Cuando aún repican las campanas de la Catedral en nuestro oídos y la imagen de los peregrinos está grabada en nuestros corazones, Sylvia Nieva nos saluda desde General Güemes, aunque su corazón está también en Campo Santo, su tierra natal, y nos cuenta que mañana se celebra “El Milagrito” en Campo Santo, fiesta en honor al Señor y la Virgen del Milagro y nos recalca: “Imagínese, la iglesia data del año 1782, ¡realmente una reliquia, es bellísima!”.
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Cuando aún repican las campanas de la Catedral en nuestro oídos y la imagen de los peregrinos está grabada en nuestros corazones, Sylvia Nieva nos saluda desde General Güemes, aunque su corazón está también en Campo Santo, su tierra natal, y nos cuenta que mañana se celebra “El Milagrito” en Campo Santo, fiesta en honor al Señor y la Virgen del Milagro y nos recalca: “Imagínese, la iglesia data del año 1782, ¡realmente una reliquia, es bellísima!”.
Ella recuerda que en su niñez con qué ansias esperaba la fiesta, ya que llegaban los feriantes con sus carpas, ahora, en cambio, con los bolishopings lo que traen las carpas ya no es novedad. Agrega que, a veces, llegaba hasta un parque de diversiones y nos exclama: “¡Sabe lo lindo que era ir a la novena, hacer la comunión, cuántas emociones y cuántos recuerdos hermosos! La plaza se llenaba de gente en el día de la fiesta, peregrinos de todos lados, aunque no lo crea, poblaban a mi querido Campo Santo. Y de paso cañazo, se vizcacheaba al chango que a una le gustaba, ja ja ja ja, ya estoy como usted, ja ja ja”. Y si, así es el Milagro y las fiestas patronales cuando se es chico y joven, a la par de la fe nos acompaña la presumidera, que en este caso se envalentona con la primavera que está golpeando la puerta.