Luis Rueda está ante el desafío más importante de su vida deportiva. El primero: su bautismo de fuego como DT en el momento más álgido y complicado de Gimnasia y Tiro tras la derrota en el clásico con Juventud que dejó en llamas al Gigante del Norte, con un tendal de críticas e insultos. Con este panorama, hoy por la mañana asumirá el Cóndor en la Vicente López cuando se presente al plantel y dirija su primera práctica.
Antes de ser presentado, el Cóndor visitó El Tribuno y habló de todo. "Siempre supe que en algún momento me iba a llegar. No es la situación ideal pero casi todos los técnicos llegan en un momento malo, no bueno. Siempre lo esperé y asumo con el corazón porque el sentimiento que tengo hacia Gimnasia es recíproco. A partir de hoy soy un técnico desconocido y debo ganarme el respeto con trabajo. Al ser querido por el hincha no tengo una inmunidad especial, yo de entrada comienzo a depender de los resultados", fue las credenciales que mostró Rueda en el inicio del diálogo, para luego compenetrarse con su nueva función: "Buscaré el resultado en base al juego y a la solidez, y no a ganar como sea. Los aplausos no son para el técnico en las buenas, sino para el futbolista. El oficio de un técnico es como la silla eléctrirabajaré con el jugador para que recupere la confianza, que entienda que jugar al fútbol no es presión. Deben entender que son privilegiados por vestir esta camiseta. Me dolió verlos insultados por el hincha en el clásico, porque sé el dolor que se siente", concluyó el flamante DT.
LA OPINION: Por Mariano Fradejas
La hora del despertar
Cambiar la cabeza en los momentos más críticos y cuando las respuestas no aparecen en el campo de juego suele ser la decisión que se toma de cajón para dar un golpe de efecto, un cimbronazo para descomprimir tensiones varias en el vestuario (que existieron en Gimnasia y Tiro en la última etapa del ciclo de Salvador Ragusa como DT) y para refrescar al jugador con aires renovados y nuevos libretos. Pero al cambio de cabeza de grupo también debe corresponderle por añadidura el cambio en la cabeza de cada uno de los jugadores. De ellos depende en mayor medida, más allá de la injerencia de su nuevo guía. Es por eso que la llegada de Luis Rueda a la Vicente López tiene que ser, al menos, el punto de partida para comenzar a cambiar la mentalidad, para despertar, para despabilarse, para sacudirse la modorra, para recuperar la estirpe ganadora. Al plantel albo le llegó la hora de intentar gestar la titánica misión de volver a cautivar al hincha, aquel que lo reprobó en masa el fatídico viernes por la noche frente a Juventud. No será fácil cuando la gente ya dio su veredicto por la palidez, la chatura y el nulo contagio de un equipo híbrido y que está muy lejos de conformar el negro y exigente paladar millonario. Este quiebre necesario en Gimnasia es el cachetazo que faltaba para despertar y volver a ganarse el respeto.ca, pero descansé cuatro años para poner toda esa energía acumulada en Gimnasia. No tengo demasiado tiempo. Jugamos el viernes y después tendremos fecha entre semana. El resultado debe ser ya. No voy a poner excusas. Gimnasia tiene jugadores como para revertir este mal momento y vamos a cambiar muchas cosas", advirtió.
Para cambiar el rumbo del albo el ídolo entendió que es necesario que "el jugador se identifique con esta camiseta. T
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Luis Rueda está ante el desafío más importante de su vida deportiva. El primero: su bautismo de fuego como DT en el momento más álgido y complicado de Gimnasia y Tiro tras la derrota en el clásico con Juventud que dejó en llamas al Gigante del Norte, con un tendal de críticas e insultos. Con este panorama, hoy por la mañana asumirá el Cóndor en la Vicente López cuando se presente al plantel y dirija su primera práctica.
Antes de ser presentado, el Cóndor visitó El Tribuno y habló de todo. "Siempre supe que en algún momento me iba a llegar. No es la situación ideal pero casi todos los técnicos llegan en un momento malo, no bueno. Siempre lo esperé y asumo con el corazón porque el sentimiento que tengo hacia Gimnasia es recíproco. A partir de hoy soy un técnico desconocido y debo ganarme el respeto con trabajo. Al ser querido por el hincha no tengo una inmunidad especial, yo de entrada comienzo a depender de los resultados", fue las credenciales que mostró Rueda en el inicio del diálogo, para luego compenetrarse con su nueva función: "Buscaré el resultado en base al juego y a la solidez, y no a ganar como sea. Los aplausos no son para el técnico en las buenas, sino para el futbolista. El oficio de un técnico es como la silla eléctrirabajaré con el jugador para que recupere la confianza, que entienda que jugar al fútbol no es presión. Deben entender que son privilegiados por vestir esta camiseta. Me dolió verlos insultados por el hincha en el clásico, porque sé el dolor que se siente", concluyó el flamante DT.
LA OPINION: Por Mariano Fradejas
La hora del despertar
Cambiar la cabeza en los momentos más críticos y cuando las respuestas no aparecen en el campo de juego suele ser la decisión que se toma de cajón para dar un golpe de efecto, un cimbronazo para descomprimir tensiones varias en el vestuario (que existieron en Gimnasia y Tiro en la última etapa del ciclo de Salvador Ragusa como DT) y para refrescar al jugador con aires renovados y nuevos libretos. Pero al cambio de cabeza de grupo también debe corresponderle por añadidura el cambio en la cabeza de cada uno de los jugadores. De ellos depende en mayor medida, más allá de la injerencia de su nuevo guía. Es por eso que la llegada de Luis Rueda a la Vicente López tiene que ser, al menos, el punto de partida para comenzar a cambiar la mentalidad, para despertar, para despabilarse, para sacudirse la modorra, para recuperar la estirpe ganadora. Al plantel albo le llegó la hora de intentar gestar la titánica misión de volver a cautivar al hincha, aquel que lo reprobó en masa el fatídico viernes por la noche frente a Juventud. No será fácil cuando la gente ya dio su veredicto por la palidez, la chatura y el nulo contagio de un equipo híbrido y que está muy lejos de conformar el negro y exigente paladar millonario. Este quiebre necesario en Gimnasia es el cachetazo que faltaba para despertar y volver a ganarse el respeto.ca, pero descansé cuatro años para poner toda esa energía acumulada en Gimnasia. No tengo demasiado tiempo. Jugamos el viernes y después tendremos fecha entre semana. El resultado debe ser ya. No voy a poner excusas. Gimnasia tiene jugadores como para revertir este mal momento y vamos a cambiar muchas cosas", advirtió.
Para cambiar el rumbo del albo el ídolo entendió que es necesario que "el jugador se identifique con esta camiseta. T