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“¡Tapame el culo!”, fue el grito de ella

Viernes, 06 de septiembre de 2013 22:06

 A la señora le dio ganas de hacer sus necesidades. Se sentó en la ruta y el marido le tapó la cola. Ella pegó el grito: “¡Desgraciao, tápame la cara que el culo no me lo conoce nadie!”.

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 A la señora le dio ganas de hacer sus necesidades. Se sentó en la ruta y el marido le tapó la cola. Ella pegó el grito: “¡Desgraciao, tápame la cara que el culo no me lo conoce nadie!”.

Ese cuento lo publiqué en la columna del cierre y ahí se armó la polémica con el culo. ¿Es correcto o no utilizar el término? El profesor “Paco” Fernández, director del Servicio de Información e Investigación sobre la Lengua (SIL) - UNSa, y nuestro asesor, dijo que es correcto. Y de puro jodido nomás me fui al diccionario de la Real Academia Española donde me desburré que culo es un conjunto de las dos nalgas. Entre las tantas acepciones se detalla como “extremidad inferior o posterior de algunas cosas, como culo del pepino o del vaso”, por ejemplo. La Real acepta a culo de la taba y también a la escasa porción de líquido que queda en el fondo de un vaso. Yo diría en una noche de jolgorio: “Me queda un culito de fernet”. Y así amigo lector, no es mala palabra utilizar expresiones tales como: “Queda en el culo del mundo”, “Metételo en el culo”, “Qué culo tiene ese arquero” , “Me fue como el culo”, “Está hecho como el culo”, entre otras. Mejor dejo el tema porque si me ve el dire escribiendo esta columna, me saca del forro del culo a trabajar al jardín bajo la tutela de la tía Nelly. 

 

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