Los principales jefes tanto de Gendarmería, Policía Federal y Policía provincial se reunieron ayer en la conflictiva ciudad norteña.
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Los principales jefes tanto de Gendarmería, Policía Federal y Policía provincial se reunieron ayer en la conflictiva ciudad norteña.
Se desconoce el calibre de las balas que hirieron al policía. El caso quedó en manos del juez Fernando Mariscal Astigueta.
Un cabo primero de la Policía Federal Argentina fue baleado por tres delincuentes en la caliente localidad fronteriza de Salvador Mazza, a metros de la garita de control donde montaba guardia. El policía pretendió evitar que tres sujetos huyeran por las vías del ferrocarril, después de que descendieran sospechosamente de un Mégane gris con una bolsa cargada de dinero.
La balacera se produjo a plena luz del día, a las 17.25, ante los ojos de numerosos testigos, quienes vieron cuando los delincuentes huían de manera peatonal.
El policía, identificado como cabo José David Luna, fue asistido de inmediato por sus compañeros y el personal médico del hospital de Salvador Mazza, que acudió de inmediato a la emergencia.
El lugar del ataque está ubicado a solo 200 metros de la sede municipal, y a pocos metros de la principal arteria de Salvador Mazza, en el sector 3, cercano al paraje conocido como El Chorro.
Fuentes de la investigación informaron a El Tribuno que el ataque sobre el policía federal se produjo minutos después de que una banda integrada por cuatro asaltantes y un chofer interceptaron en el barrio Ferroviario un camión de una conocida empresa láctea de nivel nacional, a cuyo chofer y acompañante introdujeron en el domicilio particular de la familia Balboa, donde fueron golpeados para que entregaran las claves del cofre del camión, cuya recaudación se calculaba en más de treinta mil pesos.
Luego desvalijaron a la familia Balboa, a cuyos integrantes también golpearon, para huir raudamente hacia el sector de El Chorro.
Los delincuentes al pasar por el predio del ferrocarril Belgrano se dieron con un patrullero de la policía de la provincia que se dirigía hacia donde había sido asaltado el camión de la empresa láctea, por lo que tres de los ocupantes del automóvil se bajaron rápidamente del mismo, con el botín del asalto, mientras el resto huyó hacia el sector 3 en el auto.
Al atravesar la zona restringida, propiedad del ferrocarril y custodiada por un policía federal, por ser bien del Estado, los delincuentes se dieron de frente con un uniformado, quien les dio la voz de alto y recibió como respuesta una lluvia de balas de parte de los asaltantes, que huyeron a la carrera hacia el límite entre las dos repúblicas, recibiendo tres impactos.
Las detonaciones hicieron que todas las personas que suelen utilizar este paso quedaran azoradas y de inmediato se comunicaran con la policía y al hospital de Salvador Mazza para que envíen una ambulancia.
Personal de Gendarmería Nacional, de la Brigada de Investigaciones local y los efectivos de la Policía Federal salieron minutos después a la caza del Mégane gris, que finalmente no pudo ser localizado.
Una alta fuente policial aseguró que uno de los asaltantes fue reconocido durante su fuga. Se trata de un ciudadano argentino radicado en un barrio boliviano colindante con nuestro país.
El juez de Instrucción Formal de Segunda Nominación de Tartagal Fernando Mariscal Astigueta tiene en sus manos la causa.
En tanto, el cabo José David Luna fue intervenido quirúrgicamente con éxito en la ciudad de Tartagal.
Anoche se aprestaban a realizar una serie de allanamientos en la conflictiva y caliente ciudad fronteriza.
Frontera sin control y fuera de la ley
“Lo ocurrido ayer tarde en Salvador Mazza es más de lo mismo. Entran roban y huyen. Otras veces, ingresan matan y se van”, así graficó la situación nuestro corresponsal, quien entrevistó a vecinos de la localidad más conflictiva de toda la provincia.
En tanto, circulaba también el rumor de que el ataque contra el suboficial federal se había dado en el marco de un ajuste de narcos, habida cuenta que horas antes Gendarmería Nacional había desbaratado el ingreso al país de poco más de setenta kilos de cocaína de máxima pureza, transportada desde Salvador Mazza hacia la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán por un conocido comerciante del medio, quien llevaba a la totalidad de su familia en el interior del lujoso auto en el que se transportaba, un Volkswagen Vento 0 km. “En esta frontera, ni el uniforme te salva”, sentenció el vecino entrevistado.