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Luly López Arias: “Ser diabético o celíaco es una condición de vida. Es como ser petiso o alto”

Lunes, 16 de septiembre de 2013 01:48

Su cocina es como la de cualquier casa: mediana, con muy buena luz y una heladera de tamaño familiar. Sin tener la necesidad de grandes espacios, Luly muestra su arte en una gran mesa familiar que ocupa todo el living. En este lugar tan acogedor, esta chef especialista en comida saludable, recibió a El Tribuno.

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Su cocina es como la de cualquier casa: mediana, con muy buena luz y una heladera de tamaño familiar. Sin tener la necesidad de grandes espacios, Luly muestra su arte en una gran mesa familiar que ocupa todo el living. En este lugar tan acogedor, esta chef especialista en comida saludable, recibió a El Tribuno.

Luly López Arias comenzó con su trabajo en la cocina luego de terminar con su tarea de mamá . “Aunque ese trabajo no termina nunca, es más fácil cuando los hijos ya son grandes”, aseguró. Experta en cocina para diabéticos y celíacos, sabe como hacer lucir un plato además de saludable, delicioso.

¿Cuáles fueron sus primeros pasos en la cocina saludable?

Empecé estudiando, de grande, cuanto terminé con la tarea puntual con los hijos. Con mis hijos grandes comencé a estudiar cocina, comencé a dar clases y comenzaron las invitaciones a distintos seminarios. En ese período, ocurrió que familiares - no de sangre sino de los que te da vida- comenzaron con problemas de diabetes. Ahí empecé a ve que podía cocinarles. Y empecé a armar un cuaderno donde anotaba todas la recetas para ellos. Así en mi clases comencé a dar a conocer receta para los diabéticos. Que en realidad como comen los diabéticos es como deberíamos comer todos. Traté de concientizar a la gente para que coma mejor. Y empezaron a llamarme para dar cursos de cocina específicamente para diabéticos. Entonces consulté a médicos, a nutricionistas, y me especialicé en esto y así dar mis clases. Dando estas clases empezaron a surgir las preguntas sobre comidas para los celíacos. Para mi era un tema totalmente desconocido y era cada vez más recurrente. Así surge mi tarea en la comida saludable.

¿Usted cocina también para personas con otras patologías?

Yo preparó todo lo que sea la cocina, todas las indicaciones de lo que una persona con alguna enfermedad puede o no comer las realizar su nutricionista. Yo ya trabajo con las nutricionistas, que me dicen las calorías y algún otro dato más y sobre eso yo armo una dieta.

Cuando se piensa en una comida para un diabético o celíaco se cree que es un plato sin colores ni gustos. Hay que entrar con un plato por los ojos...

Tal cual. En un principio la persona que padece alguna de estas patologías no quiere comer nada y piensa que todo le hace mal. En mi cocina yo separo lo que es la comida para al diabético y lo que es la comida para el celíaco. Todo tiene que entrar por los ojos. Esto bizcochos que tenemos ahora para tomar el café, por ejemplo, un diabéticos los puede comer. Están hechos con aceite y no con grasas. El diabético tiene que sumar cantidad más calidad. Eso debe consumir. Ante esta panerita con bizcochos, si un diabético la desea come uno o dos, no se come toda la panerita. Ahí está la diferencia. Claro que debe cuidarse de las grasas, de la sal. Y esto no se tiene en cuenta, por que si bien a lo mejor no tiene problemas de presión, son patologías que se relacionan con al diabetes. Si se cuida el riñón mermando la sal también cuida su corazón.

¿Trabaja con niños?

Sí trabajo con chicos diabéticos junto a una organización de padres. Pandis (Papás de adolescentes y niños diabéticos) es un grupo que una vez al mes se reúne y habla de sus chicos. Yo asisto a esas reuniones y realizó algunas preparaciones. A fin de año se realiza un encuentro con todos los chicos de la provincia, vamos a pasar un día de campo donde disfrutamos de alguna comida. Con los chicos no es tan difícil sino con los padres. Es increíble todo lo que aprendemos de los chicos. La barrera la tienen los grandes. Los chicos aprenden que pueden, que pueden poco y que nada, lo aprenden. Por eso es muy bueno el termino que usan los celíacos: “condición de vida y no patología”. Porque ellos lo toman de esa manera. Si vos vivís el tema como una enfermedad, se vive con angustia. Pero siendo una condición de vida no . A uno le tocó ser alto, a otro petiso, celíaco o no.

¿Cómo hace con los golosinas?

Lo primero es la educación. Explicarles que es lo qué se puede, porqué no y porqué si. Los chicos asimilan todo. Hoy vienen muchas cosas que pueden comer. Además es importantísimo que aprenden a leer los ingredientes de cada cosa que coman.

¿Cómo se hace con los edulcorantes?

Se pueden usar con tranquilidad y sino también se puede recurrir al stevia que es totalmente natural.

En días viaja a Venezuela a un encuentro de gastronómicos...

El 1 de octubre viajo a Venezuela a representar a Argentina. Viajan representantes de cinco países: Brasil, Colombia, Paraguay, México y Argentina. La única que no tiene institución soy yo. El año pasado ya me invitaron al Primer Congreso Folklórico que se hizo en Corrientes. En este voy a mostrar la comida saludable pero con sabores argentinos. Llevó mis preparaciones y mis productos. Siempre trato de llevar nuestros productos. Viajo con Salta y sus productos. Llevó quinua, papines, algún vinito. Todo, por supuesto, sale de mi bolsillo. También estuve en Uruguay donde recibí una mención de reconocimiento por la presentación que hice y por lo bien parado que dejé no solo a Salta sino también al país.

¿Qué va a presentar en Venezuela?

Llevo nuestras comidas según la regiones geográficas y además incorporar todos estos productos en la comida saludable. Al final de mi clases como salteña voy a presentar las empanadas salteñas.

“No voy sola. Voy con Salta”

¿Con quién viaja?

Viajo con mi esposo, que es un compañero inseparable y que incluso me ayuda, a veces también, económicamente. Para este viaje a Venezuela, él ya me preparó un hornito que si bien no es de barro es útil para mostrar como se hacen las empanadas salteñas.

¿Tiene amigos de la cocina?

Esta profesión nos da la posibilidad de tener grandes y queridos amigos, lejos, muy a la distancia, pero que siempre están.

Es que la comida conecta, es el momento para compartir y relajarse

Sí y además rompe las barreras. Por ejemplo, en Facebook tengo un cocinero amigo que es de Turquía y habla y escribe pésimo el español, pero nos entendemos. Nos preguntamos cosas. La cocina es parte de la tradición del pueblo, es parte del turismo. Es por eso que cuando yo viajo no voy sola con mi gastronomía. Voy con Salta.

Recibe apoyo de alguna organización o institución del estado

No, para nada. Pese a eso en mis presentaciones me vas a ver con mi faja salteña. Cuando consigo folletería de Salta también la llevo. Tengo que aclarar que cuando nos invitan tanto el pasaje como la estadía para mi y mi esposo es totalmente paga. Lo único que hay que llevar son productos de nuestra región para mostrarlos. En algunas oportunidades hay casas privadas que me colaboran como los dulces de Ollita de Barro, o un amigo que me dona unos salames criollos y el hotel Del Vino que yo asesoro, me dona algunos vinos.

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