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Atravesando valles y montañas, se acercan los peregrinos del interior

Martes, 10 de septiembre de 2013 02:05

Solo la fe puede hacer atravesar pasos de montaña a más de 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar. O caminar casi 600 kilómetros para llegar al destino final cantando, bailando y orando.

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Solo la fe puede hacer atravesar pasos de montaña a más de 5 mil metros de altura sobre el nivel del mar. O caminar casi 600 kilómetros para llegar al destino final cantando, bailando y orando.

Así es como los fieles peregrinos de Santa Victoria Oeste recorren su largo camino que durará 12 días para llegar a Salta y rendir su tributo y agradecimiento al Señor y a la Virgen del Milagro.

Cualquier desprevenido puede llegar a pensar que el recorrido es un martirio; pero para quienes lo realizan esto no es así.

590 kilómetros

El Tribuno recorrió un tramo y vivió la alegría de la fe, pues ellos deben recorrer 590 kilómetros, convirtiéndola en la peregrinación más larga del Milagro.

Llevan en sus hombros imágenes; entre ellas se destacan dos: una del Señor del Milagro y otra de la Virgen de Santa Victoria, la cual es prestada por el curita Miguel García, de la parroquia local.

Son al menos unas 50 personas las que salieron el primero de septiembre desde Santa Victoria rumbo a la ruta nacional 9, en la provincia de Jujuy. Luego tomaron rumbo sur y comenzaron a desandar la quebrada de Humahuaca.

El jueves 12 planean llegar a La Caldera y retomar fuerzas para entrar a Salta cantándole a sus santos patronos.

Solidaridad

Sucede también un fenómeno social muy poco destacado; son los devotos solidarios que asisten a los caminantes del Milagro.

A lo largo del periplo los peregrinos van repartiendo bendiciones al lugareño y recibiendo de ellos comidas, bebidas y afectos.

El domingo, esta caravana de la fe pasó por Tilcara y se concretó un pacto implícito que ya se viene dando desde hace 8 años.

Allí, en su casita de Villa Las Rosas, doña Sila Vera y su esposo Presentación Aramayo recibieron una vez más a los victoreños con un manjar típico de la Puna.

Picante de panza, sopa de maíz y anchi fue el menú reparador y cargado de energía que les ofrecieron este año.

Se debe reconocer que recibieron la ayuda de Elsa Moya de Pérez, de un “chasqui” de los mandados y de seis adolescentes que ya comienzan a experimentar los inexplicables caminos de la fe.

Si bien salieron 50 personas desde Santa Victoria, a lo largo del extenso recorrido se le fueron agregando caminantes devotos. A todos ellos se los asistió.

Presentación es un hombre de mirada noble y clara, como la de cualquiera que vivió toda su vida entre los cerros.

Explicó cómo se metió en esto de tener tantos comensales es su pequeña casa recostada sobre el acceso norte de Tilcara.

“Antes había dos casas que dábamos de comer. Como la otra ya no pudo más todos comenzaron a venir acá. Antes los peregrinos eran pocos, pero ahora es impresionante la cantidad que vienen. Hoy dimos de comer a 70 personas y todos los años sigue aumentando. Solo el Milagro hará que sigamos realizando nuestra tarea”, dijo el tilcareño con una sonrisa plena en su rostro.

En su patio entraron todos. Doña Sila los recibió con un agradecimiento y una oración. Descansaron las imágenes y el sentimiento de fraternidad fue tan acogedor que amortiguó el dolor producido por la caminata y el sol.

Comieron, bebieron y continuaron los peregrinos victoreños rumbo a Maimará, a pasar la noche. Luego vendría León, Yala y así, por la cornisa, hasta La Caldera.

La organización es cuestión de mujeres


Trinidad María Angelo es la encargada, como toda mujer, de la logística del peregrinaje.Para este año consiguió que el intendente Cástulo Yanque le preste el camión municipal con gasoil. En él llevan los alimentos, los abrigos y bolsas de dormir que le donaron un grupo de santafesinos solidarios. Los acompaña además una ambulancia del hospital local. “Las mujeres nos ponemos a preparar los alimentos mucho tiempo antes. Ahora el intendente se portó con el camión así que nos facilita mucho las cosas. Pero lo demás es todo muy difícil. Si no fuera por la gente que sale a la ruta no podríamos llegar nunca”, dijo Trinidad. Luego contó que ellos salen el 1 de setiembre luego del mediodía y que, recorriendo 40 kilómetros diarios, tras doce días, llegan a la Capital salteña. Adelantó que jueves llegarán a La Caldera a las 20 aproximadamente. En medio de este largo camino y con tanto que pensar y hacer sólo dos cosas piden, estos peregrinos, a la solidaridad de la gente: en primer lugar, los victoreños quieren entrar a Salta con mucha alegría. Advirtieron que tienen muy buenos guitarreros por lo que solicitan a alguna persona, que tenga un equipo de sonido móvil, y que quiera acompañarlos será muy bienvenido.
En segundo lugar, confesaron que tienen muy pocos recursos para volver a sus pagos en transporte público. Para regresar en colectivo hasta La Quiaca y luego en camioneta hasta Santa Victoria cuesta unos 270 pesos. Muchas veces vuelven a dedo o hacen “vaquitas” para que solo regresen los más viejos por lo que piden que le faciliten algún transporte.
Mientras, se organiza el regreso, el camino de partida ya está iniciado. La muestra de fe se da paso por paso por el camino.
Para comunicarse con ellos se puede llamar a Trinidad al 156837188 por cualquier consulta, pregunta o donación.

 

David, con el corazón grande


Hace un año exactamente el sanguchero Jorge David entraba al quirófano de la Fundación Favaloro para una intervención en su corazón.
El domingo pasado ya andaba de un lado a otro en la Puna hidratando y alimentando a los peregrinos.
Si bien este año será la decimotercera edición de la Noche del Peregrino, donde brinda 1.200 cenas, el hombre ya salió a la ruta y comenzó a buscar a los fieles del Milagro.
Y los caminantes ya lo conocen, no por el diario, no por la tele; sino porque David aparece cuando más se lo necesita.
Con el baúl de su auto cargado de bandejas con comida y bebidas el hombre desanda la ruta nacional 9, esperando a los victoreños, y en la nacional 34, asistiendo a los que vienen desde Orán.
Lo sigue su esposa, Estela Figueroa de David, de quien muy pocos medios hablan, pero que en realidad es la gran cómplice del sanguchero que sale a andar la ruta a pesar de lo que le diga su cardiólogo.
El matrimonio David también estuvo presente en la casa de Sila y Presentación compartiendo el almuerzo, las experiencias y los recuerdos.
 

 

 

 

 

 

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