La Sala Primera del Tribunal de Juicio condenó a Luis Alberto Ochoa a seis años y seis meses de prisión por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de una menor de 17 años. El tribunal ordenó que el imputado continúe alojado en la cárcel penitenciaria local.
Ochoa, cometió el abuso el 16 de julio de 2011, cuando alrededor de las 20, hizo ingresar por la fuerza a la menor en su domicilio de Villa Lavalle, apuntándola con una pistola. Una vez en el interior, la tomó de los cabellos y la condujo hasta una habitación ubicada al fondo del inmueble, al tiempo que la amenazaba diciéndole: “Quedate quieta, cállate, porque si no voy a matar a toda tu familia y a tu hermana”.
En la habitación, la forzó a mantener relaciones sexuales, ocasionándole lesiones debido a que la menor intentó resistirse. “Más vale que no contés nada –siguió intimidándola- porque si no te mato a vos y a tu familia. Vos tenés que salir conmigo”, le decía. Para lograr someterla, también la golpeó con el puño y con los pies.
Luego de permanecer tres horas encerrada en la vivienda, la joven huyó aprovechando un descuido de su captor. Regresó a su casa llorando y recién al día siguiente se animó a contarle a su abuela lo sucedido. La mujer fue quien radicó la denuncia.
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La Sala Primera del Tribunal de Juicio condenó a Luis Alberto Ochoa a seis años y seis meses de prisión por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de una menor de 17 años. El tribunal ordenó que el imputado continúe alojado en la cárcel penitenciaria local.
Ochoa, cometió el abuso el 16 de julio de 2011, cuando alrededor de las 20, hizo ingresar por la fuerza a la menor en su domicilio de Villa Lavalle, apuntándola con una pistola. Una vez en el interior, la tomó de los cabellos y la condujo hasta una habitación ubicada al fondo del inmueble, al tiempo que la amenazaba diciéndole: “Quedate quieta, cállate, porque si no voy a matar a toda tu familia y a tu hermana”.
En la habitación, la forzó a mantener relaciones sexuales, ocasionándole lesiones debido a que la menor intentó resistirse. “Más vale que no contés nada –siguió intimidándola- porque si no te mato a vos y a tu familia. Vos tenés que salir conmigo”, le decía. Para lograr someterla, también la golpeó con el puño y con los pies.
Luego de permanecer tres horas encerrada en la vivienda, la joven huyó aprovechando un descuido de su captor. Regresó a su casa llorando y recién al día siguiente se animó a contarle a su abuela lo sucedido. La mujer fue quien radicó la denuncia.