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Buscan restituir un homenaje al General José de San Martín

Domingo, 08 de septiembre de 2013 01:47

En el marco recordatorio del centenario de la muerte del general José de San Martín, el gobierno argentino organizó una serie de homenajes que comenzaron a concretarse en 1948.

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En el marco recordatorio del centenario de la muerte del general José de San Martín, el gobierno argentino organizó una serie de homenajes que comenzaron a concretarse en 1948.

Primero fue la Ley 13.302 que en mayo de ese año instituyó la condecoración “Orden del Libertador San Martín”. Recién entonces, la Argentina pudo integrarse al conjunto de estados que en el mundo poseían una condecoración máxima y retribuir, así, las distinciones que en otros países se otorgaban en el terreno de la cortesía internacional.

“Llama de la Argentinidad”

Meses después, el 10 de agosto de 1948, el mismo gobierno dictó el Decreto 23.832 creando la “Llama de la Argentinidad”. La simbolizaban siete hachones (lámparas votivas) que fueron distribuidas en sendas capitales de provincias argentinas.

Fueron encendidas el 11 de agosto por el presidente Perón con el fuego sanmartiniano tomado de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Luego partieron en vehículos especiales a Jujuy, Catamarca, San Juan, Neuquén, Formosa, Misiones y Ushuaia. Para ello se usaron siete camiones “guerreros” de los que la Argentina había adquirido en EE UU después de la segunda Guerra Mundial. Cada uno portó un hachón salvo el de Ushuaia que llevó dos, uno para la Antártida y otro para las Islas Malvinas. Los hachones -réplicas del que arde en el atrio de la Catedral de Buenos Aires-, habían sido fundidos en bronce por el Arsenal de Guerra de la Nación, con metal recuperado de viejos cañones del ejército.

Según el decreto del presidente Perón, “La lámpara votiva correspondiente a las Islas Malvinas -decía- permanecerá en custodia en la Capital de la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego (Ushuaia). La de la Antártida Argentina quedará en el mismo lugar, hasta que las condiciones meteorológicas permitan llevarla a su destino definitivo”.

Los camiones partieron a sus respectivos destino y, al pasar por las capitales intermedias, los gobernadores procedieron a encender las lámparas votivas de su jurisdicción que a su vez se usaron para inflamar las antorchas del 17 de agosto. La norma establecía, además, que ese día en todas las capitales provinciales se realizaría la “Procesión de la Argentinidad”. Asimismo, invitaba a los gobernadores a adherir a los actos nacionales.

En Salta

Aquí por ejemplo, el camión que iba a San Salvador de Jujuy, pasó por nuestra ciudad el domingo 15 de agosto.

Frente a la Catedral, el gobernador Lucio Cornejo Linares, antorcha en mano, extrajo el fuego sanmartiniano del vehículo y encendió la lámpara instalada por entonces en el atrio del templo. Otro tanto hicieron los gobernadores de Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, San Luis, Mendoza, Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, Corrientes y La Pampa. Y así, el 17 de agosto de ese año se realizó en todo el país, la “Procesión de la Argentinidad”. Desde entonces, en todas las provincias, estas lámparas o hachones permanecieron encendidos en los sitios especialmente escogidos hasta septiembre de 1955.

Luego del derrocamiento del gobierno constitucional de Perón, el fuego sanmartiniano que simbolizaba “el espíritu del Gran Capitán”, fue apagado y las lámparas desaparecieron como por arte de magia. Hasta el día de hoy nada se sabe de ellas, salvo una que salió a la luz gracias a la investigación de un salteño.

La que en nuestra ciudad encendió el gobernador Cornejo se conserva a un costado del Panteón de las Glorias del Norte.

Investigación y promesa

El comprovinciano nuestro, escribano jubilado, Roberto Leopoldo Terrones, se propuso investigar el destino de las lámparas y trabajar para el restablecimiento del homenaje al general San Martín con la “Llama de la Argentinidad”. Su investigación, vale destacarlo, la realiza sin ningún tipo de apoyo, ni oficial ni privado, y comenzó después que visitó las Islas Malvinas en 1999.

Al regresar al continente y tratar de profundizar sus conocimientos sobre la historia de las islas, descubrió en los archivos de los diarios La Nación, Clarín y La Razón, algo que la historia oficial supo esconder con harto éxito hasta nuestros días: la existencia de la “Llama de la Argentinidad”.

Después de ello, visitó las siete ciudades que recibieron los hachones o lámparas en 1948. No encontró ni rastros, salvo en la patagonia. “En mi viaje patagónico -cuenta Terrones- visité Ushuaia y allí, en el hall de la casa de gobierno, encontré la lámpara, la única que se salvó de aquella época”.

“Cuando pregunté sobre su historia, todos, funcionarios de gobierno, historiadores y periodistas, ignoraban por completo su origen. Ocurre que en Tierra del Fuego -comenta el notario- no hay nativos sino “venidos”, y entonces, nadie sabe la historia de esa lámpara”.

Finalmente Terrones comentó a El Tribuno que este año, en un intentó por restablecer aquel homenaje, envió notas a gobernadores y a la señora presidente de la Nación, para interesarlos pero nadie contestó. Eso si, prometió insistir el año que viene para el 17 de agosto de 2014. Ojalá tenga eco.

Isla Decepción

De acuerdo al decreto del gobierno de Perón, la lámpara destinada a la Antártida Argentina fue depositada en la isla Decepción donde la armada tenía un Destacamento.

El 15 de febrero de 1953 desembarcaron allí 32 británicos de la royal marines armados hasta los dientes y apresaron a los marinos argentinos. Ese refugio más otro chileno, fueron destruidos y los marinos entregados el 18 de febrero en las islas Georgias del Sur. Los británicos permanecieron tres meses en la isla y desde entonces, pese a los reclamos diplomáticos, nada se supo de la lámpara perdida.

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