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Inflación y dólar, dos desafíos para el segundo semestre

Domingo, 11 de mayo de 2014 12:46

Según la proximidad o lejanía con el Gobierno nacional, las perspectivas económicas cambian de color. Los más cercanos a la Casa Rosada no creen que este año vaya a haber una nueva devaluación ni que la inflación taladre más los sueldos. Los más alejados esperan que el dólar vuelva a dispararse en julio o agosto, que haya problemas de empleo y que el gasto público siga aumentando. El punto de coincidencia es que todos miran la evolución de los precios y el dólar, y descartan una crisis similar a la del 2001 y 2002.

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Según la proximidad o lejanía con el Gobierno nacional, las perspectivas económicas cambian de color. Los más cercanos a la Casa Rosada no creen que este año vaya a haber una nueva devaluación ni que la inflación taladre más los sueldos. Los más alejados esperan que el dólar vuelva a dispararse en julio o agosto, que haya problemas de empleo y que el gasto público siga aumentando. El punto de coincidencia es que todos miran la evolución de los precios y el dólar, y descartan una crisis similar a la del 2001 y 2002.

“Argentina tiene básicamente un problema de confianza y de credibilidad”. Fue el economista Raúl Cuello quien resumió en ambos estados de ánimo lo que sucede en el país. En términos económicos, dijo a El Tribuno que prevé que la suba de precios no ceda, que el dólar cierre el año a más de 9 pesos -lo cual presupone una nueva devaluación- y un crecimiento del producto bruto del país que será positivo pero pegado al cero.

“Al primer semestre lo veo bien dentro de un año que indudablemente no va a ser favorable para la economía argentina porque el crecimiento del producto bruto interno va a estar muy cerca de cero, apenas positivo, con tendencia al desempleo y aumento de la capacidad ociosa instalada”, afirmó el director de RC & Asociados y ex director de la DGI.

Para Cuello, la liquidación de reservas del agro permitirán recuperar en unos 2.000 millones de dólares las reservas del Banco Central. “Pero eso es estacional, en julio o agosto veremos que la devaluación que se hizo no va a poder sostener el tipo de cambio porque sigue la inflación. Una nueva devaluación va a ser inevitable”, dijo y estimó que el dólar costará entre 9 y 9,30 o 9,40 pesos a fin de año.

También anticipó un reajuste de tarifas, “sobre todo las eléctricas”, y un aumento del gasto público: “No creo que haya vocación del Gobierno de reducirlo porque es un año preelectoral y eso significaría bajar aún más el nivel de actividad económica”. Eso mismo profundizará el déficit de las cuentas públicas.

“Es un cuadro muy comprometedor para el próximo gobierno, pero de ninguna manera creo que vayamos a llegar a una situación límite como la de 2001 o 2002”, afirmó.

Precios y cepo

El economista Pablo Rojo ve un panorama similar pero más oscuro. “La inflación es hoy el principal problema al que hay que hacer frente porque acarrea una serie de problemas”, dijo a El Tribuno. Y señaló el atraso cambiario -“lo que se recuperó con la devaluación de enero en materia de competitividad externa está a punto de perderse”-, y “una notable contracción de la economía por la pérdida de poder adquisitivo”.

“El único instrumento al que el Gobierno ha echado mano para hacer frente a esta situación es monetario”, objetó. Y mencionó como una medidas más adecuada la derogación del cepo cambiario: “Creo que es el principal error porque la Argentina siguió perdiendo divisas a un ritmo incluso superior al anterior al cepo, no tuvo efectos en materia de precios porque la inflación se aceleró y provocó el derrumbe de los mercados y la actividad productiva”. Y también “un programa fiscal consistente” con lo que apuntó “al aumento del gasto público que ronda el 40% anual”.

Una mirada optimista

No es la mirada de Fernanda Vallejos, economista oficialista de la graN maKro, quien desmembró varios “ejes” de la economía para explicar a El Tribuno su optimismo.

El frente cambiario fue el primero. “Cuando arrancábamos el año era la preocupación central y acá tenemos un frente que cierra con saldo positivo. Está estabilizado con el tipo de cambio en torno a 8 pesos”, afirmó.

Los precios siguió en segundo lugar. “Si bien tuvimos niveles altos en las primeras mediciones del año, se ve claramente que mes a mes la tendencia de los precios es declinante”.

Pegado al tema precios, Vallejos mencionó las paritarias “que están cerrando de manera normal en torno al 30 por ciento”. A la vez anticipó “una actualización de otros ingresos” como la asignación universal por hijos y la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. “Todo el conjunto va a significar un impacto positivo sobre el consumo en el segundo semestre”, afirmó.

El cuarto eje que señaló la economista fue la proyección de obra pública y de infraestructura con una inversión de 80.000 millones de pesos.

Vallejos admitió dificultades en el sector automotor, que relacionó “con el frente externo, sobre todo Brasil”. Por ello destacó la negociación abierta por ambos países para reactivarlo.

Sobre una posible devaluación del peso dentro de dos meses, Vallejos la descalificó como una idea “irresponsable”, cargada de “una intencionalidad política de oradar una gestión que en materia cambiaria ha sido muy exitosa”.

Los asalariados

En un contexto de contracción económica como la que plantearon Cuello y Rojo, ambos economistas entendieron que para las familias que viven de uno o dos sueldos no es el mejor momento para endeudarse. “Las cuotas ya casi no hay y las que hay son a tasas exorbitantes; he visto planes donde las tasas correctamente calculadas llegan al 100% anual”, sostuvo Rojo.

“El asalariado es una persona muy vulnerable a las fluctuaciones del ciclo económico y si la marcha de la economía no es muy buena, él privilegia antes que el salario el mantenimiento de sus fuentes de trabajo. Es decir, el salario que tiene lo cuida y lo dedica a satisfacer sus necesidades básicas inmediatas como la alimentación y los servicios básicos de su vivienda. Así que la recomendación es que cada uno cuide el peso que tiene”, completó Cuello.

 

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