Con la idea de disfrutar una jornada dominguera en familia y romper con la rutina diaria, los padres de Fernando Rubén Acosta, de un año y once meses, terminaron sufriendo un calvario tras la muerte de su bebé.
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Con la idea de disfrutar una jornada dominguera en familia y romper con la rutina diaria, los padres de Fernando Rubén Acosta, de un año y once meses, terminaron sufriendo un calvario tras la muerte de su bebé.
Cerca de las 14.30 el nene de casi dos años cayó de manera accidental en la desembocadura de un canal de riego, en la finca Los Los, cerca de Chicoana. Sus padres, Carol Acosta y Exequiel Balderrama, se percataron de la situación minutos después del trágico hecho.
El bebé y sus padres, con domicilio en el barrio La Candelaria de dicha localidad, habían llegado a la finca para almorzar y pasar el día. Según la comisaría 19 de Chicoana, en un descuido el nene desapareció de la vista de sus padres, quienes minutos después se dieron cuenta de la ausencia del pequeño, pero ya era demasiado tarde.
En una recorrida por las inmediaciones pudieron encontrar el cuerpo del nene flotando en un reservorio de agua. Optaron por sacarlo y trasladarlo de urgencia por medios propios al nosocomio local, donde los facultativos determinaron que ya había fallecido.
A la hora de examinar el cuerpito de manera minuciosa, los profesionales determinaron que la muerte se produjo por paro cardiorrespiratorio por inmersión, sin lesiones visibles. El fiscal del caso dispuso la entrega del cadáver a su familia, para su correspondiente inhumación.