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­¡Felicidades, profesores!

Martes, 17 de septiembre de 2013 01:28

Hoy se conmemora el fallecimiento de un gran pensador, político, escritor, periodista y docente argentino, Dn. José Manuel Estrada. Descolló, además, como un eminente orador, representante del pensamiento católico. Esa posición lo llevó a polemizar con grandes personalidades de la época, como la de Dn. Leandro Alem, oponiéndose al laicismo, característico de la generación del 80. Fue un escritor prolífico que nos dejó las huellas de su pensamiento. Un primer premio en un concurso de historia lo incentivó para formarse, de manera autodidacta, en esta disciplina, en la que escribió principalmente artículos periodísticos, aunque también algunas obras.

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Hoy se conmemora el fallecimiento de un gran pensador, político, escritor, periodista y docente argentino, Dn. José Manuel Estrada. Descolló, además, como un eminente orador, representante del pensamiento católico. Esa posición lo llevó a polemizar con grandes personalidades de la época, como la de Dn. Leandro Alem, oponiéndose al laicismo, característico de la generación del 80. Fue un escritor prolífico que nos dejó las huellas de su pensamiento. Un primer premio en un concurso de historia lo incentivó para formarse, de manera autodidacta, en esta disciplina, en la que escribió principalmente artículos periodísticos, aunque también algunas obras.

En cuanto a su desempeño político, Sarmiento lo nombró Secretario de Relaciones Exteriores y jefe del Departamento General de Escuelas. También fue elegido, en dos oportunidades, como diputado nacional en la primera, y provincial por Buenos Aires, en la segunda. El último cargo que desempeñó fue el de Ministro Plenipotenciario en Paraguay, desde 1892, hasta 1894, año en que falleció en ese país. Había nacido en Buenos Aires en 1842.

En calidad de docente, se destacó como profesor de Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad de Buenos Aires. Asimismo, se desempeñó como rector del Colegio Nacional de Buenos Aires entre 1876 y 1888. Este desempeño docente tuvo peso para que se decidiera celebrar el Día del Profesor el día de su desaparición física, en homenaje a sus aportes a la educación argentina.

La palabra profesor/ra

El DRAE define ese sustantivo, que funciona en género masculino y femenino, como “Persona que ejerce o enseña una ciencia o arte”. Es el único sentido que le otorga el diccionario a este étimo que proviene del latín "proféssor, professoris'. El diccionario latino, por su parte, predica de él -en forma coincidente con el DRAE- lo siguiente: “profesor, maestro”. No es difícil colegir que este término está estrechamente emparentado con la enseñanza, la exposición de la verdad y la ampliación del horizonte cognoscitivo, a partir de la familia latina de palabras que están relacionadas con "profesor'. En efecto, esta voz tiene su origen en el verbo latino "prófero, proferre', cuyos significados son los que siguen: “llevar adelante, hacer mover de, sacar // dar, presentar // marchar, avanzar, llevar // llevar más allá, extender, ensanchar // dar a conocer, publicar // manifestar, revelar, descubrir // invocar, citar, mencionar // aparecer, presentarse, dejarse ver // pronunciar”.

Al analizar las distintas acepciones del diccionario latino, apreciamos que ellas tienen que ver con el “avance del conocimiento”, con el “sacar de una situación de oscuridad a otra de luz (a-lumno)” y con el “descubrimiento intelectual y el invento o avance de las ciencias”, como asimismo con la revelación que se desprende de esa acción de enseñanza que ejerce quien se desempeña en tal profesión. Tamaña tarea, entonces, que le compete a quien se ubica al frente de los alumnos para iluminarlos; pero que, de la misma manera, se pone a la par de ellos con el objeto de conquistarlos para el conocimiento y la ciencia, como asimismo para la buena convivencia y solidaridad comunitaria, con su buen humor y, a la vez, con la autoridad que le otorga ese acercamiento. Esta actitud lucha contra la desidia, el aburrimiento y estimula al que aprende para que abra su mente a la luz y a la actitud positiva en la vida.

Por otra parte, si comparamos el vocablo "profesor' con "maestro' (proveniente del latino "magíster': “maestro, preceptor”), notamos una pequeña diferencia, por lo menos en lo que compete a la etimología original. En latín "magíster ludi' era el que se dedicaba a enseñar a los niños, es decir, a la primera enseñanza que encaraba una persona distinta a la madre o el padre. En cambio, "profesor' es el que se dedica a aquellos que han superado esa etapa, encargado de guiarlos, de un modo paulatino y gradual, a los estados superiores del conocimiento. En síntesis, "maestro' es el que guía en los primeros pasos y "profesor', quien incentiva e interna al joven en el universo del conocimiento.

De ahí que se expliquen, en sus distintos significados, las locuciones pertenecientes a esa familia: "profesión', “empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que recibe una retribución”, lo que implica estar previamente preparado para ejercerla; "profesional', “quien ejerce una profesión”; "profesar', “ejercer una ciencia, un arte, un oficio, etc”; "profesionalidad', “cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación”; "profesionalizar', “dar carácter de profesión a una actividad” o “convertir a un aficionado en profesional”.

La misión del profesor

Mediante este minucioso comentario etimológico que, en distintas acepciones y palabras, resume la experiencia de siglos referente a quienes tienen la delicada tarea de formar el futuro de la humanidad- surge la importancia, como también la responsabilidad, asumida por aquellos que eligen la tarea docente como opción de vida. Sin afirmar que sea la más importante de todas, la imprescindible, la principal tarea del ser humano, no es posible soslayar su trascendencia puesto que tiene como fin marcar la senda del futuro a los jóvenes y niños del presente; formar a los futuros dirigentes de la sociedad, no únicamente en lo que concierne al conocimiento, sino sobre todo a la moral y al desempeño solidario que cabe a cada uno de ellos (dirigentes y dirigidos) en un mundo que se caracteriza por el egoísmo, el consumismo y la supravaloración de los bienes materiales.

A pesar de que suena como un lugar común la afirmación de que la felicidad, la seguridad y el bienestar del ser humano dependen de la educación, nunca encontraremos otro camino que nos conduzca a una sociedad más solidaria, equitativa y floreciente. Todo esto, por lo tanto, está en manos de nuestros educadores, profesores y maestros.

­Felicidades, en su día!

En mi larga carrera docente, dedicada a la enseñanza de la lengua y a la dirección de establecimientos educativos en el nivel medio, como asimismo a la cátedra universitaria en Salta y Jujuy, tuve la suerte de compartir momentos felices y difíciles con muchas personas que dedicaron su vida a esta sagrada profesión. A muchos de los que continúan en esta lucha tuve la suerte de colocar un granito de arena en su formación profesional. La paga más grata para un docente, que ha dedicado su vida a esta tarea, es ser saludado y recordado en la calle por exalumnos que guardan un recuerdo en su memoria. Muchos colegas, con seguridad, compartirán esta sensación. Por eso quiero terminar esta nota con un sentido homenaje a todos ellos, en quienes la Patria cifra su esperanza para el futuro.

Un especial saludo para los colegas de los: Colegio Batalla de Salta, Reyes Católicos, Bachillerato Scalabrini Ortiz, Amadeo Sirolli, del Huerto y Salesiano. Un abrazo para el profe Vernazza y colegas que trabajan en El Tribuno, como también para los de la UNSa. ­Feliz día para todos ellos!

 

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