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Beatificación del cura Brochero: la carta del papa Francisco

Domingo, 15 de septiembre de 2013 00:23

El papa Francisco elogió la personalidad y sencillez del sacerdote argentino José Gabriel Brochero con motivo de su beatificación, en una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo.
“Que finalmente el Cura Brochero esté entre los beatos es una alegría y una bendición muy grande para los argentinos y devotos deeste pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente, que hizo y continúa haciendo tanto bien como caricia de Dios a nuestro pueblo sufrido”, afirmó el Papa en el texto dado a conocer por el Vaticano.

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El papa Francisco elogió la personalidad y sencillez del sacerdote argentino José Gabriel Brochero con motivo de su beatificación, en una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo.
“Que finalmente el Cura Brochero esté entre los beatos es una alegría y una bendición muy grande para los argentinos y devotos deeste pastor con olor a oveja, que se hizo pobre entre los pobres, que luchó siempre por estar bien cerca de Dios y de la gente, que hizo y continúa haciendo tanto bien como caricia de Dios a nuestro pueblo sufrido”, afirmó el Papa en el texto dado a conocer por el Vaticano.

“Conoció todos los rincones de su parroquia. No se quedó en la sacristía a peinar ovejas. El Cura Brochero era una visita del mismo Jesús a cada familia”, añadió la misiva, distribuida a los 200 mil fieles que se congregaron en Córdoba para asistir al acto de beatificación.

En su carta, el Papa, subrayó el papel que Brochero daba a la oración y los sacrificios que hacía para recorrer las distancias y llegar a todos los miembros de su parroquia.
La misericordia y valentía de su corazón lo movieron “a conquistar también para Dios a personas de mala vida y paisanos difíciles. Se cuentan por miles los hombres y mujeres que, con el trabajo sacerdotal de Brochero, dejaron el vicio y las peleas”, añadió Francisco.

Además, el Papa, que desde que fue nombrado al frente de la Iglesia ha subrayado la necesidad de una mayor cercanía de los sacerdotes a la gente y el voto de pobreza, afirmó que el Cura Brochero “no se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe. Esto es lo que Jesús quiere hoy”.

Incluso ciego y leproso, el Cura Brochero continuaba rezando y celebrando misa, destacó el pontífice, al tiempo que elogió su capacidad para salir del egoísmo y evitar “esas fuerzas interiores de las que el demonio se vale para encadenarnos a la comodidad, a buscar pasarla bien en el momento, a sacarle el cuerpo al trabajo”.
 

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