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Primavera a pleno, igual que las alergias

Miércoles, 25 de septiembre de 2013 01:49

 En esta temporada se produce el mágico despertar de la naturaleza, y nos moviliza a todos por igual; siendo famosa como, estación de los jardines floridos, del amor, y... de las alergias. De golpe todo fluye como en un torbellino, y el aire se llena de sustancias extrañas para nuestro sistema detector inmunológico, aparecen: polvo, polen, pelos, plumas, parásitos de animales, insectos, y otros tóxicos dentro del organismo y la misma polución ambiental de cada día.

Los síntomas más notables de la alergia son: picazón, urticaria, rinitis con secreción nasal enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, tos, dificultad al respirar y asma. Todas éstas, son alarmas que suenan en nuestro cuerpo físico, que debemos oír y no acallar, para encontrar el elemento alterante (alérgenos).

Para evitar el contacto con el polen, en primavera y verano, se pueden establecer una serie de medidas:

- Conocer al “enemigo”: Distintos tipos de polen provocan reacciones alérgicas en diferentes personas. No todos disparan las mismas reacciones en cada organismo.
- Consultar el pronóstico del tiempo: Los días secos y ventosos dispersan el polen.
- Cambiarse con frecuencia: El cambio de ropas varias veces al día permitirá mantener alejados los alergenos que se adhieren a las telas.
- Bañarse con frecuencia: Como complemento de la recomendación anterior, una ducha refrescante y un lavado de cabello todas las noches servirán para eliminar todo rastro de polen del cuerpo.
- Mantener la casa limpia: En los hogares, limpiar los pisos con agua para que la humedad mantenga el polen en el suelo.
- Consultar al médico: Existen remedios con efecto antihistamínico muy efectivos .
- Mantener las ventanas cerradas: por la noche y cuando se viaja en el coche.

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 En esta temporada se produce el mágico despertar de la naturaleza, y nos moviliza a todos por igual; siendo famosa como, estación de los jardines floridos, del amor, y... de las alergias. De golpe todo fluye como en un torbellino, y el aire se llena de sustancias extrañas para nuestro sistema detector inmunológico, aparecen: polvo, polen, pelos, plumas, parásitos de animales, insectos, y otros tóxicos dentro del organismo y la misma polución ambiental de cada día.

Los síntomas más notables de la alergia son: picazón, urticaria, rinitis con secreción nasal enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, tos, dificultad al respirar y asma. Todas éstas, son alarmas que suenan en nuestro cuerpo físico, que debemos oír y no acallar, para encontrar el elemento alterante (alérgenos).

Para evitar el contacto con el polen, en primavera y verano, se pueden establecer una serie de medidas:

- Conocer al “enemigo”: Distintos tipos de polen provocan reacciones alérgicas en diferentes personas. No todos disparan las mismas reacciones en cada organismo.
- Consultar el pronóstico del tiempo: Los días secos y ventosos dispersan el polen.
- Cambiarse con frecuencia: El cambio de ropas varias veces al día permitirá mantener alejados los alergenos que se adhieren a las telas.
- Bañarse con frecuencia: Como complemento de la recomendación anterior, una ducha refrescante y un lavado de cabello todas las noches servirán para eliminar todo rastro de polen del cuerpo.
- Mantener la casa limpia: En los hogares, limpiar los pisos con agua para que la humedad mantenga el polen en el suelo.
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