que este año no emitió su popular ciclo. No hay escape. Pero siempre es preferible que la gente lea o vea eso, a que consuma droga.