El encuentro convocará a un centenar de intendentes de distintas provincias, que debatirán acerca de la autonomía municipal, el medio ambiente y la lucha contra las adicciones.
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El encuentro convocará a un centenar de intendentes de distintas provincias, que debatirán acerca de la autonomía municipal, el medio ambiente y la lucha contra las adicciones.
El encuentro, encabezado por el intendente Miguel Isa, comenzará hoy a mediodía en el hotel Portezuelo y se enmarca en un nuevo encuentro de la Federación Argentina de Municipios, que eligió a Salta por escenario. La municipalidad salteña va a exponer como logros de gobierno el funcionamiento del Vertedero San Javier, la escuela de Artes y Oficios, los terciarios municipales, el moderno Centro Cívico, la casa PyME y algunos programas, como la “La Municipalidad en tu Barrio”.
El programa
Tras el acto de apertura, que será encabezado por el presidente de la FAM, el intendente de Florencio Varela Julio Pereyra, Miguel Isa y el gobernador Juan Manuel Urtubey, se iniciará la mesa debate sobre Medio Ambiente.
Por la tarde, la mesa sobre fibra óptica estará a cargo del ingeniero Ceferino Namuncurá, Interventor de la Comisión Nacional de Comunicación.
La jornada cerrará con el panel encabezado por el cura Juan Carlos Molina de Sedronar. La mesa planteará la problemática sobre las adicciones, un flagelo que preocupa a todo el país.
Mañana, jueves, las conclusiones del encuentro FAM estarán a cargo del jefe de Gabinete nacional, Jorge Capitanich.
Varios intendentes y funcionarios nacionales de Turismo, Infraestructura, Transporte y el Renar ya confirmaron su presencia.
Miguel Isa había participado en marzo de la reunión nacional de la Federación Argentina de Municipios que se desarrolló en la provincia de San Juan. La idea rectora es que el “municipalismo debe estar en la agenda de los candidatos presidenciales”. Los intendentes buscan constituir una estructura de poder dentro de numerosos cambios realizados en los últimos años en la distribución de recursos y en el vínculo directo con el poder central.
“No hay autonomía municipal si no existe independencia económica”, sostienen en la FAM. El reclamo de mayor autonomía va de la mano de una ampliación de las jurisdicciones y el tendido de redes zonales como la que Isa se propone consolidar en el Valle de Lerma.
Los intendentes se proponen tomar y levantar las banderas de la lucha contra las drogas y a favor del medio ambiente. Capitanich apoya estas iniciativas y en San Juan ya prometió financiamiento para numerosos emprendimientos.
El padre Molina
Juan Carlos Molina fue designado en diciembre en el Sedronar, luego de muchos meses de acefalía, y luego de un documento muy fuerte de la Iglesia por los avances del narcotráfico. En el documento “El drama de la droga y el narcotráfico”, la Iglesia había denunciado la complicidad de “las fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos” ante el avance del narcotráfico, advirtió sobre el “riesgo de pasar a una situación de difícil retorno” y pidió la designación del titular del Sedronar.
Quizá para conservar las buenas relaciones, el gobierno eligió a este sacerdote de Río Gallegos, que trabajó durante mucho tiempo con Alicia Kirchner.
A pesar de que la Iglesia no lo considera como su “hombre propio” en el Gobierno, en su toma de posesión estuvieron presentes los obispos Jorge Lozano, de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, y Oscar Ojea, de Cáritas Argentina, el vicario episcopal para la Pastoral en Villas de Emergencia, presbítero Gustavo Carrara, y el popular José María “Pepe” Di Paola, un emblema del nuevo “tercermundismo”. Poco después, el propio Papa Francisco lo recibió en Roma.
De todas maneras, la presidenta Cristina traspasó toda la lucha contra el narcotráfico al área de Seguridad y dejó en manos del sacerdote las políticas preventivas de las adicciones y en beneficio de los jóvenes víctimas del flagelo.
Su mirada sobre el fenómeno que le toca controlar es cauta, pero severa. “La situación del narcotráfico en el país es complicada, pero controlable” afirmó en ese momento el flamante funcionario, y advirtió que “el tema de la delincuencia no pasa por la droga, sino por el alcohol”.
Molina desarrolló su apostolado en misiones humanitarias en varios lugares del país y el extranjero y dirigió un hogar para jóvenes con problemas sociales en la Patagonia.